Voto en Blanco
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Información y Opinión

La resistencia


Nota

El 80 por ciento de los humanos carece de recursos psicológicos y morales para resistirse a las órdenes de la autoridad, aunque se trate de órdenes inmorales y aunque la autoridad sea inmoral e indecente. Sólo el 20 por ciento de los ciudadanos tiene capacidad de crítica y resistencia ante la ilegitimidad del poder.

El mundo necesita que ese 20 por ciento de resistentes actúe y frene el desastre en marcha y el avance constante hacia la tiranía que nos quieren imponer.
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Resistir te hace grande y te asemeja a Dios. Los de Voto en Blanco estamos en el 20 por ciento de la población que se enfrenta a la maldad
Resistir te hace grande y te asemeja a Dios. Los de Voto en Blanco estamos en el 20 por ciento de la población que se enfrenta a la maldad
Se cumplen hoy 20 años del peor atentado de la Historia, el que derribó las dos torres gemelas de Nueva York, un acontecimiento que cambió la Historia y abrió las puertas a una tiranía universal que desde entonces no para de crecer. Los grandes poderes que gobiernan el mundo, comandados por los que mueven los hilos desde las sombras, no quieren un mundo regido por la democracia, demasiado débil según ellos, y expuesto a vaivenes y catástrofes como la del 11 de septiembre de 2001. Por eso, el mundo es empujado hoy hacia una tiranía universal, sin elecciones, sin libertades y derechos garantizados, regido por un Estado fuerte e invencible, capaz de garantizar lo que para ellos son los valores máximos: el orden y la estabilidad.

Pero ese viaje hacia la tiranía despierta recelos y provoca resistencia en millones de seres humanos con capacidad crítica, conscientes de que el mayor de los valores de la Humanidad no es el orden, ni la estabilidad, sino la libertad.

A 20 años de distancia del atentado de Nueva York, nuestro mundo no es mejor que el de entonces y está envuelto en un conflicto que enfrenta a la libertad con la tiranía, las dos opciones que se han enfrentado a lo largo de los tiempos y que son las protagonistas del desarrollo humano.

En estos 20 años, las democracias han perecido y han sido sustituidas por unos sistemas degradados y vacíos de grandeza, verdad y honor, que podemos denominar como "democracias degradadas", que no garantizan en modo alguno la justicia, la libertad y grandes valores como la limpieza y la dignidad. Se trata de un sistema dominado no por el pueblo, que ha sido expulsado del poder, sino por fuerzas como los políticos comprados, las mafias corruptas y las grandes entidades y empresas, todos bajo el control férreo de un sanedrín oculto que es el que realmente mueve los hilos con inusitada crueldad.

Algún día no muy lejano, los que resisten y se enfrentan a las actuales democracias degradadas serán considerados héroes, como lo fueron aquellos que plantaron cara al comunismo o al nazismo.

La sociedad actual, cobarde y poco exigente, soporta con normalidad la actual democracia representativa, a pesar de que viola los grandes valores democráticos, es contraria a las leyes de la verdadera democracia y ha protagonizado la ignominia de enviar al ciudadano al exilio, pero un día no muy lejano esta falsa democracia será condenada y denostada por la Historia por haber dado cobijo a la corrupción, a la ineficacia y al abuso de poder y a poderes bastardos que anteponen sus propios intereses al bien común.

Existen muchas formas de resistencia pacífica frente a la vergonzosa degradación actual de la democracia, desde la denuncia de las carencias y vilezas que encierra el sistema hasta el apoyo a partidos políticos emergentes y dignos, sin olvidar la práctica de formas claras de protesta y rechazo. Que nadie dude que algún día los que hoy se resisten al abuso de los partidos políticos y a la degeneración de un sistema democrático que, a traición, ha sido transformado en una oligocracia sin decencia, serán cubiertos de honor en el futuro, mientras que sobre los que defienden esta falsa democracia y participan en la "gran estafa" recibirán oprobio y olvido.

El actual sistema degradado no ganará la guerra y terminará siendo abolido, tras una profunda reforma del Estado que se llevará consigo a las peores columnas del presente: los partidos políticos.

