El español es, sin duda, uno de los peores gobiernos del planeta. Dejad de protegerlos y de ocultar sus miserias y suciedades y empezad a exigir que respondan ante el pueblo y la Justicia de sus negligencias, errores y crímenes, pues con sus decisiones atrasadas, sectarias y electoralistas, han causado la infección por coronavirus a decenas de miles de españoles y la muerte a muchos centenares de ciudadanos.
Estáis blanqueando a políticos que no lo merecen y estáis dañando a un pueblo que si merece vuestra apuesta por la verdad. Ante la opinión pública aparecéis como colegas del político en corrupciones, engaños y miserias. En la Transición, los periodistas fueron considerados héroes por los ciudadanos, pero hoy somos los villanos y los rufianes.
La escasez de suministros en los hospitales ha causado muertes de profesionales sanitarios. El retraso en las decisiones drásticas para salvar la manifestación feminista del 8 M es un asunto criminal que ha causado estragos en España y que clama justicia ¡Dejad de proteger a nuestros verdugos!
Tenéis que contar al pueblo las verdades que desconoce: que el gobierno, según declara el ministro de Ciencia, Pedro Duque, conocía desde enero la gravedad del problema y empezó a estudiar ya entonces el decreto de Alarma, que, inexplicablemente, sólo se firmó un mes y medio más tarde, después de la orgía feminista del 8 de Marzo, ya demasiado tarde para detener la pandemia, causando miles de víctimas y cientos de muertos.Si calláis estas cosas os convertís en cómplices y traidores a la democracia y al pueblo, al que estamos obligados los periodistas a servir con la verdad.
No solo ocultáis sus abusos y desmanes sino que también sois altavoces de su propaganda. Decís falsedades como que España es una democracia, cuando incumple casi todas sus reglas, que la sanidad española es de las mejores del mundo, cuando se está comprobando que los políticos la han degradado, y ocultáis vergüenzas como el obsceno tamaño del Estado, que es el más costoso y obeso de Europa, el cobro de impuestos confiscatorios, el despilfarro, los desorbitados privilegios de los políticos, la compra de medios de comunicación, la manipulación de la Justicia y otras muchas.
Nuestros gobernantes tienen que sentarse en el banquillo de los acusados y deben pagar por los terribles daños que han causado por negligentes, sectarios e irresponsables. Vosotros, al protegerlos y esconder sus culpas estáis convirtiéndoos en corruptos y traidores. Colaborar con los malos gobernantes es uno de los peores pecados del periodismo y equivale a condenar al pueblo a la ignorancia y a seguir siendo víctima. Impedir que los culpables sean juzgados, engañando a la opinión pública, es un comportamiento lleno de bajeza y deleznable para un informador decente.
Soy vuestro colega y entiendo que los dueños de vuestros medios se sometan al poder porque a cambio reciben dinero y favores, pero no entiendo como vosotros, periodistas comprometidos con la verdad y el servicio al pueblo, os convertís en cómplices de estos delitos y violaciones de los derechos humanos elementales. Aquellos que estáis protegiendo no merecen ejercer liderazgo alguno en España.
Vuestro servicio a la verdad y al pueblo tienen más rango, honor y decencia que vuestra sumisión a los ineptos e irresponsables del poder, exhibida cada día en las tertulias de la radio y la televisión y en muchos medios escritos. No sirváis a los malos a costa de traicionar a los ciudadanos honrados y cumplidores y a la democracia. Recordad que la información veraz es una de las barreras que la democracia impone al poder para controlarlo y evitar que abuse. Sin vuestra información, el gobierno ejerce de tirano, el pueblo cae en la confusión y se torna esclavo, mientras la nación se envilece.
Recordad también que esos mismos a los que protegéis con vuestros silencios y falsedades son los que tienen hoy a los hospitales sin mascarillas, sin guantes, sin respiradores, sin batas y sin equipos de protección, causando bajas innecesarias en el heroico personal sanitario. Proteger a esa gente es convertirse en cómplices de los culpables de que los ancianos, por falta de medios, estén muriendo sin protección, en soledad y sin los cuidados sanitarios a que tienen derecho. Contadle al pueblo que los políticos no han tenido. ni un solo detalle de humanidad con los que sufren, ni han visitado todavía un hospital, ni se han bajado sus sueldos, nada de nada. Vuestros protegidos se comportan como lo han hecho los caciques y los sátrapas siempre.
No hay regeneración posible en España si no empieza por los medios de comunicación y los jueces. Sólo si esos dos sectores se regeneran, los políticos y sus partidos dejarán de ser cloacas envilecidas.
