El corazón del sanchismo es la mentira

Buenos días Don Francisco

Ayer puse un comentario a su denuncia, pero se voló.

Lo pongo otra vez si no es molestia en la página de ayer.

Muchas gracias

El sanchismo es la cima, por ahora, de las mentiras. En la transición se empezó con las mentiras y puesto que para mantener una mentira hay que crear otra más grande, ya vamos por unas mentiras que son tan evidentes que nadie las cree. Pero si tienes los resortes del poder, puedes hacer lo que te de la gana, lo que nos lleva al corolario evidente: la democracia desapareció hace tiempo, si es que llegó a existir alguna vez.

Desde Suarez, incluido, todos han mentido, lo que ocurre es que los últimos presidentes han hecho de la mentira su norma de conducta. Supongo que le próximo dejará al buen doctor como un paladín de la verdad.

No es necesario ser un experto en política ni en moral, para comprender que los sistemas basados en la mentira se desmoronan solos, que es lo que está ocurriendo ante nuestros ojos. ¿Y después qué? Sobre eso no tengo una respuesta, porque se abren varias posibilidades y ninguna buena.

La transición se hizo sobre varias mentiras de fondo, que se aceptaron porque nos convencieron que era lo mejor para la concordia y la reconciliación. En nombre de la democracia se ha mentido, lo cual no deja de ser curioso pues la democracia se basa precisamente en la verdad y una de las cosas más importantes que no tolera es la mentira. Pero aquí se divinizó la democracia y se la convirtió en un fin, cuando no es más que un medio y a partir de ahí, se permitió todo.

El corolario evidente es cómo se puede revertir la situación y lo cierto es que resulta muy difícil, por no decir imposible. El ciudadano no está unido y no está unido porque una parte importante de la población no cree que nos mientan y otra parte, aún admitiendo la mentira, no considera que esté en su mano cambiar nada. Y seguramente es cierto, tal y como está montado el sistema, el ciudadano tiene poco que hacer, salvo aceptar pasivamente las veleidades y mentiras de los que mandan.

Ni siquiera la gente pide que las votaciones sean limpias, aceptan directamente que lo son. Lo cual tiene su ironía, pues si aceptamos que nos mienten, lo normal es que mientan en lo principal, que es el recuento de votos. Cierto que el lanar ni se entera de nada, pero hay un sector que piensa, más o menos y que sin embargo da por buenos los resultados e incluso las encuestas y que acepta que el gobierno miente, pero piensa que ciertas cosas son verdad.

Otra cosa que puede parecer sorprendente es que no se ocultan. No sólo no se ocultan en las mentiras políticas, sino que ni siquiera se ocultan de robar, que lo hacen a la vista y nadie dice nada.

Ayer, creo, inauguraron la reforma de la plaza de España de Madrid. Era un espacio con muchos árboles, prácticamente una zona de sombra en verano. Ahora es una gran explanada sin una sombra y con unos pocos árboles en los márgenes. La gran explanada corresponde a un aparcamiento subterráneo, que, dicen los malos teclados, se ha hecho para que los senadores puedan acceder directamente del coche a su escaño sin necesidad de salir a la calle donde se pueden contaminar con la chusma. El presupuesto inicial se ha disparado, pero ya ni nos molestamos en preguntarnos cuanto se habrá perdido. Y por supuesto, los ecologistas callados, a pesar de la desaparición de los árboles.

Ayer leí algo que puede ser indicativo de la clase dirigente que padecemos.

"Recuerden el latigillo argumental de Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior: pedir perdón es una forma de arrepentimiento. Recuerden su afirmación, en plena pandemia, tras una de sus habituales meteduras de pata: "Autocrítica sí, pero arrepentimiento no, porque implica culpabilidad". Ocurrió un 20 de abril de 2020."

