La salida de José Bono del gobierno socialista, por decisión propia, representa una pérdida de enorme importancia para José Luis Rodríguez Zapatero, que tendrá que afrontar el incuestionable hecho de que su gobierno se radicaliza y pierde el elemento más popular, el que conectaba al ejecutivo con conceptos tan importantes como la unidad de España, el catolicismo, las grandes tradiciones, el centro sociológico y la moderación.
Bono no sólo era el más popular de los ministros, sino también el más moderado, el que generaba más confianza y la pieza que unía a Zapatero con ese centro político que, en opinión de los sociólogos y politólogos, es el que gana las elecciones en España.
La radicalización del gobierno de Zapatero viene marcada no sólo por la huída de Bono, sino también por la entrada en el gobierno de Rubalcaba, nombrado para la cartera de Interior, clave en estos tiempo de negociación con ETA. Rubalcaba llega al gobierno después de actuar durante años como encargado de las operaciones especiales de comando, gubernamentales y políticas, como rostro radical del PSOE y como jefe las brigadas que operaban en las cloacas del poder.
El cambio de cartera del ministro Alonso, que va de Interior a Defensa, y la sustitución de la ministra de Educación y Ciencia son acontecimientos menos relevantes que los dos movimientos estelares, protagonizados por Bono y Rubalcaba.
Sin la menor duda, el radical cambio de imagen y de orientación del actual gobierno obligará a Zapatero a realizar un nuevo ajuste, antes de las próximas elecciones municipales, cuyo objetivo será no sólo eliminar a ministros y ministras "quemados" que restan votos, sino reconstruir la imagen moderada y la solidez que su gobierno ha perdido hoy.
Bono no sólo era el más popular de los ministros, sino también el más moderado, el que generaba más confianza y la pieza que unía a Zapatero con ese centro político que, en opinión de los sociólogos y politólogos, es el que gana las elecciones en España.
La radicalización del gobierno de Zapatero viene marcada no sólo por la huída de Bono, sino también por la entrada en el gobierno de Rubalcaba, nombrado para la cartera de Interior, clave en estos tiempo de negociación con ETA. Rubalcaba llega al gobierno después de actuar durante años como encargado de las operaciones especiales de comando, gubernamentales y políticas, como rostro radical del PSOE y como jefe las brigadas que operaban en las cloacas del poder.
El cambio de cartera del ministro Alonso, que va de Interior a Defensa, y la sustitución de la ministra de Educación y Ciencia son acontecimientos menos relevantes que los dos movimientos estelares, protagonizados por Bono y Rubalcaba.
Sin la menor duda, el radical cambio de imagen y de orientación del actual gobierno obligará a Zapatero a realizar un nuevo ajuste, antes de las próximas elecciones municipales, cuyo objetivo será no sólo eliminar a ministros y ministras "quemados" que restan votos, sino reconstruir la imagen moderada y la solidez que su gobierno ha perdido hoy.
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