Las protestas y críticas contra la nueva ley son intensas y de gran calado, incluyendo entre los que la rechazan a numerosos dirigentes socialistas, que la consideran un disparate.
Uno de los asuntos que está generando más polémica es el pacto suscrito entre el Gobierno y EH Bildu para sacar adelante la ley de Memoria Democrática con la aprobación de varias enmiendas, entre ellas la creación de una comisión que estudie vulneraciones de derechos humanos entre 1978 y finales de 1983 a personas que hayan luchado "por la consolidación de la democracia".
El pacto suscrito entre el Gobierno y Bildu para sacar adelante la ley propone una comisión que estudie vulneraciones de derechos humanos entre 1978 y finales de 1983 incluyendo el año de inicio de los GAL, la organización terrorista dedicada a la guerra sucia contra ETA, y el primer año de gobierno de Felipe González.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se ha comprometido a derogar la ley de Memoria Democrática y ha asegurado que trabajará también para conseguir los votos de los socialistas antisanchistas y los contrarios a esta ley para que “juntos restablezcamos la memoria y la justicia”.
Refiriéndose a la ley, Feijóo ha dicho que ni es memoria ni es democrática y que se trata de "un episodio indigno de nuestra democracia”.
La ley, que ya quiso aprobar Zapatero pero no pudo por la oposición que entonces suscitó, convierte de nuevo a Franco en protagonista de la Historia, estimula el odio y la revancha e incide en elementos sucios que interesan a los herederos de ETA, la concesión hecha por Sánchez para lograr el apoyo de BILDU al denigrante documento.
La ley hace justo lo contrario de lo que consiguió España en la Transición, que fue enterrar el pasado con sus enfrentamientos y luchas para abrir una nueva etapa de concordia y trabajo conjunto por un país próspero y justo.
Aquel noble propósito, alabado en todo el mundo como ejemplar, ha sido dinamitado por los socialistas españoles, ayudados por los rencorosos comunistas y nacionalistas, interesados en promover el odio y resucitar todo lo que ayude a la destrucción y división de España.
Sánchez, con espíritu miserable que nada tiene que ver con la democracia, se ha prestado a sacar adelante la ley, empeorándola por exigencia de la gente mas indigna y sucia de España, que son los herederos de ETA, agrupados en BILDU.
Muchos españoles se preguntan por qué Pedro Sánchez tiene tanto interés en aprobar esta ley. La única respuesta razonable es porque a él le interesa crispar la sociedad y cree que con esta ley del rencor y el odio los votos socialistas se concentrarán y le apoyarán. Un fin miserable y contrario a la democracia, a la decencia y a la misma España.
Francisco Rubiales
Uno de los asuntos que está generando más polémica es el pacto suscrito entre el Gobierno y EH Bildu para sacar adelante la ley de Memoria Democrática con la aprobación de varias enmiendas, entre ellas la creación de una comisión que estudie vulneraciones de derechos humanos entre 1978 y finales de 1983 a personas que hayan luchado "por la consolidación de la democracia".
El pacto suscrito entre el Gobierno y Bildu para sacar adelante la ley propone una comisión que estudie vulneraciones de derechos humanos entre 1978 y finales de 1983 incluyendo el año de inicio de los GAL, la organización terrorista dedicada a la guerra sucia contra ETA, y el primer año de gobierno de Felipe González.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se ha comprometido a derogar la ley de Memoria Democrática y ha asegurado que trabajará también para conseguir los votos de los socialistas antisanchistas y los contrarios a esta ley para que “juntos restablezcamos la memoria y la justicia”.
Refiriéndose a la ley, Feijóo ha dicho que ni es memoria ni es democrática y que se trata de "un episodio indigno de nuestra democracia”.
La ley, que ya quiso aprobar Zapatero pero no pudo por la oposición que entonces suscitó, convierte de nuevo a Franco en protagonista de la Historia, estimula el odio y la revancha e incide en elementos sucios que interesan a los herederos de ETA, la concesión hecha por Sánchez para lograr el apoyo de BILDU al denigrante documento.
La ley hace justo lo contrario de lo que consiguió España en la Transición, que fue enterrar el pasado con sus enfrentamientos y luchas para abrir una nueva etapa de concordia y trabajo conjunto por un país próspero y justo.
Aquel noble propósito, alabado en todo el mundo como ejemplar, ha sido dinamitado por los socialistas españoles, ayudados por los rencorosos comunistas y nacionalistas, interesados en promover el odio y resucitar todo lo que ayude a la destrucción y división de España.
Sánchez, con espíritu miserable que nada tiene que ver con la democracia, se ha prestado a sacar adelante la ley, empeorándola por exigencia de la gente mas indigna y sucia de España, que son los herederos de ETA, agrupados en BILDU.
Muchos españoles se preguntan por qué Pedro Sánchez tiene tanto interés en aprobar esta ley. La única respuesta razonable es porque a él le interesa crispar la sociedad y cree que con esta ley del rencor y el odio los votos socialistas se concentrarán y le apoyarán. Un fin miserable y contrario a la democracia, a la decencia y a la misma España.
Francisco Rubiales
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