Los hispanos, la mayor minoría en Estados Unidos, se dispone a celebrar el primero de mayo de 2006, que se celebra en Estados Unidos como el "National Day of Action", como una protesta masiva en todo el país para defender sus derechos humanos, amenazados por el "poder establecido", que los contempla como una amenaza.
En Estados Unidos hay más de 40 millones de hispanos y una masa de "ilegales" sin documentos, calculada en unos 12 millones, que viven ocultos en la sombra, pero que, con sus trabajos humildes y bajos salarios, constituyen un soporte vital para la economía del país.
El objetivo de la movilización es exigir que se ponga fin a esta situación dramática mediante la legalización de los clandestinos, que viven bajo el miedo permanente a ser doportados. Esta semana, precisamente, se han registrado situaciones de pánico entre la comunidad hispana, al desatarse redadas aleatorias contra indocumentados. El pánico se ha multiplicado con la circulación de rumores sobre redadas que no existían realmente.
Los hispanos, cada día más conscientes de su peso específico y de la injusta situación que padecen, han decidido lanzar un movimiento de protesta pacífica y envuelta en la bandera americana, apoyado por la Iglesia Católica, que comienza a ser percibido en Estados Unidos como un emergente movimiento de defensa de los derechos civiles, como en su día protagonizaron los negros, dirigidos por Martin Luther King.
En Estados Unidos hay más de 40 millones de hispanos y una masa de "ilegales" sin documentos, calculada en unos 12 millones, que viven ocultos en la sombra, pero que, con sus trabajos humildes y bajos salarios, constituyen un soporte vital para la economía del país.
El objetivo de la movilización es exigir que se ponga fin a esta situación dramática mediante la legalización de los clandestinos, que viven bajo el miedo permanente a ser doportados. Esta semana, precisamente, se han registrado situaciones de pánico entre la comunidad hispana, al desatarse redadas aleatorias contra indocumentados. El pánico se ha multiplicado con la circulación de rumores sobre redadas que no existían realmente.
Los hispanos, cada día más conscientes de su peso específico y de la injusta situación que padecen, han decidido lanzar un movimiento de protesta pacífica y envuelta en la bandera americana, apoyado por la Iglesia Católica, que comienza a ser percibido en Estados Unidos como un emergente movimiento de defensa de los derechos civiles, como en su día protagonizaron los negros, dirigidos por Martin Luther King.