Ya sabemos en qué consiste la famosa autocrítica de los marxistas. Yo me crié oyendo hablar de la autocrítica de los dirigentes comunistas. Si no hay arrepentimiento ¿para qué sirve la autocrítica? Si no reconoces que te has equivocado, lo que implica que hay unas consecuencias indeseables y por tanto eres culpable de ellas, lo de la autocrítica no dejan de ser palabras vacías, que se utilizan para que los que escuchan piensen que eres muy bueno.

Pues ya sabemos lo que hay. Reconocen los errores, pero en ningún caso se sienten culpables, con lo cual seguirán haciendo lo que les de la gana, por supuesto, con total impunidad.

No me resisto a poner un trozo de un artículo de Juan Manuel de Prada, publicado en ABC:

"Si estuvieran convencidos de las propiedades benéficas de las terapias génicas experimentales se limitarían a persuadir a los reticentes con estímulos luminosos; si los amenazan con confinamientos domiciliarios, con obligarlos a pagar los costes de la enfermedad o, en general, con hacerles ‘la vida imposible’ (a sabiendas de que tales medidas generan más rechazo que acatamiento, amén de una desconfianza creciente en las instituciones) es porque carecen de argumentos persuasivos. Y, ciertamente, es difícil encontrarlos en unas terapias que no inmunizan ni evitan el contagio, y cuya presunta eficacia empieza a declinar a los cuatro meses (como ya se reconoce). Diríase que con sus amenazas pretendieran anular el grupo de comparación que permitiría establecer la eficacia del presunto remedio en que se han gastado billones, saqueando las economías nacionales."

Es la mentira de siempre, la misma, la que se viene utilizando desde hace tanto.

Y esto me lleva a algo que, aún estando a la vista, ni siquiera pensamos y es que como he dicho antes, las mentiras están a la vista y no las ocultan.

El desmantelamiento de las cajas de ahorros, aparte de servir para enriquecer a ciertos elementos, sirvió para que el ahorro de los españoles se canalizara hacia los fondos de inversión, los famosos fondos buitres, que ya funcionaban con dinero de los ahorradores de otros países, pero ha sido en estos últimos años cuando se han disparado.

La cosa es muy simple. La gente, a través de sus bancos, confía sus ahorros a estos fondos, que invierten en industrias y negocios. En el caso nuestro, resulta que el dinero de los españoles se invierte en industrias españolas, pero el control lo tienen los directivos de esos fondos, que no son tampoco los que mandan, por cierto. Al final los que mandan son los de siempre.

Naturalmente, invierten en todo y las farmacéuticas son parte de la inversión, lo mismo que las empresas del IBEX o los medios. Así que como el negocio ahora está en las vacunas, los medios y hasta los empresarios, las recomiendan y hasta presionan para que la gente se las ponga. Vemos una explicación a que las empresas obliguen a sus trabajadores.

Obligar a vacunarse, tal como vemos, no es algo altruista, sino un negocio como cualquier otro, salvo que en este la salud puede perjudicarse. Pero ¿qué es la salud de la gente frente a la cuenta de resultados?

Solo pensar que todavía nos quedan por delante dos años muy duros, largos y terribles por soportar a este ilegítimo, criminal y deleznable gobierno: dictatorial y fascista como jamás hemos conocido, hace que nos produzca la mayor de las depresiones y nos sumerjamos en el peor de los pesimismos. Y eso esperemos que no se les ocurra otra de sus infamias tales como otro 11M u otra moción de censura o vaya usted a saber que pueden estar tramando y, tengamos que padecerlo otros cuatro años más, aparte de estos dos, de estos ya nada me extrañaría

En cuanto a ese ridículo y patético troll que cada día infecta este blog queriendolo intoxicar con sus bilis, ya solo hay compadecerse de él. Solo es un pobre e insignificante diablo, un completo vago e inutil que no debe servir absolutamente para nada, excepto para chupar del pesebre público y subsistir del esfuerzo y el sudor de los demás y, cuando ve que eso se le acaba no le queda más remedio que utilizar las aritmañas más bajunas y rastreras para seguir viviendo del parasitismo. Pero como ya escribió Cervantes en Don Quijote. ¡Ladran esos perros!, luego cabalgas