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Información y Opinión

El derecho de los ciudadanos a ser felices


Nota

Lo primero que el gobierno de Pedro Sánchez ha violado es el derecho de los ciudadanos a ser felices. La felicidad es la gran meta de toda política, pero en España Sánchez ha entronizado en su lugar el miedo al futuro, la inquietud y la zozobra con su gobierno socialista-comunista, aliado y sometido a apoyos tan peligrosos como los del independentismo vasco y catalán, unido a los amigos del odio y del terrorismo. Un gobierno de esa calaña es casi imposible que pueda promover la felicidad de los ciudadanos porque está diseñado justo para lo contrario, para hundir las esperanzas y provocar angustia.

Aristóteles, el mayor de los filósofos, lo dijo hace casi tres milenios: "Todo hombre tiene derecho a ser feliz". Pero los políticos, especialmente los españoles, procuran lo contrario, que sus "subditos" sean infelices y estén enfrentados, tensionados e insatisfechos.

Tenemos en España más políticos que ningún otro país de Europa. Si a los políticos inútiles se les suman la enorme masa de asesores, enchufados y paniaguados, España está invadida por legiones de parásitos ociosos que lo infectan todo como una plaga y que absorben gran parte de la riqueza nacional.

Pues, a pesar de que son tantos, ni uno sólo de ellos se ha dado cuanta de que "el primer deber de todo gobierno en democracia es procurar la felicidad de los ciudadanos".

Ese deber ha sido ocultado a los ciudadanos y olvidado por los políticos, que lo han sustituido por el deber de procurarse ellos mismos la felicidad y la riqueza, convirtiendo la política no en un ejercicio de buen gobierno y defensa del bien común, sino en una carrera para acumular poder y riqueza sin límites ni controles.

Esa eliminación de la felicidad ciudadana como primer deber del liderazgo en democracia es la clave del envilecimiento del sistema, de la decadencia española y lo que explica la decepción de los ciudadanos y el profundo rechazo a la clase política.
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"Todo hombre tiene derecho a ser feliz" (Aristóteles)
"Todo hombre tiene derecho a ser feliz" (Aristóteles)
Nuestros políticos son tan estúpidos y egoístas que han olvidado lo más importante de la democracia: que el primer deber de todo gobierno es procurar la felicidad de sus ciudadanos. Si hubiéramos exigido a nuestros representantes que cumplan esa primera y principal misión de la democracia, España sería hoy un país muy distinto, mucho mas próspero, pujante, justo y decente.

Ese deber de procurar la felicidad, recogido, directa o indirectamente, en las principales constituciones del mundo moderno, en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y en la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, no aparece en la vigente Constitución española de 1978. Y esa ausencia se nota porque los gobiernos de España, mas que luchar por la felicidad de sus ciudadanos, parece que han luchado solo por la de ellos, dotándose de una inigualable batería de privilegios, y nunca por el bien común, haciendo sufrir a la ciudadanía con privaciones, injusticias, arbitrariedades, despilfarros, impuestos confiscatorios, abusos de poder y corrupción a gran escala.

Sin embargo, la Constitución de Cádiz de 1812, primer texto constitucional de nuestra historia, sí proclamaba en su artículo 13 el derecho de los ciudadanos a ser felices: “El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen”. Los imbéciles que nos gobiernan hoy son tan miserables que han olvidado ese principio, que es crucial en las democracias.

Esa proclamación tiene unos procedentes históricos en la Revolución Francesa, que aprobó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (el 26 de agosto de 1789), texto básico que inspira la política moderna y que en su preámbulo alude a la felicidad como objeto del Gobierno de la Nación: “Los Representantes del Pueblo Francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del Hombre son las únicas causas de las calamidades públicas y de la corrupción de los Gobiernos, han resuelto exponer en una Declaración solemne los derechos naturales, inalienables y sagrados del Hombre; para que esta declaración, estando continuamente presente en la mente de los miembros de la corporación social, les recuerde permanentemente sus derechos y sus deberes; para que los actos de los poderes legislativo y ejecutivo, pudiendo ser confrontados en todo momento con los fines de toda institución política, puedan ser más respetados; y para que las reclamaciones de los Ciudadanos, al ser dirigidas por principios sencillos e incontestables, puedan tender siempre a mantener la Constitución y la felicidad de todos”.

Todavía queda mas claro el derecho de los gobernados a ser felices en la Declaración de Derechos de Virginia, de 1776, prefacio de la actual Constitución de Estados Unidos, uno de los textos emblemáticos del constitucionalismo universal, que proclama: «Que todos los hombres son, por naturaleza, igualmente libres e independientes, y que tienen ciertos derechos inherentes de los que no pueden privar o desposeer a su posteridad por ninguna especie de contrato, cuando se incorporan a la sociedad; a saber, el goce de la vida y de la libertad con los medios de adquirir y poseer la propiedad y perseguir y obtener la felicidad y la seguridad».

La Constitución española vigente, la de 1978, exaltada como modélica por la propaganda institucional, no es en modo alguno un texto digno de alabanza, sino todo un fracaso, porque esa Carta Magna ha permitido que los políticos españoles construyan un país lleno de corrupción, con su democracia degradada, injusto, desigual, arbitrario, donde los ciudadanos, marginados por el poder, desprecian a sus dirigentes y poblado de desempleados, pobres, desconfiados y demasiados seres asustados e infelices.

También ha permitido que el poder de los políticos y de sus partidos sea desproporcionado y sin control y que los saqueadores, estafadores y mentirosos hayan actuado sin trabas y con impunidad, sin que ni siquiera hayan tenido que pedir perdón ni devolver la ingente cantidad de dinero robada a la ciudadanía.

Nuestra Constitución ha permitido que miles de políticos se hayan enriquecido robando y que la democracia haya sido violada en todas sus reglas básicas, desde la separación de poderes a la autonomía de la sociedad civil, sin olvidar la participación del ciudadano en la política y la existencia de una ley igual para todos, entre otras muchas carencias y dramas.

Una constitución que permite tantos desmanes y estragos contra el pueblo soberano tiene que ser, necesariamente, un documento inútil y fracasado.

El derecho de los ciudadanos a ser felices ha sido ignorado no solo por la Constitución sino también por la clase política española, a pesar de que ese es el principal deber de un gobierno democrático moderno. Los partidos y sus políticos profesionales han antepuesto miles de veces sus propios intereses a los del pueblo y al bien común y han construido un Estado deplorable, injusto y corrompido, que ni siquiera es ya capaz de ilusionar a sus ciudadanos y al que le cuesta ta trabajo mantener unidos a sus territorios.

La única explicación del drama español está en el fracaso de su clase dirigente, a la que el pueblo no solo rechaza sino que está aprendiendo a odiar y de la que pretende vengarse en las próximas elecciones votando a partidos nuevos, a pesar de que algunos de ellos, por sus ideas extremistas y totalitarias, constituyen una seria amenaza para la nación.

Y la explicación de ese fracaso de los políticos españoles, escandaloso y miserable, está claramente identificada en el texto francés de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, de 1789: "La ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del Hombre son las únicas causas de las calamidades públicas y de la corrupción de los Gobiernos".

En España esa sentencia es cien por cien certera porque casi la totalidad de los problemas del país, especialmente las vejaciones e injusticias que padecen sus ciudadanos, provienen de su nefasta clase política, una de las peores del mundo.

Francisco Rubiales

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Domingo, 12 de Enero 2020
Artículo leído 1020 veces




Comentarios:

1.Publicado por vanlop el 12/01/2020 08:52

Anoche escribí un comentario, que no ha salido, seguramente por la hora tardía.

No hay mucho que comentar hoy, el artículo lo dice todo, sólo queda insistir en alguna idea.

Todas las constituciones del mundo insisten o deberían insistir, porque son muchos países y cada uno tiene una constitución diferente y procurando que no se note mucho que es copiada de otras, en la necesidad de procurar la felicidad de los ciudadanos, que no es lo mismo que asegurar que serán felices. Pero la intención está y como dice la situación cambia si el gobierno tiene el mandato de procurar al felicidad, que si no lo tiene.

En España, como se hizo una constitución a medida de la casta y no de los ciudadanos, no existe ese principio, de procurar la felicidad: No es que haya mucha diferencia, porque estos ni siquiera cumplen nada de lo que dice la constitución, pero ayudaría mucho.

Por supuesto es cierta la sentencia que cita de la Declaración de Derechos del Hombre, cuidadosamente ignorada y que como dice, esa ignorancia u olvido, es al causa de todas las desgracias.

Pero volvemos a lo de siempre, el lanar no lo sabe y además no le interesa saberlo.

