Hazteoir, un portal dedicado a elevar la opinión de los ciudadanos hasta los ámbitos del lejano poder, los medios de comunicación y las grandes instituciones, ha tenido la feliz idea de pedir a las altas instancias del Estado español que los partidos políticos también se financien a través del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, como lo harán a partir de ahora la Iglesia Católica y las entidades con “otros fines de interés social”.
La iniciativa se ha visto coronada por el éxito y son miles de ciudadanos los que se están sumando a la petición. Si usted quiere hacer llegar al presidente del gobierno, al del Congreso, al del Senado, al Partido Socialista y al Partido Popular una carta argumentando la conveniencia democrática de que los partidos se financien de este modo libre y democrático, contacte con “Hazteoir" y rellene un corto formulario.
El portal sostiene que “lo que es bueno para unos también deberá ser bueno para otros” y que “con esta medida se permitiría que los contribuyentes financiaran aquellos partidos que deseen y se conseguiría que esa financiación no sea impuesta y opaca para la mayoría de los votantes”.
En la actualidad, los partidos políticos reciben financiación pública, como si se tratase de instituciones de altísimo interés para la sociedad. Sin embargo, muchos opinan que no sólo no son de interés para la sociedad sino todo lo contrario. Los partidos se han alejado de los ciudadanos, traicionando sus principios originales, y convertido en sociedades obsesionadas por acumular poder. Cuando nacieron, estaban situados a mitad de camino, entre la sociedad y el Estado, y su misión era facilitar la participación de los ciudadanos en la política. Sin embargo, han traicionado aquellos nobles principios, después de alejarse de los ciudadanos y acercarse al Estado, hasta ocuparlo. Amparados en su poder, que es prácticamente absoluto, han ocupado los poderes básicos del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial), que, en democracia, deben ser independientes, y han eliminado cualquier control democrático efectivo que les reste poder. Entre las medidas que los partidos han adoptado para acumular más poder está la de recibir financiación, prácticamente ilimitada, de las arcas públicas.
Nosotros formamos parte de los millones de ciudadanos españoles que creemos que los partidos políticos, por razones de higiene y salud democrática, deberían financiarse mediante la libre aportación de los contribuyentes, como lo hará a partir de ahora la Iglesia Católica, renunciando así a privilegios contrarios a la democracia y a la opinión pública con un tipo de financiación que es opaca, profundamente impopular y muchas veces corrupta.
La iniciativa se ha visto coronada por el éxito y son miles de ciudadanos los que se están sumando a la petición. Si usted quiere hacer llegar al presidente del gobierno, al del Congreso, al del Senado, al Partido Socialista y al Partido Popular una carta argumentando la conveniencia democrática de que los partidos se financien de este modo libre y democrático, contacte con “Hazteoir" y rellene un corto formulario.
El portal sostiene que “lo que es bueno para unos también deberá ser bueno para otros” y que “con esta medida se permitiría que los contribuyentes financiaran aquellos partidos que deseen y se conseguiría que esa financiación no sea impuesta y opaca para la mayoría de los votantes”.
En la actualidad, los partidos políticos reciben financiación pública, como si se tratase de instituciones de altísimo interés para la sociedad. Sin embargo, muchos opinan que no sólo no son de interés para la sociedad sino todo lo contrario. Los partidos se han alejado de los ciudadanos, traicionando sus principios originales, y convertido en sociedades obsesionadas por acumular poder. Cuando nacieron, estaban situados a mitad de camino, entre la sociedad y el Estado, y su misión era facilitar la participación de los ciudadanos en la política. Sin embargo, han traicionado aquellos nobles principios, después de alejarse de los ciudadanos y acercarse al Estado, hasta ocuparlo. Amparados en su poder, que es prácticamente absoluto, han ocupado los poderes básicos del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial), que, en democracia, deben ser independientes, y han eliminado cualquier control democrático efectivo que les reste poder. Entre las medidas que los partidos han adoptado para acumular más poder está la de recibir financiación, prácticamente ilimitada, de las arcas públicas.
Nosotros formamos parte de los millones de ciudadanos españoles que creemos que los partidos políticos, por razones de higiene y salud democrática, deberían financiarse mediante la libre aportación de los contribuyentes, como lo hará a partir de ahora la Iglesia Católica, renunciando así a privilegios contrarios a la democracia y a la opinión pública con un tipo de financiación que es opaca, profundamente impopular y muchas veces corrupta.
Comentarios: