Con la aprobación de una Ley de amnistía purulenta, injusta e indecente, España dará hoy un gran salto hacia el comunismo y la peor de las tiranías, la que carece de alma, razón, justicia, derecho y respeto.
Esa enorme brutalidad se la deberemos, sobre todo, al podrido PSOE, el partido que sostiene al tirano Sánchez.
Los jueces honrados, en representación de la mayoría de los españoles que se oponen a la ignominia de la amnistía, abren nuevas grietas en el texto que se pretende aprobar incorporando acusaciones contra Puigdemont no amnistiables. Anteriormente se le acusó de terrorismo y ahora se le investiga por traición, por acordar con la Rusia de Putin una guerra en Cataluña, con financiación abundante en rublos y 10 mil soldados rusos mercenarios defendiendo la independencia.
El espectáculo que está ofreciendo Sánchez, destrozando España a cambio de seguir en el poder, es espeluznante y nadie entiende como todavía existen socialistas decentes que estén a su lado, cuando a Sánchez ya no le queda otra ideología que la piratería, la pura lucha por el botín del poder.
Una chirigota del Carnaval de Cádiz, interpretando el sentir popular como es habitual, carga certeramente contra Sánchez y la amnistía: "Por 7 votos ha resucitado a Franco" y lo ha convertido en un héroe respetado, si se le compara con Sánchez y sus tropelías dictatoriales.
Sánchez pasará a la Historia como un canalla, enemigo de España y de los valores democráticos. En el siniestro legado de Sánchez destaca la entrega a delincuentes de impunidad a cambio de poder, generando así una nauseabunda decadencia moral y el derrumbe de los valores europeos y democráticos.
No es fácil entender cómo y por qué esa parte de España incorporada al socialismo ha caído tan bajo.
Tampoco es fácil entender que las grades instituciones defensivas de la nación, incluyendo al Rey y a las Fuerzas Armadas, no muevan un dedo para defender la patria que han jurado preservar. Menos todavía se entiende que el grueso de la sociedad española siga dormida, cuando Sánchez y su banda destrozan la nación común, en la que tendrán que vivir sus hijos y netos.
Francisco Rubiales
Esa enorme brutalidad se la deberemos, sobre todo, al podrido PSOE, el partido que sostiene al tirano Sánchez.
Los jueces honrados, en representación de la mayoría de los españoles que se oponen a la ignominia de la amnistía, abren nuevas grietas en el texto que se pretende aprobar incorporando acusaciones contra Puigdemont no amnistiables. Anteriormente se le acusó de terrorismo y ahora se le investiga por traición, por acordar con la Rusia de Putin una guerra en Cataluña, con financiación abundante en rublos y 10 mil soldados rusos mercenarios defendiendo la independencia.
El espectáculo que está ofreciendo Sánchez, destrozando España a cambio de seguir en el poder, es espeluznante y nadie entiende como todavía existen socialistas decentes que estén a su lado, cuando a Sánchez ya no le queda otra ideología que la piratería, la pura lucha por el botín del poder.
Una chirigota del Carnaval de Cádiz, interpretando el sentir popular como es habitual, carga certeramente contra Sánchez y la amnistía: "Por 7 votos ha resucitado a Franco" y lo ha convertido en un héroe respetado, si se le compara con Sánchez y sus tropelías dictatoriales.
Sánchez pasará a la Historia como un canalla, enemigo de España y de los valores democráticos. En el siniestro legado de Sánchez destaca la entrega a delincuentes de impunidad a cambio de poder, generando así una nauseabunda decadencia moral y el derrumbe de los valores europeos y democráticos.
No es fácil entender cómo y por qué esa parte de España incorporada al socialismo ha caído tan bajo.
Tampoco es fácil entender que las grades instituciones defensivas de la nación, incluyendo al Rey y a las Fuerzas Armadas, no muevan un dedo para defender la patria que han jurado preservar. Menos todavía se entiende que el grueso de la sociedad española siga dormida, cuando Sánchez y su banda destrozan la nación común, en la que tendrán que vivir sus hijos y netos.
Francisco Rubiales
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