2.Publicado por Julia el 12/01/2020 11:07
La felicidad es más simple de lo que ustedes puedan explicar hoy. Hoy hay docemil participantes en la carrera "10 K València 2020" superfelices. No se preocupen ustedes, ya sabemos que los políticos no nos van a traer la felicidad nunca. Los políticos solo crean felicidad para su bolsillo y las migajas para el pobre pueblo que les votó o no. Lo único que puede hacer el pueblo soberano es vigilar que no nos roben demasiado y votor al menos mentiroso o al menos malo. La felicidad, señores, es individual y no la podemos poner en manos de nadie, por lo que cada cual se la tiene que procurar haciendo lo mejor que sabe hacer. Hoy, con este gobierno que se va a formar, dudo que los Españoles vayamos a ser más felices. Pero miremos el lanar. En el lanar hay gente muy feliz, orgullosa de ser lo que es y de lo que ha conseguido en su vida. Es gente que nada tiene que ver con la basura que se ha colado en todas las instituciones. El lanar vigilará a los Comunistas, a los separatistas, a los nuevos etarras, que son, todos ellos, la nueva amenaza que quiere destruir la paz en España y su unidad. Lo pregonaremos 1000 veces como hacen ellos y los vigilaremos todos los días esperando que la oposición haga también lo que le corresponde.

3.Publicado por francisco.lopez.roma@gmail.com el 12/01/2020 11:13
Tengamos esperanza por lo menos, que es lo último que se pierde (dicen). Según escribió Bertrand Russell en su libro "La conquista de la felicidad"..."El hombre feliz es el que no siente el fracaso de unidad alguna, aquel cuya personalidad no se escinde contra sí mismo ni contra el mundo. El que se siente ciudadano del universo y goza libremente del espectáculo que le ofrece y de las alegrías que brinda, impávido ante la muerte, porque se cree separado de los que vienen en pos de él. En esta unión profunda e instintiva con la corriente de la vida se halla la dicha verdadera."

Así que aunque la Constitución no obligue a ningún político a que sus ciudadadanos sean felices (aunque ayer ya dije que a los políticos lo único que les interesa realmente es su partido y sus privilegios), pues tengamos esperanza en que la situación no será tan negra como la pintan (o pintamos). Que cualquier decisión que tome este gobierno de 21 ministros y 4 vicepresidentes (aunque un vicepresidente no sirve para nada) será totalmente controlada por cada uno de nosotros para valorarla y criticarla si es preciso, aunque sea lo único que podamos hacer.

Van a tener el poder político, es más malo de todos, y aunque a ellos lo de la felicidad y el bienestar les traiga al pairo, aceptemos que es algo que sirve para que todos (con unidad como dije ayer) alcancemos la fuerza necesaria para crear por lo menos una felicidad en cada uno por haber tenido la capacidad de saber lo que el gobierno hace con nosotros, que no seamos (como dice vanlop), lanar que no sabe nada o no le interesa saberlo.

Buen domingo a todos.

4.Publicado por TONY el 12/01/2020 11:45

Poco han tardado en mostrar su verdadera cara los socios de Pedro Sanchez Podemos Y ERC, ayer en Bilbao junto alentramado proetarra, hicieron una verdera exaltación del terrorismo, y una HUMILLACION CONSTANTE A LAS VICTIMAS, así que con estas gentuzas sin escrupúlos, va Pedro Sánchez, así que no nos llamemos a engaño y llamemos a las cosas por su nombre quien ha votado a Pdedro Sanchez son complices

5.Publicado por francisco.lopez.roma@gmail.com el 12/01/2020 13:00
Tienes razón, TONY, como dije el otro día,...el socialismo se ha usado mucho para acabar con los "colectivos" que no les interesaban. Y los etarras decían que eran "socialistas", y mataban a quienes no les interesaban.

Dios los cria y ellos se juntan...tarde o temprano.


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Este blog no es una plataforma de promoción del Voto en Blanco, sino un medio de castigo al mal gobierno y a la política antidemocrática que utiliza el termino “Voto en Blanco” por lo que conlleva de protesta y castigo al poder inicuo.

El voto en blanco es una bofetada democrática a los poderes políticos ineptos y expresa la protesta ciudadana en las urnas cuando padece gobiernos insoportables, injustos y corruptos. Es un gesto democrático de rechazo a los políticos, partidos y programas, no al sistema. Conscientes del riesgo que representaría un voto en blanco masivo, los gestores de las actuales democracias no lo valoran, ni lo contabilizan, ni le otorgan plasmación alguna en las estructuras del poder. El voto en blanco es una censura casi inútil que sólo podemos realizar en las escasas ocasiones que se abren las urnas. Esta bitácora abraza dos objetivos principales: Valorar el peso del voto en blanco en las democracias avanzadas y permitir a los ciudadanos libres ejercer el derecho a la bofetada democrática de manera permanente, a través de la difusión de información, opinión y análisis.




HIENAS Y BUITRES. PERIODISMO Y RELACIONES PERVERTIDAS CON EL PODER


Hienas y buitres es un libro escrito para despertar y movilizar las conciencias dormidas e intoxicadas desde el poder. Leerlo representa un vuelo rasante por encima de los secretos de la comunicación moderna y de los recursos y trucos que utiliza el poder para ejercer el dominio.
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Los medios son la única fuerza del siglo XXI que tiene poder para poner y quitar gobiernos y para cambiar los destinos del mundo.
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DEMOCRACIA SEVERA. MÁS ALLÁ DE LA INDIGNACIÓN


Lo que hoy llamamos "democracia" es un triste remedo de lo que fue ese sistema en sus orígenes. Los políticos han aprendido a violarla y la han desnaturalizado y desarmado. "Democracia Severa, mas allá de la indignación" (Tecnos 2015), de Francisco Rubiales Moreno y Juan Jesús Mora Molina, es un libro que denuncia la degradación de la democracia y señala las reformas que el sistema necesita para que sea justo y decente y para que los políticos estén bajo control.
A la democracia le faltan piezas de gran importancia: exigencias éticas, controles a los políticos, que deben ser examinados, psiquica y moralmente, por comisiones independientes, auténtica separación de los poderes y otorgar un papel preponderante a la sociedad civil y al ciudadano, que deben influir y, sobre todo, supervisar la labor de los gobernantes, pudiendo, incluso, destituirlos. La impunidad debe acabar, como también la tolerancia frente a la corrupción y esos cheques en blanco que permiten a los políticos gobernar como les da la gana, ignorando la opinión de los ciudadanos, que son sus jefes y los soberanos del sistema.
Democracia Severa, que ya está en las librerías, aporta lucidez, libertad y solvencia ciudadana. Es una reflexión de denuncia que señala los puntos débiles de nuestro sistema y ayuda a la regeneración y a construir un mundo mejor.
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Las revelaciones de Onakra el escriba de Dios

Este libro, publicado por Francisco Rubiales Moreno, Las Revelaciones de Onakra, el escriba de Dios, no es, como los tres anteriores del mismo autor (Democracia Secuestrada, Políticos, los Nuevos Amos y Periodistas sometidos), un ensayo de pensamiento político, sino una original narración que recoge misteriosas revelaciones sobre la llegada de los primeros ángeles a la Tierra, sus relaciones con las especies vivientes del planeta, el nacimiento de la inteligencia humana y el inicio de esa lucha a muerte entre el bien y el mal que domina la existencia humana, desde el principio hasta el final de los tiempos.
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Periodistas Sometidos. Los perros del poder (Editorial Almuzara, 2009), el último libro publicado por Francisco Rubiales, ha sido acogido con gran interés por políticos, periodistas y ciudadanos interesados en conocer con detalle la profunda crisis del periodismo en España, el sometimiento al poder de miles de periodistas y de redacciones completas, la agonía del periodismo libre, independiente y crítico y la rotura de la vieja alianza entre periodistas y ciudadanos, sin la cual la democracia deja de existir.
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Políticos, los nuevos amos es el nuevo libro de Francisco Rubiales, publicado tras el éxito de Democracia secuestrada.

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Pimentel, que recomienda la lectura del libro a los presidentes, ministros, altos cargos políticos, militantes y a cualquier ciudadano inquieto y preocupado por la democracia, lo define como un libro "duro, libre, alejado de lo políticamente correcto, capaz de provocar reflexiones y golpes de conciencia muy dolorosos".
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La rebelión ya ha comenzado. Los ciudadanos quieren regresar del exilio y revitalizar una democracia que está postrada y secuestrada. El ciudadano será de nuevo el protagonista en una democracia auténtica y regenerada. El ser humano está dispuesto a construir a cualquier precio la catedral del futuro. Hay una fuerza desconocida que le impulsa a hacerlo, a pesar de sus cobardías, dudas y fracasos Pero, hasta conseguirlo, tendrá que atravesar desiertos y desfiladeros poblados de peligros y de alimañas dispuestas a defender con sangre y fuego sus privilegios.
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