No falta demasiado tiempo para que las futuras generaciones se sorprendan ante el gran envilecimiento que llegaron a soportar los ciudadanos en nuestra época y ante el poder desproporcionado y abusivo que lograron acaparar los partidos políticos y sus dirigentes, tan grande que transformaron la democracia en una estafa y se sometieron a fuerzas ocultas esclavizantes y realmente degradantes y perversas.

En esos días hermosos del futuro, cuando sean reconocidos y valorados los sufrimientos de los verdaderos demócratas de hoy, que son marginados por el poder, mermados en sus oportunidades, privados de ayudas estatales, señalados como enemigos del sistema y, en algunos casos, hasta perseguidos y doblegados por medio de la violencia, descubriremos hasta que punto era falso, truculento e indigno el concepto de "representatividad", esgrimido por los políticos para exiliar a los ciudadanos y controlar en exclusiva el poder y los recursos del Estado sin tener que sufrir controles ciudadanos y sin rendir cuentas a nadie. Lo que hoy parece normal a muchos, entonces será considerado como una estafa y como un abuso insoportable por parte de los poderosos.

Nadie podrá entender entonces como hoy soportamos un sistema político que no respeta ni una sóla de sus grandes leyes: la separación de poderes no existe; el sufragio libre y universal ha sido sustituido por una pantomima en la que son los partidos los que realmente eligen al elaborar las listas de candidatos y en la que los aparatos de propaganda manipulan, engañan y coaccionan la libertad de votar; la ley no es igual para todos; la sociedad civil, contrapeso necesario al poder del Estado, ha sido ocupada y maniatada por los partidos políticos, que controlan hasta los santuarios más sagrados del poder civil, desde las universidades a los sindicatos, sin olvidar a cientos de miles de instituciones, entidades financieras, asociaciones y hasta empresas cuya independencia y libertad deberían ser garantizadas por la democracia.

Pero las tropelías del actual sistema "representativo" no se detienen ahí: la libertad de los periodistas ha sido masivamente comprada por el poder, hasta el punto de que apenas subsisten algunos medios y algunos cientos de profesionales con capacidad de ejercer la independencia y la crítica, imprescindibles para que el ciudadano disponga de información precisa y veraz y para que el poder sea controlado.

Sin embargo, el mayor oprobio de la democracia actual es el desarme moral y el exilio forzoso al que ha sido condenado el ciudadano, que es, por definición, el soberano del sistema, al que ya no le queda otros poderes que los de resistir y el que ejerce en el instante de depositar su voto.

Es correcto pensar que algún día, los que hoy presionamos a los políticos para que sean mejores, criticamos sus abusos y votamos contra ellos, seremos honrados como "resistentes" por unas generaciones futuras a las que resultarán incomprensibles no sólo el grado de suciedad que llegó a acumular la llamada "democracia" en esta época, sino también la cobardía de unos ciudadanos que se dejaron arrebatar la igualdad, que permitieron la manipulación y que asistieron impasibles y sin grandeza al festival de los rufianes, corruptos y sinvergüenzas controlando el poder.

Francisco Rubiales

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Sábado, 11 de Septiembre 2021
Artículo leído 1175 veces




Comentarios:

1.Publicado por vanlop el 11/09/2021 10:32

En ese 80 % hay que meter a una serie de personas que por diversos motivos no tienen el menor interés en luchar, es decir, gente que sabe que las cosas están mal, que el sistema está podrido, pero que les da igual, que sus expectativas vitales van por otras cosas, distinguiendo de los que ni siquiera se molestan o no son capaces de pensar que las cosas están mal. No sé si me he expresado de forma inteligible, pero que es interesante distinguir diversas categorías en ese grupo. De la misma manera que hay diversas categorías dentro del 20 %.

Otra cuestión es que hay un sentimiento bastante importante en número que piensa que esto no funciona, pero es un esfuerzo disperso y tan poco eficaz que muchos de ese 80% no pasan al otro grupo por desánimo, por no saber qué hacer. Mientras que los que mandan están organizados y tienen unos objetivos claros, aunque existan matices, los que obedecen no tienen objetivos ni organización, son guerrilleros individuales, cada uno con ideas propias sobre como afrontar el problema.

