A las acusaciones gruesas que retrataban la España en ruinas que él ha construido desde el poder, el sátrapa narcisista responde con una sonrisa simiesca, llena de desprecio hacia el viejo profesor Tamames,
La Moción de Censura es tan clara y contundente que solo los que voten a favor demostraran ser decentes y demócratas. Los contrarios a esa lluvia de decencia y acusaciones sólidas demuestran que solo están en la política por el botín o que ya han sido convertidos en borregos.
La moción de censura se está convirtiendo tristemente en una exhibición de odio, un derroche de anti democracia, una burla a la inteligencia y una demostración palpable de que los políticos, salvo muy escasas excepciones, son el gran fracaso de la Humanidad, una auténtica chusma indecente, ajena al bien común.
Una de las frases más acertadas de la Moción de Censura la ha pronunciado Ines Arrimadas: “Es la primera vez que el mayor problema de España es su presidente”. Cierto, Sánchez, por su falta de ética, suciedad, egoísmo y maldad, es la más grande boñiga de la nación.
El gran mensaje de la moción es doble: los malos no son la extrema derecha, como ellos dicen, sino la chusma gobernante, tan arrogante y fatua que ni siquiera responde a los grandes temas que se le plantearon, desde la ruina económica a la injusticia generalizada, la decadencia de España, el desastre moral, los socios podridos del gobierno y otras muchas; el otro es un mensaje de esperanza: queda solo poco más de medio año para que podamos librarnos de la gentuza en las urnas.
Si no se es sectario y sinvergüenza, hay que asumir que España está en manos de la peor morralla, amiga de los golpistas, okupas, delincuentes e hijos del odio. El discurso de Tamames y VOX ha demostrado que el gobierno está lleno de ineficacia, arbitrariedad y bajeza.
La imagen de arrogancia que proyectó Pedro Sánchez es suficiente para avergonzar al pueblo español entero. A las acusaciones gruesas que retrataban la España en ruinas que él ha construido desde el poder, el sátrapa narcisista responde con una sonrisa simiesca, llena de desprecio hacia el viejo profesor Tamames, cuyo mensaje fue parte del orgullo que le resta a la ciudadanía de España. Frente a los motivos de esperanza del viejo profesor, la respuesta del sanchismo envilecido fue la condescendía arrogante de quien escucha la lata que de un abuelo riñendo a los nietos.
Cuando se levanten las alfombras y los españoles del futuro contemplen anonadados los estragos que causó el sanchismo a España, se preguntarán por qué no fueron más los que acusaron al tirano en la Moción de censura del profesor Tamames, una ocasión desaprovechada para herir mortalmente a la bestia.
El fruto de la moción no será, como dicen los voceros esbirros del sanchismo, que Sánchez salió fortalecido, sino que los políticos y sus partidos quedaron retratados de cara a las próximas elecciones y divididos en dos grupos: los que lucharon heroicamente por España, siendo pocos contra muchos, y la masa que se colocó al lado del mal y del peor gobierno de España en muchos siglos.
Los grandes temas que están acuchillando a España, desde el envejecimiento atroz hasta la inmigración desordenada y sin filtrar, sin olvidar la tiranía de un gobierno que ocupa la Justicia, no respeta la separación de poderes y asesina la democracia cada día, de manera impune, delante de los españoles aborregados, quedarán sin respuesta porque el tirano sólo sabe hablar de extrema derecha, de divisiones, enfrentamientos y odios.
Pasó inadvertido, pero creo que el momento más brillante de la primera sesión fue cuando el tirano dijo que VOX es la heredera de Blas Piñar, a lo que el viejo Tamames, cargado de razón y lucidez, respondió que ni el 0,1 por ciento de los españoles actuales saben quien fue Blas Piñar, pero que si recuerdan y saben quién fue Largo Caballero, socialista como Sánchez, al que llamaron "el Lenin español" y provocó la guerra civil de 1936", además de ordenar el saqueo y envío a Moscú de las reservas en oro del Banco de España y saquear las joyas y monedas que los ciudadanos guardaban en las cajas fuertes de los bancos.
