Lluvia de zascas a 'Pam', secretaria de Estado de Igualdad, por decir que el satisfyer es "una máquina para matar fascistas"
La ley de Paridad que aprobará hoy el gobierno de Sánchez consagra la inferioridad de la mujer, a la que hay que ayudar con leyes especiales para que equiparen al hombre. Es una ley que humilla a muchas mujeres porque las convierte en cuota.
Según Sánchez dicha "ley de representatividad paritaria entre hombres y mujeres en los centros de decisión" que afectará en los siguientes aspectos:
Listas cremallera en la ley electoral.
Paridad en el Consejo de Ministros.
Paridad en los consejos de administración de las grandes empresas.
Paridad en las juntas de Gobierno en los colegios profesionales.
Paridad en los jurados de reconocimiento público.
El sanchismo, que sólo es feminista para ganar votos, minusvalora a la mujer, que tiene fuerza y valores por si misma mas que suficientes para alcanzar la igualdad e incluso superar al varón en las instituciones y empresas, sin tener que ser ayudada por leyes discriminatorias que perjudican y restan oportunidades al hombre.
A veces, depender de una cuota de género tiene menos dignidad que depender del hombre o de los mercados.
Si en mi empresa los mejores candidatos, por formación y experiencia, para ocupar las cuatro direcciones generales son todos hombres ¿Por qué tengo que colocar a dos hombres y a dos mujeres? Si, por el contrario, las mejores candidatas son todas mujeres, por qué tengo que repartir los puestos colocando como directores a dos membrillos?
La izquierda, sobre todo cuando es fascista e impone por ley sus recetas y soluciones, como ocurre en España, sólo consigue arruinar a los países y mermar la riqueza de los pueblos. Ha ocurrido en Cuba, Venezuela, China, Nicaragua y muchos otros países donde el fascismo rojo ha clavado sus garras intervencionistas.
Estas leyes feministas, que benefician a las mujeres a costa de aplastar al hombre, actúan como las subvenciones, que restan músculo y fuerza a quienes las reciben y en realidad la debilitan a la causa femenina, en lugar de fortalecerla.
A partir de ahora, cada mujer que ocupe un algo puesto en las listas electorales, en las empresas o en los consejos de administración podrá ser acusada de ser una "enchufada" que debe su puesto a la ley, no al propio mérito.
La mujer, para que alcance la igualdad plena, no necesita ser beneficiada ni ayudada por el poder político, sino únicamente que se garantice que tiene igualdad de oportunidades con respeto al hombre.
La "mujer cuota" degrada más a la mujer que toneladas de machismo activo.
Francisco Rubiales
Según Sánchez dicha "ley de representatividad paritaria entre hombres y mujeres en los centros de decisión" que afectará en los siguientes aspectos:
Listas cremallera en la ley electoral.
Paridad en el Consejo de Ministros.
Paridad en los consejos de administración de las grandes empresas.
Paridad en las juntas de Gobierno en los colegios profesionales.
Paridad en los jurados de reconocimiento público.
El sanchismo, que sólo es feminista para ganar votos, minusvalora a la mujer, que tiene fuerza y valores por si misma mas que suficientes para alcanzar la igualdad e incluso superar al varón en las instituciones y empresas, sin tener que ser ayudada por leyes discriminatorias que perjudican y restan oportunidades al hombre.
A veces, depender de una cuota de género tiene menos dignidad que depender del hombre o de los mercados.
Si en mi empresa los mejores candidatos, por formación y experiencia, para ocupar las cuatro direcciones generales son todos hombres ¿Por qué tengo que colocar a dos hombres y a dos mujeres? Si, por el contrario, las mejores candidatas son todas mujeres, por qué tengo que repartir los puestos colocando como directores a dos membrillos?
La izquierda, sobre todo cuando es fascista e impone por ley sus recetas y soluciones, como ocurre en España, sólo consigue arruinar a los países y mermar la riqueza de los pueblos. Ha ocurrido en Cuba, Venezuela, China, Nicaragua y muchos otros países donde el fascismo rojo ha clavado sus garras intervencionistas.
Estas leyes feministas, que benefician a las mujeres a costa de aplastar al hombre, actúan como las subvenciones, que restan músculo y fuerza a quienes las reciben y en realidad la debilitan a la causa femenina, en lugar de fortalecerla.
A partir de ahora, cada mujer que ocupe un algo puesto en las listas electorales, en las empresas o en los consejos de administración podrá ser acusada de ser una "enchufada" que debe su puesto a la ley, no al propio mérito.
La mujer, para que alcance la igualdad plena, no necesita ser beneficiada ni ayudada por el poder político, sino únicamente que se garantice que tiene igualdad de oportunidades con respeto al hombre.
La "mujer cuota" degrada más a la mujer que toneladas de machismo activo.
Francisco Rubiales
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