Estoy escribiendo un artículo, que me está costando mucho, sobre las causas de la degradación de la sociedad, porque hay unas causas claras y otras no tanto. Aún no sé si estas causas son espontáneas o inducidas por gentes a las que les interesa que la sociedad caiga, tengo que leer y reflexionar.

Pero sin duda ese 80% colabora, aunque sea de forma inconsciente, con los que, supuestamente, quieren destruir la sociedad. Esto, dado que es una muy grande mayoría, conduce a la destrucción de la sociedad. Los que desean esta destrucción, porque les viene bien, se van a encontrar que la nueva sociedad que surja, no les va a gustar, pero mientras viven muy bien. A ellos como a la mayoría, tampoco es que les importe demasiado lo que ocurra en el futuro y esa es otra causa de la caída. Entiendo que debemos pensar en nuestros descendientes y procurar dejar una sociedad, al menos igual que la que recibimos, pero me temo que ese sentimiento no entra en la mayoría.

¿Cómo hemos permitido el desarme moral? En otros países es algo que se ha venido fraguando desde hace mucho y no es fácil precisar el origen, pero aquí lo tenemos claro, el hundimiento se puso de manifiesto con la transición, aunque el hundimiento había empezado antes y como es algo que lleva bastante tiempo, no nos damos cuenta, la gente crece en ese ambiente y piensa que siempre ha sido así y por tanto no hay nada que hacer. De modo que es un sistema de retroalimentación. De la misma manera, cuando una sociedad encuentra el camino bueno, también se retroalimenta y prospera rápido.

Lo deseable es lo que expresa el último párrafo del artículo, pero la experiencia histórica nos dice lo contrario, cuando se entra en la espiral de destrucción, nada lo puede parar y al final esa sociedad desaparece.

Mentalmente

Lo que dijo sobre la ponerología tiene mucho que ver con el tema de hoy. El mal avanza en las sociedades decadentes, tal vez porque nadie hace nada al respecto y por tanto, al cabo de cierto tiempo la moral social es de maldad.

2.Publicado por pasmao el 11/09/2021 12:33
Buenos días Don Francisco

Milgram no entró a valorar que % de ese 20% tenía/tiene unas firmes convicciones religiosas y que pasa en los 80% restante.. que, abundando en lo que dice VANLOP, no debe ser tan homogéneo.

Martin Luter King, los misoneros, son ejemplos de cómo se puede resistir si hay una creencia suerior ante la que rendir cuentas.

De lo que se trata en los medios es de silenciar en todo lo posible a ese 20% para que no sirva de fuente de inspiracion a terceros.

Un cordial saludo

3.Publicado por mentalmente el 11/09/2021 13:08
Buenas a todos,

Al respecto de los temas en general, viendo desde mi punto de vista como se comporta la gente, no veo una gran diferencia moral entre gobernantes y gobernados, el poder es un iman para gente peor en ciertos aspectos, pero tampoco a la peor posible, la gente más malvada está mezclada entre la sociedad, tampoco veo una clara línea divisoria entre gobierno y gobernados, ya que todo forma parte de la misma sociedad, especialmente cuando hay ciertas libertades políticas, crear partidos políticos, militar en ellos, y votarlos, el poder establecido sale de la misma sociedad en primer lugar, y luego en mayor o menor medida le da soporte.

Sí todavía nos parece mal que la sociedad de soporte a un sistema que podemos considerar corrupto, aunque depende de con que se compare, lo que ocurre cuando la sociedad rechaza el sistema y quiere cambiarlo suele ser peor que lo que tenía, y está en la historia. La crisis de un sistema liberal corrompido, por dentro o desde afuera, tiende a llevar al populismo, que lleva a la anarquía y la tiranía, produciendo pobreza económica y moral.

Esto lo puedo unir con lo que dije en el párrafo anterior, aunque no tenía que ver en principio, las peores personas de la sociedad no están en el gobierno, pero si las cosas se revuelven, esas peores personas de la sociedad tienen oportunidad de alcanzar el poder.

