Los separatistas están construyendo un muro con total impunidad. Las piedras angulares de este muro son los medios y la educación.
Nunca me ha gustado el término educación para designar lo que se hace en las escuelas, porque la educación no es cosa de la escuela, sino de la familia. En la escuela se enseña. Pero en estos tiempos, la escuela educa inculcando las ideas de la casta en los niños. Ideas, algunas de ellas aberrantes y deformantes y en el caso catalán, inculcando la existencia de un país imaginario y el odio a España y a lo español.
Los medios hacen lo mismo. De unos medios creados para la neutralidad política, se pasó rápidamente en unos medios adoctrinadores, en primer lugar del partido gobernante, pero fundamentalmente de la ideología socialdemócrata o si que quiere, del marxismo cultural. En el caso catalán la exaltación desenfrenada de ese país imaginario, que no por mucho decir que es real lo va a ser.
Todos los medios autonómicos practican el mismo modelo, adaptado a las características de la población. Todos muestran las ideas de los que mandan en la taifa y todos exaltan la autonosuya como principal valor e incluso en algunos casos exaltando el nacionalismo, lo que ocurre, como en el caso andaluz, es que el nacionalismo andaluz no tiene arraigo social y salvo cuatro "concienciados" y el estímulo de los partidos marxistas, pero de forma discreta, la gente no está por la labor.
Si observamos lo que se "educa" en las escuelas, vemos que se exaltan los valores de la taifa y ya que estos valores no suelen calar en la gente, se exaltan la diferencias con las otras taifas.
El caso catalán no sería más que llegar al extremo en adoctrinamiento, pero en el fondo nada distinto de lo que se hace en el resto de las taifas.
Tal vez por eso nadie de la casta eleva su voz para decir "no es esto, no es esto".
Naturalmente los que mandan saben de qué va el juego y se comportan como sumisos peones, por eso nos encontramos con tanta contradicción y tanto ir contra el sentido común.
El ejemplo de los presupuestos nos da una idea de por donde se mueve la casta. Resulta que los vascos, una vez sacado el dinero, ahora se montan en la oposición al 155. Nada nuevo, han estado muchos años recogiendo las nueces, como para que ahora nos sorprenda su actitud.
Sin embargo ni el PP ni el PSOE han mencionado el patriotismo, ni las necesidades de los ciudadanos. No sé si los presupuestos son capitalistas, socialistas o qué, la cuestión es que los están utilizando para sacar sus dividendos, tanto económicos como políticos, y vemos que lo que ocurra a los españoles no les importa.
La actitud del PSOE es tan rastrera que deben perder la mayoría de los votos, porque por muy socialista que se sea, hay cosas que una persona decente no puede soportar. Ni siquiera denuncia las maldades del PP, se limitan todos a lo de siempre, a insultarse y a poner el ventilador.
Pero la gente aún no ha asumido que sus votos pueden cambiar las cosas, de modo que me temo que todo seguirá igual.
Aún no ha habido muertos en Cataluña, no por falta de ganas. Lo que ha dicho en el canal autonómico TV3, Jair Domínguez, de que “habrá muertos, porque la república no se construye con lacitos y manifiestos”, es cierto. Las separaciones siempre han sido a base de muertos, aunque en muchos casos hayan sido algo simbólicos. En este caso no se ha producido por una serie de circunstancias que pueden ser superadas y que les dejarán superarlas. Tal vez la primera sea que la situación no estaba madura, pero urgía tapar el 3 %. También que el poder de la casta no es absoluto y por tanto tienen que hacer como que cumplen. Tampoco es fácil meter armas de contrabando y ya les negaron la petición de armas de guerra. Pero al final, si nadie lo remedia, los muertos llegarán.
Vanlop
Nunca me ha gustado el término educación para designar lo que se hace en las escuelas, porque la educación no es cosa de la escuela, sino de la familia. En la escuela se enseña. Pero en estos tiempos, la escuela educa inculcando las ideas de la casta en los niños. Ideas, algunas de ellas aberrantes y deformantes y en el caso catalán, inculcando la existencia de un país imaginario y el odio a España y a lo español.
Los medios hacen lo mismo. De unos medios creados para la neutralidad política, se pasó rápidamente en unos medios adoctrinadores, en primer lugar del partido gobernante, pero fundamentalmente de la ideología socialdemócrata o si que quiere, del marxismo cultural. En el caso catalán la exaltación desenfrenada de ese país imaginario, que no por mucho decir que es real lo va a ser.
Todos los medios autonómicos practican el mismo modelo, adaptado a las características de la población. Todos muestran las ideas de los que mandan en la taifa y todos exaltan la autonosuya como principal valor e incluso en algunos casos exaltando el nacionalismo, lo que ocurre, como en el caso andaluz, es que el nacionalismo andaluz no tiene arraigo social y salvo cuatro "concienciados" y el estímulo de los partidos marxistas, pero de forma discreta, la gente no está por la labor.
Si observamos lo que se "educa" en las escuelas, vemos que se exaltan los valores de la taifa y ya que estos valores no suelen calar en la gente, se exaltan la diferencias con las otras taifas.
El caso catalán no sería más que llegar al extremo en adoctrinamiento, pero en el fondo nada distinto de lo que se hace en el resto de las taifas.
Tal vez por eso nadie de la casta eleva su voz para decir "no es esto, no es esto".
Naturalmente los que mandan saben de qué va el juego y se comportan como sumisos peones, por eso nos encontramos con tanta contradicción y tanto ir contra el sentido común.
El ejemplo de los presupuestos nos da una idea de por donde se mueve la casta. Resulta que los vascos, una vez sacado el dinero, ahora se montan en la oposición al 155. Nada nuevo, han estado muchos años recogiendo las nueces, como para que ahora nos sorprenda su actitud.
Sin embargo ni el PP ni el PSOE han mencionado el patriotismo, ni las necesidades de los ciudadanos. No sé si los presupuestos son capitalistas, socialistas o qué, la cuestión es que los están utilizando para sacar sus dividendos, tanto económicos como políticos, y vemos que lo que ocurra a los españoles no les importa.
La actitud del PSOE es tan rastrera que deben perder la mayoría de los votos, porque por muy socialista que se sea, hay cosas que una persona decente no puede soportar. Ni siquiera denuncia las maldades del PP, se limitan todos a lo de siempre, a insultarse y a poner el ventilador.
Pero la gente aún no ha asumido que sus votos pueden cambiar las cosas, de modo que me temo que todo seguirá igual.
Aún no ha habido muertos en Cataluña, no por falta de ganas. Lo que ha dicho en el canal autonómico TV3, Jair Domínguez, de que “habrá muertos, porque la república no se construye con lacitos y manifiestos”, es cierto. Las separaciones siempre han sido a base de muertos, aunque en muchos casos hayan sido algo simbólicos. En este caso no se ha producido por una serie de circunstancias que pueden ser superadas y que les dejarán superarlas. Tal vez la primera sea que la situación no estaba madura, pero urgía tapar el 3 %. También que el poder de la casta no es absoluto y por tanto tienen que hacer como que cumplen. Tampoco es fácil meter armas de contrabando y ya les negaron la petición de armas de guerra. Pero al final, si nadie lo remedia, los muertos llegarán.
Vanlop
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