Las Fuerzas Armadas españolas tienen cada día más dificultades para reclutar a jóvenes españoles, quizás porque la paga es baja o porque tienen una cultura relajada y gustan más del hedonismo fácil que del esfuerzo y la disciplina. Por furtuna, para sustituirlos, están los jóvenes latinoamericanos, cuyo número crece de manera imparable y son ya 3.275. Cuando ingresan, ganan unos 16.000 dólares al año, además de respetabilidad como ciudadanos.
Algunos militares y estudiosos se sienten preocupados por la creciente presencia extranjera en una institución tan estratégica para la nación. En algunos casos, se habla ya de un ejercito de "mercenarios", mientras otros analistas creen que el mundo está cambiando a gran velocidad y que, simplemente, hay que adaptarse a la globalización. Sin embargo, el fenómeno preocupa, sobre todo entre los militares de alta graduación, que lo interpretan como síntoma de la debilidad del país, del hundimiento de la educación y de la caída de los valores y del amor a España.
De los 76.200 militares profesionales que integran las Fuerzas Armadas españolas, 3.275 son oriundos de 17 estados latinoamericanos, entre ellos Perú, país donde nació Jorge Arnaldo Hernández Seminario, de 26 años, el militar del Ejercito Español que murió en Afganistán el sábado último, victima de un ataque enemigo.
Jorge Arnaldo era uno de los 123 militares españoles originarios de Perú, el cuarto país extranjero en número de soldados. Los ecuatorianos ocupan el primer lugar de los extranjeros adscritos a las Fuerzas Armadas españolas, con 1.427 efectivos, seguidos por Colombia con 1.241 y Bolivia, con 148; Venezuela cuenta con 90, República Dominicana con 84 y Argentina con 68.
El ejército español, que desde 2002 permite el acceso de extranjeros a la condición militar profesional para nacionales de países hispanoamericanos y guineano-ecuatorianos, justifica este hecho en los "especiales y tradicionales" vínculos históricos, culturales y lingüísticos con España. Este proceso se abrió ante la desaparición del Servicio Militar obligatorio en España en diciembre de 2001 y como resultado del déficit de personal en unas Fuerzas Armadas, como las españolas, que se hicieron profesionales.
Para ingresar en el ejército español, los extranjeros deben poseer el permiso de residencia temporal o permanente, o tener derecho reconocido por la ley de julio de 2002, que regula el acceso de la extranjeros a la condición de militar profesional.
Asimismo, deben carecer de antecedentes penales en España o en sus anteriores países de residencia por delitos recogidos en el ordenamiento español, y no estar privados de sus derechos civiles.
Los militares de origen extranjero, que una vez dentro del ejército pasan a tener los derechos y deberes reconocidos en la Constitución española de 1978, no pueden superar el 7 por ciento del total de los soldados de las Fuerzas Armadas de España, pero, tarde o temprano, ese límite tendrá que ser ampliado, ante la dificultad de reclutar a españoles.
La vinculación con las tropas españolas se establece por un periodo de seis años, con posibilidad de ampliarlo tres más si se ha solicitado la nacionalidad española y firmar un compromiso de larga duración al obtenerla.
Argentina, Bolivia, Costa Rica, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Guinea Ecuatorial, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela son los 19 países cuyos ciudadanos pueden ingresar en las Fuerzas Armadas españolas.
Algunos militares y estudiosos se sienten preocupados por la creciente presencia extranjera en una institución tan estratégica para la nación. En algunos casos, se habla ya de un ejercito de "mercenarios", mientras otros analistas creen que el mundo está cambiando a gran velocidad y que, simplemente, hay que adaptarse a la globalización. Sin embargo, el fenómeno preocupa, sobre todo entre los militares de alta graduación, que lo interpretan como síntoma de la debilidad del país, del hundimiento de la educación y de la caída de los valores y del amor a España.
De los 76.200 militares profesionales que integran las Fuerzas Armadas españolas, 3.275 son oriundos de 17 estados latinoamericanos, entre ellos Perú, país donde nació Jorge Arnaldo Hernández Seminario, de 26 años, el militar del Ejercito Español que murió en Afganistán el sábado último, victima de un ataque enemigo.
Jorge Arnaldo era uno de los 123 militares españoles originarios de Perú, el cuarto país extranjero en número de soldados. Los ecuatorianos ocupan el primer lugar de los extranjeros adscritos a las Fuerzas Armadas españolas, con 1.427 efectivos, seguidos por Colombia con 1.241 y Bolivia, con 148; Venezuela cuenta con 90, República Dominicana con 84 y Argentina con 68.
El ejército español, que desde 2002 permite el acceso de extranjeros a la condición militar profesional para nacionales de países hispanoamericanos y guineano-ecuatorianos, justifica este hecho en los "especiales y tradicionales" vínculos históricos, culturales y lingüísticos con España. Este proceso se abrió ante la desaparición del Servicio Militar obligatorio en España en diciembre de 2001 y como resultado del déficit de personal en unas Fuerzas Armadas, como las españolas, que se hicieron profesionales.
Para ingresar en el ejército español, los extranjeros deben poseer el permiso de residencia temporal o permanente, o tener derecho reconocido por la ley de julio de 2002, que regula el acceso de la extranjeros a la condición de militar profesional.
Asimismo, deben carecer de antecedentes penales en España o en sus anteriores países de residencia por delitos recogidos en el ordenamiento español, y no estar privados de sus derechos civiles.
Los militares de origen extranjero, que una vez dentro del ejército pasan a tener los derechos y deberes reconocidos en la Constitución española de 1978, no pueden superar el 7 por ciento del total de los soldados de las Fuerzas Armadas de España, pero, tarde o temprano, ese límite tendrá que ser ampliado, ante la dificultad de reclutar a españoles.
La vinculación con las tropas españolas se establece por un periodo de seis años, con posibilidad de ampliarlo tres más si se ha solicitado la nacionalidad española y firmar un compromiso de larga duración al obtenerla.
Argentina, Bolivia, Costa Rica, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Guinea Ecuatorial, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela son los 19 países cuyos ciudadanos pueden ingresar en las Fuerzas Armadas españolas.
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