Sara Eisen entrevista a Rajoy
El intento, por parte del equipo de Rajoy, de silenciar el tema "Bárcenas" en la entrevista que Bloomberg hizo al presidente español en Nueva York demuestra el escaso sentido de la democracia que tienen la Moncloa y el partido que gobierna España. La periodista norteamericana Sara Eisen, de la cadena económica Bloomberg, hizo cinco preguntas a Rajoy sobre el asunto Bárcenas, algunas con fina agudeza, algo que disgustó al presidente y a su equipo que, al parecer, intentaron que Bloomberg no las emitiera.
El tema ha sorprendido en el mundo desarrollado y ha servido para ridiculizar una vez mas a la pobre y degradada democracia española. Ese comportamiento es propio del pasado, de viejas dictaduras y de poderes que nada tienen que ver con las democracias, las cuales, aunque en la Moncloa no lo sepan, son imposibles sin respeto a la transparencia y a la verdad. El pueblo tiene siempre derecho a saber la verdad, un derecho sagrado en democracia. Rajoy y sus muchachos deberían hacer un curso acelerado para convertirse en demócratas, aunque mucho nos tememos que la democracia no se aprende con lecciones aceleradas sino con la práctica reiterada, durante la vida, del debate, la colaboración con el prójimo, el librepensamiento, el respeto a los demás, la ejemplaridad y el cultivo de los grandes valores.
La mentira y la apacidad se han transformado en políticas de Estado en la democracia española, sobre todo en los periodos de Zapatero y Rajoy. Zapatero mintió a los españoles muchas veces y lo hizo con especial descaro cuando ocultó la crisis y sus negociaciones con ETA. Rajoy inauguró su mandato con la inmensa falsedad de incumplir sus promesas electorales, subiendo los impuestos que prometió bajar y cerrando los ojos ante una corrupción que prometió combatir. El intento de "censurar" la entrevista de Bloomberg no es nada mas que una consecuencia lógica del pobre y viciado concepto de la democracia que tienen los grandes partidos políticos españoles, que creen que ganar las elecciones equivale a una patente de corso para practicar todo tipo de abusos y arbitrariedades, entre ellas violaciones reiteradas a la verdad y a la esencia de la democracia, un sistema cuyas principales reglas son ignoradas en España: separación de poderes, elecciones realmente libres, una ley asumida por los ciudadanos e igual para todos, imperio de la verdad y la transparencia, participación del ciudadano en los procesos de toma de decisiones, castigo para los corruptos y, sobre todo, eficaces y drásticas limitaciones al poder de los políticos y de sus partidos, que en España operan con una casi completa impunidad.
El tema ha sorprendido en el mundo desarrollado y ha servido para ridiculizar una vez mas a la pobre y degradada democracia española. Ese comportamiento es propio del pasado, de viejas dictaduras y de poderes que nada tienen que ver con las democracias, las cuales, aunque en la Moncloa no lo sepan, son imposibles sin respeto a la transparencia y a la verdad. El pueblo tiene siempre derecho a saber la verdad, un derecho sagrado en democracia. Rajoy y sus muchachos deberían hacer un curso acelerado para convertirse en demócratas, aunque mucho nos tememos que la democracia no se aprende con lecciones aceleradas sino con la práctica reiterada, durante la vida, del debate, la colaboración con el prójimo, el librepensamiento, el respeto a los demás, la ejemplaridad y el cultivo de los grandes valores.
La mentira y la apacidad se han transformado en políticas de Estado en la democracia española, sobre todo en los periodos de Zapatero y Rajoy. Zapatero mintió a los españoles muchas veces y lo hizo con especial descaro cuando ocultó la crisis y sus negociaciones con ETA. Rajoy inauguró su mandato con la inmensa falsedad de incumplir sus promesas electorales, subiendo los impuestos que prometió bajar y cerrando los ojos ante una corrupción que prometió combatir. El intento de "censurar" la entrevista de Bloomberg no es nada mas que una consecuencia lógica del pobre y viciado concepto de la democracia que tienen los grandes partidos políticos españoles, que creen que ganar las elecciones equivale a una patente de corso para practicar todo tipo de abusos y arbitrariedades, entre ellas violaciones reiteradas a la verdad y a la esencia de la democracia, un sistema cuyas principales reglas son ignoradas en España: separación de poderes, elecciones realmente libres, una ley asumida por los ciudadanos e igual para todos, imperio de la verdad y la transparencia, participación del ciudadano en los procesos de toma de decisiones, castigo para los corruptos y, sobre todo, eficaces y drásticas limitaciones al poder de los políticos y de sus partidos, que en España operan con una casi completa impunidad.
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