Alfonso Lazo, hoy profesor universitario y hace dos décadas secretario general del PSOE de Sevilla, cree que la mal gobernada Andalucía camina hacia atrás y que el actual sistema educativo conduce a una sociedad parecida a la de hace medio siglo, dividida en dos bloques: la de los aristócratas del conocimiento, elites bien educadas y profesionalmente bien preparadoa en escuelas y universidades privadas, y una enorme masa apática, inculta, desconocedora del sentido del deber y del esfuerzo y fácilmente manipulable, educada en escuelas y universidades públicas.
Argumenta Lazo en un artículo publicado en El Mundo (7-9-2007) que las nuevas generaciones de andaluces, desconocedoras del esfuerzo, se perecen a la antigua plebe de Roma, acostumbrada al reparto gratuito de alimentos y a los embrutecedores espectáculos del circo.
El exdirigente socialista, hoy muy crítico con sus antiguos correligionarios, critica las órdenes políticas de aprobar a todos en las universidades, la sensible bajada en la calidad de la enseñanza y la falta de esfuerzo. Concretamente habla de las universidades andaluzas como "guarderías de jóvenes de 20 años". Y agrega que muchos padres de retoños andaluces abofetearían en público a cualquier profesor que se atreva a exigir disciplina y esfuerzo a sus maleducados hijos.
Lazo habla del fracaso escolar masivo en Andalucía y de la baja calidad de la enseñanza como consecuencias directas de errores garrafales en la política educativa de un gobierno que parece interesado en formar masas sin criterio y fácilmente manipulables desde el poder, en lugar de profesionales preparados para liderar el desarrollo y el verdadero progreso de la sociedad.
Denuncia, finalmente, Lazo, la sumisión al poder de los rectores universitarios, que presionan a los departamentos para que produzcan "largas listas de aprobados ignorantes".
Las criticas del exdirigente socialista se suman a las muchas voces que se alzan en la sociedad andaluza para alertar del estado de postración y de desmoralización del sector de la educación, marcado por la pérdida de autoridad de los profesores, el irrespeto de los alumnos y de sus padres al profesorado, la ausencia de esfuerzo y el fracaso escolar y académico, fenómeno ante el que las autoridades reaccionan bajando las exigencias e impulsando algo que se parece mucho al aprobado general.
Muchas de las críticas afirman que en la Andalucía gobernada por el socialismo los ricos educan a sus hijos en escuelas y universidades privadas, donde adquieren una alta formación en ambientes de exigencia, mientras que las clases menos favorecidas maleducan a sus hijos en el sector público, donde la calidad de la enseñanza deja mucho que desear, una situación que conduce a una división social entre elites y masas que recuerda mucho al pasado de la andalucía agraria y semifeudal de los dos primeros tercios del siglo XX, Franquismo incluído, cuando sólo estudiaban los hijos de los ricos, mientras que el resto de la población andaluza era una masa inculta y analfabeta.
Argumenta Lazo en un artículo publicado en El Mundo (7-9-2007) que las nuevas generaciones de andaluces, desconocedoras del esfuerzo, se perecen a la antigua plebe de Roma, acostumbrada al reparto gratuito de alimentos y a los embrutecedores espectáculos del circo.
El exdirigente socialista, hoy muy crítico con sus antiguos correligionarios, critica las órdenes políticas de aprobar a todos en las universidades, la sensible bajada en la calidad de la enseñanza y la falta de esfuerzo. Concretamente habla de las universidades andaluzas como "guarderías de jóvenes de 20 años". Y agrega que muchos padres de retoños andaluces abofetearían en público a cualquier profesor que se atreva a exigir disciplina y esfuerzo a sus maleducados hijos.
Lazo habla del fracaso escolar masivo en Andalucía y de la baja calidad de la enseñanza como consecuencias directas de errores garrafales en la política educativa de un gobierno que parece interesado en formar masas sin criterio y fácilmente manipulables desde el poder, en lugar de profesionales preparados para liderar el desarrollo y el verdadero progreso de la sociedad.
Denuncia, finalmente, Lazo, la sumisión al poder de los rectores universitarios, que presionan a los departamentos para que produzcan "largas listas de aprobados ignorantes".
Las criticas del exdirigente socialista se suman a las muchas voces que se alzan en la sociedad andaluza para alertar del estado de postración y de desmoralización del sector de la educación, marcado por la pérdida de autoridad de los profesores, el irrespeto de los alumnos y de sus padres al profesorado, la ausencia de esfuerzo y el fracaso escolar y académico, fenómeno ante el que las autoridades reaccionan bajando las exigencias e impulsando algo que se parece mucho al aprobado general.
Muchas de las críticas afirman que en la Andalucía gobernada por el socialismo los ricos educan a sus hijos en escuelas y universidades privadas, donde adquieren una alta formación en ambientes de exigencia, mientras que las clases menos favorecidas maleducan a sus hijos en el sector público, donde la calidad de la enseñanza deja mucho que desear, una situación que conduce a una división social entre elites y masas que recuerda mucho al pasado de la andalucía agraria y semifeudal de los dos primeros tercios del siglo XX, Franquismo incluído, cuando sólo estudiaban los hijos de los ricos, mientras que el resto de la población andaluza era una masa inculta y analfabeta.
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