Una de las muchas imágenes contra Sánchez que circulan en la campaña de la división, la crispación y la falsedad
Sánchez y los suyos se están escudando en el lío que ellos mismos han creado entre Atresmedia y la televisión pública para eludir el debate echando la culpa a los demás. Es el puro estilo del sanchismo.
Los estrategas de Sánchez, con las encuestas que le dan una sólida ventaja, quieren proyectar la imagen de que el PSOE no piensa pactar con los partidos más odiados por los Españoles, que son los nacionalistas catalanes y el pro etarra Bildu.
Primero quiso utilizar la estrategia de planear una alianza con Ciudadanos, pero al negarse públicamente ese partido, aquella estrategia fallo. Después quiso montar un debate trucado para presentar una España dividida en dos bandos, con el enemigo de derecha dominado por VOX, pero esa estrategia también fracasó porque la Junta Electoral vetó a VOX. Ahora solo le queda que el debate no se celebre porque él y los suyos saben que lo perdería porque el tema dominante sería el de las sucias y deleznables alianzas que proyecta con los peores enemigos de España, a los que siempre necesitaría para gobernar.
Sánchez y sus asesores demuestran que no son fiables, que mienten y que tienen mucho miedo a que los españoles conozcan las verdades que ocultan, que son la concesión de más competencias y dinero para vascos y catalanes, indultos para los golpistas cuando sean condenados, despilfarro, incremento del déficit y un infierno fiscal que hundirá la economía española.
Para Sánchez es crucial no someterse a un debate que perdería y que desvelaría sus trucos, mentiras y programas ocultos. Sánchez no quiere que los españoles le conozcan.
Francisco Rubiales
Los estrategas de Sánchez, con las encuestas que le dan una sólida ventaja, quieren proyectar la imagen de que el PSOE no piensa pactar con los partidos más odiados por los Españoles, que son los nacionalistas catalanes y el pro etarra Bildu.
Primero quiso utilizar la estrategia de planear una alianza con Ciudadanos, pero al negarse públicamente ese partido, aquella estrategia fallo. Después quiso montar un debate trucado para presentar una España dividida en dos bandos, con el enemigo de derecha dominado por VOX, pero esa estrategia también fracasó porque la Junta Electoral vetó a VOX. Ahora solo le queda que el debate no se celebre porque él y los suyos saben que lo perdería porque el tema dominante sería el de las sucias y deleznables alianzas que proyecta con los peores enemigos de España, a los que siempre necesitaría para gobernar.
Sánchez y sus asesores demuestran que no son fiables, que mienten y que tienen mucho miedo a que los españoles conozcan las verdades que ocultan, que son la concesión de más competencias y dinero para vascos y catalanes, indultos para los golpistas cuando sean condenados, despilfarro, incremento del déficit y un infierno fiscal que hundirá la economía española.
Para Sánchez es crucial no someterse a un debate que perdería y que desvelaría sus trucos, mentiras y programas ocultos. Sánchez no quiere que los españoles le conozcan.
Francisco Rubiales
Comentarios: