En lugar de abanderar la regeneración de la profesión, muy deteriorada por el sometimiento al poder socialista, algunas asociaciones de la prensa, entre ellas la de Sevilla, no han tardado en pedir al nuevo gobierno que preside Moreno Bonilla protección para los periodistas contratados por la Junta, una demanda imposible de satisfacer porque los periodistas contratados como cargos de confianza deben cesar al mismo tiempo que cesan sus jefes y porque el nuevo gobierno piensa cerrar cientos de chiringuitos inútiles y espacios del poder creados únicamente para distraer dinero público y colocar a miles de familiares y amigos del socialismo.
Aunque la Asociación de la Prensa de Sevilla (APS) ha desmentido que haya pedido que los periodistas contratados por el PSOE y el anterior gobierno sigan en sus puestos, el comunicado demuestra poco interés por lo que es más necesario y urgente: la regeneración de la profesión, muy deteriorada por el sometimiento al poder político y porque muchos de sus miembros operan más como publicistas y propagandistas que como informadores veraces.
En esos chiringuitos socialistas, parte sustancial de la red clientelar andaluza tejida para fortalecer el poder socialista, hay colocados muchos periodistas cuya principal misión era defender el poder gobernante y difundir sus mensajes, sin cumplir las tareas básicas del periodismo democrático, que son la información independiente y veraz, imprescindible para controlar y fiscalizar a los poderosos que gobiernan. La Junta de Andalucía ha sido, con gran diferencia, el primer contratador de periodistas en Andalucía, como es lógico, ya que su principal obsesión era ganar las elecciones una y otra vez, esconder sus carencias y miserias y fortalecer su red de instituciones y chiringuitos, que dominan el paisaje andaluz y controla casi la mitad de la economía regional.
El nuevo gobierno sabe que el periodismo sometido ha sido una pieza clave de la larga permanencia del socialismo en el poder y de que sus carencias, fracasos y delitos no se conozcan. De hecho, el papel de una parte importante del periodismo y de los medios ha sido cómplice deleznable del sistema. Millones de andaluces creen que el periodismo andaluz necesita una profunda regeneración, al mismo tiempo que se le libera de las ataduras que lo unían al poder político y al gobierno socialista. Ese sentimiento es compartido por los nuevos gobernantes, que al menos lo dicen en sus círculos privados, donde también sostienen que hay que revisar seriamente toda la política mediática de la Junta, orientada a comprar voluntades y a fabricar periodistas y medios vergonzosamente sometidos.
Algunos hemos investigado profundamente la situación del periodismo andaluz y creemos con firmeza que si regeneramos el periodismo, regeneraremos también la política, ya que la corrupción y el abuso de poder serían imposibles con un periodismo independiente y ligado a la verdad. Los delitos del poder temen la luz y los taquígrafos y aman la oscuridad, la mentira y la confusión. Con periodistas libres que sirvan a la verdad, al ciudadano y a la democracia, la luz inundará los espacios del poder y los ladrones, corruptos y abusadores se esconderán como gallinas asustadas.
Los periodistas españoles, desde las asociaciones de la prensa, repiten que “sin periodismo no hay democracia”, una frase vacía e incompleta que no dice nada porque la verdadera sentencia debería ser que “Sin periodismo libre, independiente y crítico no hay democracia”.
Muchos periodistas olvidan que si bien es cierto que el periodismo libre es el sostén principal de la democracia, también es cierto que el periodismo sometido y mercenario es el gran aliado que sostiene a tiranos, corruptos y delincuentes.
Es tan importante la regeneración del periodismo andaluz que puede afirmarse sin temor a errar que si el deteriorado mundo de los periodistas y de los medios no se regenera recuperando su servicio al pueblo con la verdad, la regeneración de la política y de la sociedad que pretende el actual gobierno será imposible.
Francisco Rubiales
Aunque la Asociación de la Prensa de Sevilla (APS) ha desmentido que haya pedido que los periodistas contratados por el PSOE y el anterior gobierno sigan en sus puestos, el comunicado demuestra poco interés por lo que es más necesario y urgente: la regeneración de la profesión, muy deteriorada por el sometimiento al poder político y porque muchos de sus miembros operan más como publicistas y propagandistas que como informadores veraces.
En esos chiringuitos socialistas, parte sustancial de la red clientelar andaluza tejida para fortalecer el poder socialista, hay colocados muchos periodistas cuya principal misión era defender el poder gobernante y difundir sus mensajes, sin cumplir las tareas básicas del periodismo democrático, que son la información independiente y veraz, imprescindible para controlar y fiscalizar a los poderosos que gobiernan. La Junta de Andalucía ha sido, con gran diferencia, el primer contratador de periodistas en Andalucía, como es lógico, ya que su principal obsesión era ganar las elecciones una y otra vez, esconder sus carencias y miserias y fortalecer su red de instituciones y chiringuitos, que dominan el paisaje andaluz y controla casi la mitad de la economía regional.
El nuevo gobierno sabe que el periodismo sometido ha sido una pieza clave de la larga permanencia del socialismo en el poder y de que sus carencias, fracasos y delitos no se conozcan. De hecho, el papel de una parte importante del periodismo y de los medios ha sido cómplice deleznable del sistema. Millones de andaluces creen que el periodismo andaluz necesita una profunda regeneración, al mismo tiempo que se le libera de las ataduras que lo unían al poder político y al gobierno socialista. Ese sentimiento es compartido por los nuevos gobernantes, que al menos lo dicen en sus círculos privados, donde también sostienen que hay que revisar seriamente toda la política mediática de la Junta, orientada a comprar voluntades y a fabricar periodistas y medios vergonzosamente sometidos.
Algunos hemos investigado profundamente la situación del periodismo andaluz y creemos con firmeza que si regeneramos el periodismo, regeneraremos también la política, ya que la corrupción y el abuso de poder serían imposibles con un periodismo independiente y ligado a la verdad. Los delitos del poder temen la luz y los taquígrafos y aman la oscuridad, la mentira y la confusión. Con periodistas libres que sirvan a la verdad, al ciudadano y a la democracia, la luz inundará los espacios del poder y los ladrones, corruptos y abusadores se esconderán como gallinas asustadas.
Los periodistas españoles, desde las asociaciones de la prensa, repiten que “sin periodismo no hay democracia”, una frase vacía e incompleta que no dice nada porque la verdadera sentencia debería ser que “Sin periodismo libre, independiente y crítico no hay democracia”.
Muchos periodistas olvidan que si bien es cierto que el periodismo libre es el sostén principal de la democracia, también es cierto que el periodismo sometido y mercenario es el gran aliado que sostiene a tiranos, corruptos y delincuentes.
Es tan importante la regeneración del periodismo andaluz que puede afirmarse sin temor a errar que si el deteriorado mundo de los periodistas y de los medios no se regenera recuperando su servicio al pueblo con la verdad, la regeneración de la política y de la sociedad que pretende el actual gobierno será imposible.
Francisco Rubiales
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