La ley de Murphy aplica constantemente especialmente a todo aquello que es enormemente complejo como somos nosotros mismos y la sociedad. Si puede salir mal, saldrá mal.

El populismo sale de las emociones que son las que guían al pueblo, tanto si es a favor del poder establecido como en su contra, las cosas tienden a salir mal. Las emociones son algo sobre lo que pienso constantemente, no tengo claro como enfocar exactamente la cuestión, ya que no se pueden eliminar. No creo que sean una causa en sí misma, si no algo que contribuye a empeorar las cosas. No porque existan, si no porque se cede a las emociones, se elige no pensar y dejarse llevar, cuando la experiencia de la humaniadad desmiente y alerta sobre el peligro de hacerlo. Hay que pensar para mantenerse a salvo.

La gente en general tiene que pensar más antes de precipitarse a sacar conclusiones, estudiar las cosas. Las emociones no añaden información nueva, solo reaccionan ante la información recibida. Pensar es, seguramente, la clave de la idea que tenemos del individuo libre y responsable. Los grupos de personas unidos entorno a emociones son grupos frágiles que realimentan constantemente estas emociones para afianzar los lazos del grupo, esta forma de organización social no se puede mantener, porque no facilita el pensamiento racional, y promueve actuar sin saber muy bien que se está haciendo. Como autómatas.

De momento veo que todo queda en manos de élites que se pelean por el poder, siempre ha sido así, con la suerte de que haya una nueva élite que inicie un proceso de reformas, y vaya en un sentido más inteligente que la élite anterior. Si tuviera que haber democracia en sus estríctos términos conceptuales, para que eso tuviera que existir, tendría que haber alguien, un grupo de gente que inicie un proceso para construir eso. Siempre se depende de una minoría de personas.

Y lo que tenemos es una élite en el poder y los medios de comunicación poseída por la toda la parafernalia del socialismo, contaminada por distintos residuos intelectuales del marxismo, por la corrección política y que claramente las cosas van a peor para todo el mundo conforme ellos avanzan en sus reformas, pero ellos no cambian, no rectifican, no giran en su trayectoria, siguen con el mismo discurso, por mucho que los hechos demuestren el error. Y señalan a quienes cuestionan o se oponen a sus ideas como principales enemigos de la sociedad. Esto hay que combatirlo por todos los medios posibles.

Hay que combatir las ideas falsas que nos llevan hasta este desastre, y reemplazarlas por las ideas que tienen que ver con la realidad, con el posible apoyo de la ciencia de datos.

Un saludo.

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Este blog no es una plataforma de promoción del Voto en Blanco, sino un medio de castigo al mal gobierno y a la política antidemocrática que utiliza el termino “Voto en Blanco” por lo que conlleva de protesta y castigo al poder inicuo.

El voto en blanco es una bofetada democrática a los poderes políticos ineptos y expresa la protesta ciudadana en las urnas cuando padece gobiernos insoportables, injustos y corruptos. Es un gesto democrático de rechazo a los políticos, partidos y programas, no al sistema. Conscientes del riesgo que representaría un voto en blanco masivo, los gestores de las actuales democracias no lo valoran, ni lo contabilizan, ni le otorgan plasmación alguna en las estructuras del poder. El voto en blanco es una censura casi inútil que sólo podemos realizar en las escasas ocasiones que se abren las urnas. Esta bitácora abraza dos objetivos principales: Valorar el peso del voto en blanco en las democracias avanzadas y permitir a los ciudadanos libres ejercer el derecho a la bofetada democrática de manera permanente, a través de la difusión de información, opinión y análisis.




