Sánchez se ha aprendido bien una de las primeras lecciones del manual del tirano, la que aconseja utilizar el miedo como arma infalible para fortalecer el poder político, sojuzgar al pueblo y mantenerse en el poder.
Los españoles están siendo conducidos hacia la peor de las tiranías, de manera consciente y con el objetivo de crear tanta inseguridad, miedo y desconfianza que el hombre se amilane y se arroje en brazos del Estado, pidiendo protección. Es la ruta hacia un gobierno invencible que se dedique a pastorear al rebaño humano, inseguro, acojonado y paralizado por el miedo.
Antes, los hombres temían a los dictadores asesinos, pero hoy temen también al futuro y a lo que les rodea. La tesis de Thomas Jefferson, cuando dijo que si los gobiernos temen a la gente, hay libertad, pero cuando la gente teme al gobierno, hay tiranía, es más certera que nunca.
El tirano moderno es cruel, pero invisible, miserable, pero humilde y bueno en apariencia, gracias a la propaganda y a los medios de comunicación sometidos. Con maldad infinita envuelve a su pueblo en un manto de miedo que incluye las pandemias, el terrorismo, la ruina económica, los desastres naturales, el cambio climático, el avance islamista, los nacionalismos, la traición de los Estados Unidos, la expansión china y el peor de todos los miedos, el de los políticos que nos gobiernan, a los que ya no sabemos si considerar enemigos o salvadores.
Llevan décadas convenciéndonos de que el mundo es extremadamente peligroso, que vivimos rodeados de amenazas y que nuestro horizonte es el Apocalipsis. Para inyectarnos el miedo en las venas han engañado, mentido, simulado y hasta realizado operaciones falsas de terrorismo (de falsa bandera) sin otro fin que propagar el miedo que paraliza y convierte al hombre en ganado asustado.
Quieren convencernos de que el hombre es esencialmente malo y que es "lobo para el hombre", a pesar de que hay tantas o más razones para pensar que el hombre es sustancialmente bueno y que podría ser mucho mejor si fuera educado para el bien, en lugar de serlo para la maldad.
El resultado son sociedades propensas a la neurosis, asustadizas, psicológicamente vulnerables y dispuestas a soportar los abusos de poder, a cambio de una idea de seguridad que es falsa y tan engañosa como la percepción de peligro que la origina. Cada vez nos mueve más el miedo y menos la bondad y el amor. El mensaje cristiano de amar al prójimo está tan lejos que ya no se percibe.
El miedo que patrocina y propaga el poder político nos castra y nos arrebata la libertad, que es el bien más preciado de la raza humana y el que nos ha hecho grandes.
La irrupción de Trump en la presidencia de Estados Unidos y la existencia de un criminal como Vladimir Putin nos ha empujado hacia otro miedo atroz, el miedo atómico, el de la Tercera Guerra Mundial.
La enorme conspiración del miedo que está entregando todo el poder a las élites ciegas de ambición no habría sido posible sin la colaboración de los periodistas y sus editores, entregados al poder y traidores al pueblo, al que tenían el deber de informar y al que han dejado abandonado en la ignorancia, mintiéndole y privándole de las certezas que necesitaba para seguir avanzando en la Historia.
Desde la soledad insegura que produce el miedo, conviene recordar la esperanza que trae consigo aquella frase que repetía el viejo Sandro Pertini, cuando era presidente de Italia: "La medida de un hombre es la de su enemigo". Si eliges luchar contra las élites que controlan el mundo, eres tan grande y poderoso como ellos.
¡¡¡Socooooorro!!!
Francisco Rubiales
Los españoles están siendo conducidos hacia la peor de las tiranías, de manera consciente y con el objetivo de crear tanta inseguridad, miedo y desconfianza que el hombre se amilane y se arroje en brazos del Estado, pidiendo protección. Es la ruta hacia un gobierno invencible que se dedique a pastorear al rebaño humano, inseguro, acojonado y paralizado por el miedo.
Antes, los hombres temían a los dictadores asesinos, pero hoy temen también al futuro y a lo que les rodea. La tesis de Thomas Jefferson, cuando dijo que si los gobiernos temen a la gente, hay libertad, pero cuando la gente teme al gobierno, hay tiranía, es más certera que nunca.
El tirano moderno es cruel, pero invisible, miserable, pero humilde y bueno en apariencia, gracias a la propaganda y a los medios de comunicación sometidos. Con maldad infinita envuelve a su pueblo en un manto de miedo que incluye las pandemias, el terrorismo, la ruina económica, los desastres naturales, el cambio climático, el avance islamista, los nacionalismos, la traición de los Estados Unidos, la expansión china y el peor de todos los miedos, el de los políticos que nos gobiernan, a los que ya no sabemos si considerar enemigos o salvadores.
Llevan décadas convenciéndonos de que el mundo es extremadamente peligroso, que vivimos rodeados de amenazas y que nuestro horizonte es el Apocalipsis. Para inyectarnos el miedo en las venas han engañado, mentido, simulado y hasta realizado operaciones falsas de terrorismo (de falsa bandera) sin otro fin que propagar el miedo que paraliza y convierte al hombre en ganado asustado.
Quieren convencernos de que el hombre es esencialmente malo y que es "lobo para el hombre", a pesar de que hay tantas o más razones para pensar que el hombre es sustancialmente bueno y que podría ser mucho mejor si fuera educado para el bien, en lugar de serlo para la maldad.
El resultado son sociedades propensas a la neurosis, asustadizas, psicológicamente vulnerables y dispuestas a soportar los abusos de poder, a cambio de una idea de seguridad que es falsa y tan engañosa como la percepción de peligro que la origina. Cada vez nos mueve más el miedo y menos la bondad y el amor. El mensaje cristiano de amar al prójimo está tan lejos que ya no se percibe.
El miedo que patrocina y propaga el poder político nos castra y nos arrebata la libertad, que es el bien más preciado de la raza humana y el que nos ha hecho grandes.
La irrupción de Trump en la presidencia de Estados Unidos y la existencia de un criminal como Vladimir Putin nos ha empujado hacia otro miedo atroz, el miedo atómico, el de la Tercera Guerra Mundial.
La enorme conspiración del miedo que está entregando todo el poder a las élites ciegas de ambición no habría sido posible sin la colaboración de los periodistas y sus editores, entregados al poder y traidores al pueblo, al que tenían el deber de informar y al que han dejado abandonado en la ignorancia, mintiéndole y privándole de las certezas que necesitaba para seguir avanzando en la Historia.
Desde la soledad insegura que produce el miedo, conviene recordar la esperanza que trae consigo aquella frase que repetía el viejo Sandro Pertini, cuando era presidente de Italia: "La medida de un hombre es la de su enemigo". Si eliges luchar contra las élites que controlan el mundo, eres tan grande y poderoso como ellos.
¡¡¡Socooooorro!!!
Francisco Rubiales
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