Para entender el derribo de estatuas de descubridores y próceres españoles en Latinoamérica, en los últimos tiempos, y los discursos de odio a España que lanzan políticos como el mexicano López Obrador o el peruano Pedro Castillo hay que conocer lo que los niños de América aprenden en el colegio sobre la «invasión» de los conquistadores.
Sufren una enferma y peligrosa "nostalgia de la barbarie" que representaban los pueblos primitivos de América, crueles practicantes de sacrificios humanos y de todo tipo de opresión y acoso a otras tribus y razas. Hoy son todavía pueblos fáciles de ser embaucados por políticos sin escrúpulos, incapaces de analizar su violenta y cruel Historia con serenidad, solvencia y equilibrio.
El odio a los conquistadores españoles es una fuerza motriz en la educación de los niños y jóvenes latinoamericanos, a los que sólo se les enseña una parte de la conquista, la más negativa, ocultándoles que España dictó leyes de protección de los indígenas, que creo universidades, que nunca los esclavizó y que preservó sus vidas, como lo demuestra la existencia de nativos en todos los países americanos, salvo en aquellos colonizados por los británicos y holandeses, donde fueron exterminados. Y todo eso lo hizo siglos antes de que los anglosajones abrieran sus primeras universidades en América.
El fracaso de España en América Latina es estruendoso, por no haber sabido generar una comunidad unida y en cooperación, hecho que habría cambiado la faz del mundo actual.
Para entender la profunda injusticia contra la verdad histórica que se perpetra en las escuelas latinoamericanas nada mejor que copiar algunos párrafos del articulo "ADOCTRINAR CON LA HISTORIA, Así se 'enseña' la conquista en América", de César Cervera:
Los planes educativos que se imparten en la América española presentan la conquista y el periodo virreinal como un trauma para el continente.
«Todos los libros de la escuela primaria tratan de inyectar el odio en base a la falacia de que España asesinó a 50 millones de indígenas a su llegada», aprecia Marcelo Gullo, profesor argentino de Relaciones Internacionales, que acaba de publicar en España ‘Madre patria’ (Espasa). Al explicar la «invasión española del Perú», un libro de este curso destinado a niños de 12 años en Bolivia incluye una narración cargada de adjetivos truculentos del «enfrentamiento violento» desatado por Francisco Pizarro en Cajamarca junto a grabados de indios torturados sacados directamente de la propaganda antiespañola hecha por los protestantes en el siglo XVI.
En los libros de texto del último curso antes de acceder a la universidad, elaborados y distribuidos por el Ministerio de Educación de Ecuador, hay un epígrafe dedicado a explicar la estrategia de «violencia, sometimiento y explotación» de los españoles. «En las guerras de conquista, la ventaja de las armas de fuego permitió a los españoles someter a los indígenas, quienes no pocas veces enfrentaron emboscadas por recibir con hospitalidad a quienes con frecuencia consideraban sus huéspedes», reza el texto. Todo ello acompañado de una ilustración de un conquistador estrangulando a un indígena y la lectura recomendada de la ‘Brevísima relación de la destrucción de las Indias’, la obra de Bartolomé de las Casas que ha servido para sostener con cifras disparatadas la propaganda antiespañola de todos los tiempos.
Esos son sólo algunos ejemplos de la incomprensión y agresiones a España basadas en falsedades que los británicos han inventado y expandido por todo el mundo, configurando así la Leyenda Negra antiespañola, venganza anglosajona ante las derrotas que España les propinó en los mares y en los campos de batalla durante más de dos siglos.
Muchos próceres y dirigentes latinoamericanos, desde los tiempos de Simón Bolívar, que fue un agente pagado por los británicos, se han dejado comprar o manipular por Gran Bretaña, hasta nuestros días.