HIENAS Y BUITRES. PERIODISMO Y RELACIONES PERVERTIDAS CON EL PODER


Hienas y buitres es un libro escrito para despertar y movilizar las conciencias dormidas e intoxicadas desde el poder. Leerlo representa un vuelo rasante por encima de los secretos de la comunicación moderna y de los recursos y trucos que utiliza el poder para ejercer el dominio.
Las relaciones entre políticos y periodistas siempre han sido tormentosas. Son dos poderes decisivos que en las últimas décadas han pretendido dominar el mundo. En ocasiones lo han mejorado, pero otras veces lo han empujado hacia el drama y el fracaso. Políticos y periodistas se aman y se odian, luchan y cooperan, nos empujan hacia el progreso y también nos frenan. Son como las hienas y los buitres, que comen y limpian huesos juntos, pero sin soportarse. Al desentrañar el misterio, aprenderemos también a defendernos de sus fechorías.
Los medios son la única fuerza del siglo XXI que tiene poder para poner y quitar gobiernos y para cambiar los destinos del mundo.
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DEMOCRACIA SEVERA. MÁS ALLÁ DE LA INDIGNACIÓN


Lo que hoy llamamos "democracia" es un triste remedo de lo que fue ese sistema en sus orígenes. Los políticos han aprendido a violarla y la han desnaturalizado y desarmado. "Democracia Severa, mas allá de la indignación" (Tecnos 2015), de Francisco Rubiales Moreno y Juan Jesús Mora Molina, es un libro que denuncia la degradación de la democracia y señala las reformas que el sistema necesita para que sea justo y decente y para que los políticos estén bajo control.
A la democracia le faltan piezas de gran importancia: exigencias éticas, controles a los políticos, que deben ser examinados, psiquica y moralmente, por comisiones independientes, auténtica separación de los poderes y otorgar un papel preponderante a la sociedad civil y al ciudadano, que deben influir y, sobre todo, supervisar la labor de los gobernantes, pudiendo, incluso, destituirlos. La impunidad debe acabar, como también la tolerancia frente a la corrupción y esos cheques en blanco que permiten a los políticos gobernar como les da la gana, ignorando la opinión de los ciudadanos, que son sus jefes y los soberanos del sistema.
Democracia Severa, que ya está en las librerías, aporta lucidez, libertad y solvencia ciudadana. Es una reflexión de denuncia que señala los puntos débiles de nuestro sistema y ayuda a la regeneración y a construir un mundo mejor.
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Las revelaciones de Onakra el escriba de Dios

Este libro, publicado por Francisco Rubiales Moreno, Las Revelaciones de Onakra, el escriba de Dios, no es, como los tres anteriores del mismo autor (Democracia Secuestrada, Políticos, los Nuevos Amos y Periodistas sometidos), un ensayo de pensamiento político, sino una original narración que recoge misteriosas revelaciones sobre la llegada de los primeros ángeles a la Tierra, sus relaciones con las especies vivientes del planeta, el nacimiento de la inteligencia humana y el inicio de esa lucha a muerte entre el bien y el mal que domina la existencia humana, desde el principio hasta el final de los tiempos.
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Periodistas sometidos. Los perros del poder

Periodistas Sometidos. Los perros del poder (Editorial Almuzara, 2009), el último libro publicado por Francisco Rubiales, ha sido acogido con gran interés por políticos, periodistas y ciudadanos interesados en conocer con detalle la profunda crisis del periodismo en España, el sometimiento al poder de miles de periodistas y de redacciones completas, la agonía del periodismo libre, independiente y crítico y la rotura de la vieja alianza entre periodistas y ciudadanos, sin la cual la democracia deja de existir.
Es el tercer y último libro de la trilogía de pensamiento político que comenzó con Democracia Secuestrada (Almuzara 2005) y continuó con Políticos, los nuevos amos (Almuzara 2007).
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Políticos, los nuevos amos

Políticos, los nuevos amos es el nuevo libro de Francisco Rubiales, publicado tras el éxito de Democracia secuestrada.

Como afirma el ex ministro Manuel Pimentel en el Prólogo,"Políticos, los nuevos amos afronta el problema de la degradación del poder con extraordinaria valentía, claridad y profundidad".
Pimentel, que recomienda la lectura del libro a los presidentes, ministros, altos cargos políticos, militantes y a cualquier ciudadano inquieto y preocupado por la democracia, lo define como un libro "duro, libre, alejado de lo políticamente correcto, capaz de provocar reflexiones y golpes de conciencia muy dolorosos".
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