La intolerancia del PP con VOX da oxígeno al asfixiado Pedro Sánchez

Buenas a todos,

Los políticos pueden hacer lo que les venga en gana, hacen las cosas mal porque es más fácil y porque se gana más dinero y poder haciéndolo mal.

Pero los ciudadanos que son los afectados en mayor o menormefida según quién gobierne, y los que les pagan, deberían estar muy atentos.

A día de hoy, creo entender, con dificultad, a las personas que apoyaron a Sánchez o el PSOE. Este era el tipo de votantante que me parece más difícil de entender de todos. Y la explicación no es una sola, hay diversos motivantes, y parecen tener que ver en su mayoría con una costumbre heredada. Y también el tipo de persona que no suele pensar mucho las cosas, por tanto, se deja llevar por la demagogia más simple.

Pero de eso, al ciudadano que se abstiene conscientemente de votar hay un abismo. He estudiado los argumentos a favor de ello, y por mucho, no puedo entenderlo verdaderamente, me choca, me cuesta mucho aceptar de buena gana que ese comportamiento sea verdaderamente normal.

Pienso que una decisión verdaderamente libre no puede ser deliberadamente autodestructiva.

Por ejemplo el suicidio, y esto me revuelve las tripas de un modo similar, salvando las distancias entre una cosa y otra, pero conceptualmente se me asemejan en cierta forma. Y existen ambas cosas.

Sólo que hay mucha más gente que participa o incluso defiende fanáticamente este planteamiento de la abstención, pero racionalmente no tiene pies ni cabeza. Y todo el daño de no tomar partido en la decisión, se hace a sí mismo gratuitamente y de paso a la sociedad y a cambio de nada.

No decidir por los asuntos públicos, en la manera que sea, pero algo concreto, para un ciudadano adulto, es como la muerte, la autonegación objetivamente, y luego un disfraz de excusas sin ninguna base o trasfondo racional real, palpable, claro, ningún sentido lógico, empírico, nada que realmente pueda justificar que, por alguna especie de magia, la autonegación dentro del grupo y sus medios, como por arte de magia, resuelve alguna cosa de dicho grupo.

El suicida, aunque hay de muchos tipos, el peor de los casos, de los comunes, es alguien que está profundamente derruido emocionalmente, alguien con una depresión muy severa, y que no sabe cómo remediar, las emociones negativas que sufre son fuertes y actúan fisiológicamente, nublando su juicio impidiendo que pueda razonar adecuadamente, ni ver nada a favor de la idea de seguir viviendo, está como en una pesadilla donde solo tiene conocimiento de las cosas malas y las buenas no existen o son insignificantes en relación.

Por analogía, quizás haya algo parecido en la mente del abstencionista, entonces esa idea mágica de la abstención brota como una solución irresistible y fácil, algo tentador y que además, en este caso, está normalizado en la sociedad, pero todo el razonamiento es tan absurdo como el suicida que piensa que matarse es la solución a sus problemas, pudiendo ser en muchos casos, una persona joven y físicamente sana, decepcionada con otras personas de su entorno, y estos problemas no son ni mucho menos insalvables, pero la obligan a adaptarse y afrontar la realidad cuando seguramente ese esfuerzo de cambiar es altamente indeseado y no acostumbra a hacerlo. Y prefiere negar la realidad que hacer el esfuerzo, de ahí la idea mágica, pero falsa, del suicidio, como la "única opción posible de vencer o al menos intentar empatar con la realidad".

Siguiendo este último razonamiento, suponiendo analogía con el pensamiento abstencionista, sería como una persona que no acepta la realidad que tiene que ver con su papel en la sociedad, y quiere huir de ese papel como si fuera una quemazón, pero esa idea mágica, de no participar, y no votar, es un placebo, ya que no salva de ninguna manera a la persona ni a la sociedad, de tener un "papel" en la sociedad, y padecer cosas que no le gustan, debido a ello.

Desde lo más básico, como el tener que respetar leyes con las que no se está de acuerdo, o el pagar impuestos, o más de lo razonable, o ser tratado igual que indeseables, vagos y maleantes y obligado a convivir cerca o rodeado de ellos sin que nadie haga nada. O simplemente ser pobre y tener que trabajar más de lo que uno querría y de algo que además no le satisface.

Absolutamente todo eso, y más, no encuentra ninguna "solución", no hay vía de escape a nada de eso a través de la abstención política, pero en un país que sea una dictadura, ese tipo de persona tendría seguramente menos problemas ya que al no poder votar nadie, no hay opción a la abstención, no existe esa idea falaz mágica en la que la persona podría alterar el orden político y promover la demagogia y hundirse como sociedad.

Con todo esto lo que pretendo es manifestar lo inquietante que me resulta encontrarme abundantemente con eso en la sociedad, y que por mucho que parezca algo normalizado, para mí es algo enfermizo y una conducta desquiciada aunque revestida de aparente racionalidad.

Un saludo