Ha hecho de Rusia un país carnicero y ha retornado a los nefastos tiempo del comunismo fracasado. Ha reforzado la OTAN y el poder norteamericano, ha puesto en peligro sus relaciones con China, ha causado miles de bajas y perdidas letales al Ejercito ruso y ha hundido la economía de su nación. Putin es un imbécil fracasado.
Finlandia abandona su neutralidad y pide el ingreso en la OTAN, mientras que Suecia pronto hará lo mismo, lo que representa un fortalecimiento de la OTAN y un enorme fracaso para Putin. La invasión de Ucrania pasará a la Historia como un gravísimo error estratégico y geopolítico que tal vez le cueste el liderazgo al ex oficial del KGB convertido hoy en dictador de Rusia.
Rusia, al igual que ocurrió en la Guerra Fría, vuelve a aparecer ante el mundo como el país totalitario y cruel que es enemigo de la libertad, lo que le coloca en desventaja dentro de la guerra de prestigio e imagen que se está librando en nuestro mundo.
En realidad, Rusia no es peor que Estados Unidos como potencia belicista y generadora de conflictos y guerra en el mundo. De hecho, los Estados Unidos son el país del mundo que más invasiones, guerras y conflictos armados ha provocado desde la II Guerra Mundial, pero la torpeza de Putin al invadir Ucrania hace aparecer a Rusia como la mayor potencia agresiva y el país más peligroso del planeta.
Las tropas rusas eran temidas en todo el mundo y al Ejercito Ruso se le consideraba como el más temible y fuerte, pero su operación en Ucrania ha acabado con su prestigio porque ha demostrado ser una maquinaria bélica obsoleta y poco eficaz que ni siquiera ha sido capaz de doblegar a un país como Ucrania, pequeño y en teoría débil y atrasado.
Por culpa del inepto y torpe Putin, Rusia ha entrado en un infierno de sanciones de Occidente que más pronto que tarde tendrán un efecto demoledor sobre su economía y sobre la calidad de vida del pueblo ruso, al que Putin ha tenido que someter a férrea censura informativa para que no conozca sus fracasos en el frente ucraniano y en la geopolítica mundial.
Cientos de empresas occidentales han cerrado sus sucursales en Rusia y han provocado desempleo masivo y una sensación de aislamiento que, por ahora, es soportada por el pueblo ruso, pero que cada día será más letal para la economía y la vida diaria de los rusos.
Putin, por culpa de su errónea invasión de Ucrania, ha tenido que incrementar la represión interna y llenado las cárceles de disidentes que antes no se atrevían a manifestarse. Muchos expertos creen que en realidad la guerra de Ucrania ha abierto en Rusia un peligroso frente interno de resistencia y oposición a Putin, cuyo futuro es cada día mas incierto.
Las pérdidas de vidas humanas, tanto de civiles como de militares, incluyendo las muy numerosas del bando propio y de materiales militares en Ucrania, son enormes. Los temidos tanques rusos han demostrado ser poco más que cajas mortales de mantequilla frente a los misiles anti-carros occidentales, Las perdidas humanas se desconocen, pero los expertos creen que ya superan a las sufridas por Rusia en Afganistán y Chechenia, mientras que las perdidas de aviones, helicópteros y vehículos acorazados son enormes.
Rusia ha sido expulsada de los grandes foros y conclaves mundiales donde el mundo convivía, debatía y se divertía. El aislamiento de Rusia afecta a la política, la economía, la cultura, el deporte y la tecnología, entre otros capítulos.
La industria rusa, por ahora, sigue funcionado, pero pronto echará de menos componentes sofisticados que antes importaba de Occidente y que hoy están bloqueados como represalia por la cruel invasión de Ucrania.
Además, para colmo de desgracias, Rusia perderá pronto sus exportaciones de gas y petróleo a Europa, principal fuente de ingresos para su economía.
Además de haber convertido a Ucrania en un país de héroes, en un escenario donde la fuerza rusa se desgasta y extingue y en el país más admirado y querido del planeta, la desgraciada invasión ha colocado a los rusos una dura etiqueta de país inhumano, cruel, despiadado, corrupto y peligroso, que, desesperado en su dinámica de derrota y fracaso, ha tenido que recurrir a amenazar al resto del mundo con un holocausto nuclear, otro error fatal del imbécil dirigente del Kremlin.
Francisco Rubiales
Rusia, al igual que ocurrió en la Guerra Fría, vuelve a aparecer ante el mundo como el país totalitario y cruel que es enemigo de la libertad, lo que le coloca en desventaja dentro de la guerra de prestigio e imagen que se está librando en nuestro mundo.
En realidad, Rusia no es peor que Estados Unidos como potencia belicista y generadora de conflictos y guerra en el mundo. De hecho, los Estados Unidos son el país del mundo que más invasiones, guerras y conflictos armados ha provocado desde la II Guerra Mundial, pero la torpeza de Putin al invadir Ucrania hace aparecer a Rusia como la mayor potencia agresiva y el país más peligroso del planeta.
Las tropas rusas eran temidas en todo el mundo y al Ejercito Ruso se le consideraba como el más temible y fuerte, pero su operación en Ucrania ha acabado con su prestigio porque ha demostrado ser una maquinaria bélica obsoleta y poco eficaz que ni siquiera ha sido capaz de doblegar a un país como Ucrania, pequeño y en teoría débil y atrasado.
Por culpa del inepto y torpe Putin, Rusia ha entrado en un infierno de sanciones de Occidente que más pronto que tarde tendrán un efecto demoledor sobre su economía y sobre la calidad de vida del pueblo ruso, al que Putin ha tenido que someter a férrea censura informativa para que no conozca sus fracasos en el frente ucraniano y en la geopolítica mundial.
Cientos de empresas occidentales han cerrado sus sucursales en Rusia y han provocado desempleo masivo y una sensación de aislamiento que, por ahora, es soportada por el pueblo ruso, pero que cada día será más letal para la economía y la vida diaria de los rusos.
Putin, por culpa de su errónea invasión de Ucrania, ha tenido que incrementar la represión interna y llenado las cárceles de disidentes que antes no se atrevían a manifestarse. Muchos expertos creen que en realidad la guerra de Ucrania ha abierto en Rusia un peligroso frente interno de resistencia y oposición a Putin, cuyo futuro es cada día mas incierto.
Las pérdidas de vidas humanas, tanto de civiles como de militares, incluyendo las muy numerosas del bando propio y de materiales militares en Ucrania, son enormes. Los temidos tanques rusos han demostrado ser poco más que cajas mortales de mantequilla frente a los misiles anti-carros occidentales, Las perdidas humanas se desconocen, pero los expertos creen que ya superan a las sufridas por Rusia en Afganistán y Chechenia, mientras que las perdidas de aviones, helicópteros y vehículos acorazados son enormes.
Rusia ha sido expulsada de los grandes foros y conclaves mundiales donde el mundo convivía, debatía y se divertía. El aislamiento de Rusia afecta a la política, la economía, la cultura, el deporte y la tecnología, entre otros capítulos.
La industria rusa, por ahora, sigue funcionado, pero pronto echará de menos componentes sofisticados que antes importaba de Occidente y que hoy están bloqueados como represalia por la cruel invasión de Ucrania.
Además, para colmo de desgracias, Rusia perderá pronto sus exportaciones de gas y petróleo a Europa, principal fuente de ingresos para su economía.
Además de haber convertido a Ucrania en un país de héroes, en un escenario donde la fuerza rusa se desgasta y extingue y en el país más admirado y querido del planeta, la desgraciada invasión ha colocado a los rusos una dura etiqueta de país inhumano, cruel, despiadado, corrupto y peligroso, que, desesperado en su dinámica de derrota y fracaso, ha tenido que recurrir a amenazar al resto del mundo con un holocausto nuclear, otro error fatal del imbécil dirigente del Kremlin.
Francisco Rubiales
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