Las encuestas actuales dicen que ganará el "SI" en el referéndum sobre el Estatuto catalán, pero con una abstención masiva. Un sondeo de Noxa para La Vanguardia, realizado entre el 8 y el 11 de mayo, revela que la mitad de los votantes no irán a las urnas y que el 18 de junio se tomará el día libre. Sin embargo, cuando la campaña cobre la dureza que se espera, los expertos opinan que muchos de los que hoy piensan abstenerse podrían inclinarse por el “NO”.
El “SI” estará apoyado por el poder gobernante y el “establecimiento” catalán, mientras que el “NO” estará impulsado por un cóctel de fuerzas dispares cuyos principales soportes serán la minoría de catalanes críticos y reivindicativos de la ciudadanía y las libertades, la derecha del Partido Popular y los ultranacionalistas de ERC.
El tiempo juega en contra del Estatut porque permitirá a los catalanes nococerlo mejor, reflexionar y convencerse de que aprobarlo condena a Cataluña a retroceder y a transformarse en una sociedad anticuada, cerrada, intervensionista y con un poder político tan pesante que terminará por asfixiar a la sociedad civil catalana, autora y protagonista del progreso histórico de ese pueblo.
La ruptura del Tripartito también juega contra el Estatut porque radicalizará la campaña y generará la confusión en una ciudadanía que contemplará como las derechas coinciden con las izquierdas y con la gente librepensadora en la defensa del “NO”.
En fin, todo un problema para el patrocinador del Estatut, el propio José Luis Rodríguez Zapatero, que a estas alturas de su mandato debe estar pensando que Cataluña, como muchos estrategas de su propio partido le vaticinaron, puede convertirse en una maldición para su gobierno y en su tumba política.
El “SI” estará apoyado por el poder gobernante y el “establecimiento” catalán, mientras que el “NO” estará impulsado por un cóctel de fuerzas dispares cuyos principales soportes serán la minoría de catalanes críticos y reivindicativos de la ciudadanía y las libertades, la derecha del Partido Popular y los ultranacionalistas de ERC.
El tiempo juega en contra del Estatut porque permitirá a los catalanes nococerlo mejor, reflexionar y convencerse de que aprobarlo condena a Cataluña a retroceder y a transformarse en una sociedad anticuada, cerrada, intervensionista y con un poder político tan pesante que terminará por asfixiar a la sociedad civil catalana, autora y protagonista del progreso histórico de ese pueblo.
La ruptura del Tripartito también juega contra el Estatut porque radicalizará la campaña y generará la confusión en una ciudadanía que contemplará como las derechas coinciden con las izquierdas y con la gente librepensadora en la defensa del “NO”.
En fin, todo un problema para el patrocinador del Estatut, el propio José Luis Rodríguez Zapatero, que a estas alturas de su mandato debe estar pensando que Cataluña, como muchos estrategas de su propio partido le vaticinaron, puede convertirse en una maldición para su gobierno y en su tumba política.