Francisco Rubiales
La moción de censura se está convirtiendo tristemente en una exhibición de odio, un derroche de anti democracia, una burla a la inteligencia y una demostración palpable de que los políticos, salvo muy escasas excepciones, son el gran fracaso de la Humanidad, una auténtica chusma indecente, ajena al bien común.
Una de las frases más acertadas de la Moción de Censura la ha pronunciado Ines Arrimadas: “Es la primera vez que el mayor problema de España es su presidente”. Cierto, Sánchez, por su falta de ética, suciedad, egoísmo y maldad, es la más grande boñiga de la nación.
El gran mensaje de la moción es doble: los malos no son la extrema derecha, como ellos dicen, sino la chusma gobernante, tan arrogante y fatua que ni siquiera responde a los grandes temas que se le plantearon, desde la ruina económica a la injusticia generalizada, la decadencia de España, el desastre moral, los socios podridos del gobierno y otras muchas; el otro es un mensaje de esperanza: queda solo poco más de medio año para que podamos librarnos de la gentuza en las urnas.
Si no se es sectario y sinvergüenza, hay que asumir que España está en manos de la peor morralla, amiga de los golpistas, okupas, delincuentes e hijos del odio. El discurso de Tamames y VOX ha demostrado que el gobierno está lleno de ineficacia, arbitrariedad y bajeza.
La imagen de arrogancia que proyectó Pedro Sánchez es suficiente para avergonzar al pueblo español entero. A las acusaciones gruesas que retrataban la España en ruinas que él ha construido desde el poder, el sátrapa narcisista responde con una sonrisa simiesca, llena de desprecio hacia el viejo profesor Tamames, cuyo mensaje fue parte del orgullo que le resta a la ciudadanía de España. Frente a los motivos de esperanza del viejo profesor, la respuesta del sanchismo envilecido fue la condescendía arrogante de quien escucha la lata que de un abuelo riñendo a los nietos.
Cuando se levanten las alfombras y los españoles del futuro contemplen anonadados los estragos que causó el sanchismo a España, se preguntarán por qué no fueron más los que acusaron al tirano en la Moción de censura del profesor Tamames, una ocasión desaprovechada para herir mortalmente a la bestia.
El fruto de la moción no será, como dicen los voceros esbirros del sanchismo, que Sánchez salió fortalecido, sino que los políticos y sus partidos quedaron retratados de cara a las próximas elecciones y divididos en dos grupos: los que lucharon heroicamente por España, siendo pocos contra muchos, y la masa que se colocó al lado del mal y del peor gobierno de España en muchos siglos.
Los grandes temas que están acuchillando a España, desde el envejecimiento atroz hasta la inmigración desordenada y sin filtrar, sin olvidar la tiranía de un gobierno que ocupa la Justicia, no respeta la separación de poderes y asesina la democracia cada día, de manera impune, delante de los españoles aborregados, quedarán sin respuesta porque el tirano sólo sabe hablar de extrema derecha, de divisiones, enfrentamientos y odios.
Pasó inadvertido, pero creo que el momento más brillante de la primera sesión fue cuando el tirano dijo que VOX es la heredera de Blas Piñar, a lo que el viejo Tamames, cargado de razón y lucidez, respondió que ni el 0,1 por ciento de los españoles actuales saben quien fue Blas Piñar, pero que si recuerdan y saben quién fue Largo Caballero, socialista como Sánchez, al que llamaron "el Lenin español" y provocó la guerra civil de 1936", además de ordenar el saqueo y envío a Moscú de las reservas en oro del Banco de España y saquear las joyas y monedas que los ciudadanos guardaban en las cajas fuertes de los bancos.
Francisco Rubiales
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