En América Latina se enseña a odiar a España en las escuelas, institutos y universidades, con la misma insistencia y éxito que en la España del presente se enseña a los niños y jóvenes a amar el comunismo, que es la doctrina más esclavizante, asesina y fracasada de toda la Historia.
Francisco Rubiales
Sufren una enferma y peligrosa "nostalgia de la barbarie" que representaban los pueblos primitivos de América, crueles practicantes de sacrificios humanos y de todo tipo de opresión y acoso a otras tribus y razas. Hoy son todavía pueblos fáciles de ser embaucados por políticos sin escrúpulos, incapaces de analizar su violenta y cruel Historia con serenidad, solvencia y equilibrio.
El odio a los conquistadores españoles es una fuerza motriz en la educación de los niños y jóvenes latinoamericanos, a los que sólo se les enseña una parte de la conquista, la más negativa, ocultándoles que España dictó leyes de protección de los indígenas, que creo universidades, que nunca los esclavizó y que preservó sus vidas, como lo demuestra la existencia de nativos en todos los países americanos, salvo en aquellos colonizados por los británicos y holandeses, donde fueron exterminados. Y todo eso lo hizo siglos antes de que los anglosajones abrieran sus primeras universidades en América.
El fracaso de España en América Latina es estruendoso, por no haber sabido generar una comunidad unida y en cooperación, hecho que habría cambiado la faz del mundo actual.
Para entender la profunda injusticia contra la verdad histórica que se perpetra en las escuelas latinoamericanas nada mejor que copiar algunos párrafos del articulo "ADOCTRINAR CON LA HISTORIA, Así se 'enseña' la conquista en América", de César Cervera:
Los planes educativos que se imparten en la América española presentan la conquista y el periodo virreinal como un trauma para el continente.
«Todos los libros de la escuela primaria tratan de inyectar el odio en base a la falacia de que España asesinó a 50 millones de indígenas a su llegada», aprecia Marcelo Gullo, profesor argentino de Relaciones Internacionales, que acaba de publicar en España ‘Madre patria’ (Espasa). Al explicar la «invasión española del Perú», un libro de este curso destinado a niños de 12 años en Bolivia incluye una narración cargada de adjetivos truculentos del «enfrentamiento violento» desatado por Francisco Pizarro en Cajamarca junto a grabados de indios torturados sacados directamente de la propaganda antiespañola hecha por los protestantes en el siglo XVI.
En los libros de texto del último curso antes de acceder a la universidad, elaborados y distribuidos por el Ministerio de Educación de Ecuador, hay un epígrafe dedicado a explicar la estrategia de «violencia, sometimiento y explotación» de los españoles. «En las guerras de conquista, la ventaja de las armas de fuego permitió a los españoles someter a los indígenas, quienes no pocas veces enfrentaron emboscadas por recibir con hospitalidad a quienes con frecuencia consideraban sus huéspedes», reza el texto. Todo ello acompañado de una ilustración de un conquistador estrangulando a un indígena y la lectura recomendada de la ‘Brevísima relación de la destrucción de las Indias’, la obra de Bartolomé de las Casas que ha servido para sostener con cifras disparatadas la propaganda antiespañola de todos los tiempos.
Esos son sólo algunos ejemplos de la incomprensión y agresiones a España basadas en falsedades que los británicos han inventado y expandido por todo el mundo, configurando así la Leyenda Negra antiespañola, venganza anglosajona ante las derrotas que España les propinó en los mares y en los campos de batalla durante más de dos siglos.
Muchos próceres y dirigentes latinoamericanos, desde los tiempos de Simón Bolívar, que fue un agente pagado por los británicos, se han dejado comprar o manipular por Gran Bretaña, hasta nuestros días.
En América Latina se enseña a odiar a España en las escuelas, institutos y universidades, con la misma insistencia y éxito que en la España del presente se enseña a los niños y jóvenes a amar el comunismo, que es la doctrina más esclavizante, asesina y fracasada de toda la Historia.
Francisco Rubiales
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