El ex presidente Felipe González es hoy un hombre bastante libre, quizás porque tiene edad, experiencia, autoestima y dinero suficiente para serlo, todo lo contrario que miles de sus correligionarios, que, aunque los critican en privado, callan en público como cobardes ante los desatinos, sandeces y pamplinas de ZP, siempre por temor a perder prebendas y privilegios.
González acaba de decir en Sevilla que las leyes no pueden cambiarse a tiros (refiriéndose a ETA) y que no entiende la concepción territorial de Zapatero, ni el Estatuto que Zapatero ha impuesto a los andaluces. "No entiendo, como el 95 por ciento de los andaluces, qué significa eso de realidad nacional", ha dicho, generando desasosiego en los dirigentes de su partido y consuelo entre los miles de militantes que ni entienden ni asumen los errores y abusos de poder de su partido y su gobierno.
Gonzalez, que sabe que su figura histórica crece a medida que se la compara con Zapatero, es hoy todo un ejemplo para la legión de cobardes socialistas españoles adscritos al programa "silencio por privilegios".
Mi amigo Sebas, socialista andaluz demasiado libre para ser "figura" o "cuota" en el PSOE, comentaba esta mañana que Zapatero no aguanta ni "medio asalto" cuando se le compara con González. "Felipe era un estadista que se juntaba con Clinton, Kohl, Gorbachov y otros pesos pesados del mundo, mientras que ZP sólo es capaz de dialogar con Castro, Chavez, Evo Morales y unos cuantos moros que se rien de su cándidez de hombre blanco", sentencia el ilustre "Sebas".
González acaba de decir en Sevilla que las leyes no pueden cambiarse a tiros (refiriéndose a ETA) y que no entiende la concepción territorial de Zapatero, ni el Estatuto que Zapatero ha impuesto a los andaluces. "No entiendo, como el 95 por ciento de los andaluces, qué significa eso de realidad nacional", ha dicho, generando desasosiego en los dirigentes de su partido y consuelo entre los miles de militantes que ni entienden ni asumen los errores y abusos de poder de su partido y su gobierno.
Gonzalez, que sabe que su figura histórica crece a medida que se la compara con Zapatero, es hoy todo un ejemplo para la legión de cobardes socialistas españoles adscritos al programa "silencio por privilegios".
Mi amigo Sebas, socialista andaluz demasiado libre para ser "figura" o "cuota" en el PSOE, comentaba esta mañana que Zapatero no aguanta ni "medio asalto" cuando se le compara con González. "Felipe era un estadista que se juntaba con Clinton, Kohl, Gorbachov y otros pesos pesados del mundo, mientras que ZP sólo es capaz de dialogar con Castro, Chavez, Evo Morales y unos cuantos moros que se rien de su cándidez de hombre blanco", sentencia el ilustre "Sebas".
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