En este llamamiento no hay ideología sino únicamente dolor, cierta vergüenza de compartir la profesión con vosotros y respeto a la democracia y a la decencia. Si el gobierno que está inundando España de ineptitud y bajeza fuera de derechas, los argumentos y lamentos serían los mismos.
Francisco Rubiales
Estáis blanqueando a políticos que no lo merecen y estáis dañando a un pueblo que si merece vuestra apuesta por la verdad. Ante la opinión pública aparecéis como colegas del político en corrupciones, engaños y miserias. En la Transición, los periodistas fueron considerados héroes por los ciudadanos, pero hoy somos los villanos y los rufianes.
La escasez de suministros en los hospitales ha causado muertes de profesionales sanitarios. El retraso en las decisiones drásticas para salvar la manifestación feminista del 8 M es un asunto criminal que ha causado estragos en España y que clama justicia ¡Dejad de proteger a nuestros verdugos!
Tenéis que contar al pueblo las verdades que desconoce: que el gobierno, según declara el ministro de Ciencia, Pedro Duque, conocía desde enero la gravedad del problema y empezó a estudiar ya entonces el decreto de Alarma, que, inexplicablemente, sólo se firmó un mes y medio más tarde, después de la orgía feminista del 8 de Marzo, ya demasiado tarde para detener la pandemia, causando miles de víctimas y cientos de muertos.Si calláis estas cosas os convertís en cómplices y traidores a la democracia y al pueblo, al que estamos obligados los periodistas a servir con la verdad.
No solo ocultáis sus abusos y desmanes sino que también sois altavoces de su propaganda. Decís falsedades como que España es una democracia, cuando incumple casi todas sus reglas, que la sanidad española es de las mejores del mundo, cuando se está comprobando que los políticos la han degradado, y ocultáis vergüenzas como el obsceno tamaño del Estado, que es el más costoso y obeso de Europa, el cobro de impuestos confiscatorios, el despilfarro, los desorbitados privilegios de los políticos, la compra de medios de comunicación, la manipulación de la Justicia y otras muchas.
Nuestros gobernantes tienen que sentarse en el banquillo de los acusados y deben pagar por los terribles daños que han causado por negligentes, sectarios e irresponsables. Vosotros, al protegerlos y esconder sus culpas estáis convirtiéndoos en corruptos y traidores. Colaborar con los malos gobernantes es uno de los peores pecados del periodismo y equivale a condenar al pueblo a la ignorancia y a seguir siendo víctima. Impedir que los culpables sean juzgados, engañando a la opinión pública, es un comportamiento lleno de bajeza y deleznable para un informador decente.
Soy vuestro colega y entiendo que los dueños de vuestros medios se sometan al poder porque a cambio reciben dinero y favores, pero no entiendo como vosotros, periodistas comprometidos con la verdad y el servicio al pueblo, os convertís en cómplices de estos delitos y violaciones de los derechos humanos elementales. Aquellos que estáis protegiendo no merecen ejercer liderazgo alguno en España.
Vuestro servicio a la verdad y al pueblo tienen más rango, honor y decencia que vuestra sumisión a los ineptos e irresponsables del poder, exhibida cada día en las tertulias de la radio y la televisión y en muchos medios escritos. No sirváis a los malos a costa de traicionar a los ciudadanos honrados y cumplidores y a la democracia. Recordad que la información veraz es una de las barreras que la democracia impone al poder para controlarlo y evitar que abuse. Sin vuestra información, el gobierno ejerce de tirano, el pueblo cae en la confusión y se torna esclavo, mientras la nación se envilece.
Recordad también que esos mismos a los que protegéis con vuestros silencios y falsedades son los que tienen hoy a los hospitales sin mascarillas, sin guantes, sin respiradores, sin batas y sin equipos de protección, causando bajas innecesarias en el heroico personal sanitario. Proteger a esa gente es convertirse en cómplices de los culpables de que los ancianos, por falta de medios, estén muriendo sin protección, en soledad y sin los cuidados sanitarios a que tienen derecho. Contadle al pueblo que los políticos no han tenido. ni un solo detalle de humanidad con los que sufren, ni han visitado todavía un hospital, ni se han bajado sus sueldos, nada de nada. Vuestros protegidos se comportan como lo han hecho los caciques y los sátrapas siempre.
No hay regeneración posible en España si no empieza por los medios de comunicación y los jueces. Sólo si esos dos sectores se regeneran, los políticos y sus partidos dejarán de ser cloacas envilecidas.
En este llamamiento no hay ideología sino únicamente dolor, cierta vergüenza de compartir la profesión con vosotros y respeto a la democracia y a la decencia. Si el gobierno que está inundando España de ineptitud y bajeza fuera de derechas, los argumentos y lamentos serían los mismos.
Francisco Rubiales
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