Algunos déspotas camuflados creen que el gobierno de las mayorías es democracia, cuando, en realidad, es una sutil modalidad de despotismo.
Conseguir mayorías no es difícil en la era de la comunicación, cuando el poder cuenta con recursos tan valiosos y eficientes como la propaganda y el apoyo masivo de los medios de comunicación. El problema es que las mayorías de hoy son minorías de mañana y que gobernar basados en el concepto de la mayoría es una frívola y deshonesta interpretación de las reglas de la democracia que conduce al enfrentamiento social y al descrédito del sistema.
Por esa razón los expertos y teóricos del pensamiento político insisten en que la democracia es, sobre todo, el respeto a las minorías, y aconsejan que las leyes, sobre todo las importantes que afectan a la convivencia y a las costumbres, sean aprobadas por consenso o por mayorías altamente cualificadas (dos tercios o tres cuartos).
La única descripción solvente y garantizada de la democracia es la del "sistema que posee y acata leyes democráticas, respeta a las minorías desde gobiernos libremente elegidos, con poderes limitados y controlados por la ciudadanía".
La democracia española flaquea en todas sus bases:
1.- Las leyes democraticas no son respetadas por los partidos políticos, que han infiltrado y controlado los poderes básicos del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial) y ocupado espacios que les están vedados en la sociedad civil y las grandes instituciones de la sociedad.
2.- El respeto a las minosrías es desconocido en la democracia española, donde simplemente se practica el dominio de las mayorías y en la que los partidos que gobiernan, amparados en sus mayorías parlamentarias, se consideran legitimados para gobernar en contra de la voluntad mayoritaria de los ciudadanos y hasta se atreven a aprobar leyes fundamentales con porcentajes ridículos, que ni siquiera alcanzan la mayoría (como acaba de ocurrir con el estatuto de Cataluña, antidemocráticamente aprobado por apenas uno de cada tres ciudadanos con derecho a voto).
3.- Los gobiernos, en la democracia española, no son libremente elegidos, ya que los partidos han pervertido el sistema al arrebatar a los ciudadanos el sagrado derecho a elegir a sus representantes, imponiendo listas cerradas y bloqueadas, elaboradas por las élites de los partidos, que son en realidad las que eligen.
4.- Los poderes del gobierno no están lo suficientemente limitados, al no existir poderes capaces de contrarrestar el inmenso poder de los partidos y al no existir tampoco una sociedad civil con capacidad para que los ciudadanos, a tavés de sus instituciones y asociaciones, sirvan de contrapeso al gobierno y controlen su comportamiento.
El gobierno de las mayorías es uno de los peores tipos de dictadura. No sólo las grandes leyes deben ponerse a salvo de esa dictadura de las mayorías, sino también los grandes principios y creencias. Si un Parlamento quiere definir la familia no como la unión entre "un hombre y una mujer" sino como la unión de "dos personas", ¿quién impedirá que ese mismo Parlamento, basado en la mayoría que representa, quiera legalizar el incesto o romper la unidad de una nación, difícilmente lograda a lo largo de los siglos?
Conseguir mayorías no es difícil en la era de la comunicación, cuando el poder cuenta con recursos tan valiosos y eficientes como la propaganda y el apoyo masivo de los medios de comunicación. El problema es que las mayorías de hoy son minorías de mañana y que gobernar basados en el concepto de la mayoría es una frívola y deshonesta interpretación de las reglas de la democracia que conduce al enfrentamiento social y al descrédito del sistema.
Por esa razón los expertos y teóricos del pensamiento político insisten en que la democracia es, sobre todo, el respeto a las minorías, y aconsejan que las leyes, sobre todo las importantes que afectan a la convivencia y a las costumbres, sean aprobadas por consenso o por mayorías altamente cualificadas (dos tercios o tres cuartos).
La única descripción solvente y garantizada de la democracia es la del "sistema que posee y acata leyes democráticas, respeta a las minorías desde gobiernos libremente elegidos, con poderes limitados y controlados por la ciudadanía".
La democracia española flaquea en todas sus bases:
1.- Las leyes democraticas no son respetadas por los partidos políticos, que han infiltrado y controlado los poderes básicos del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial) y ocupado espacios que les están vedados en la sociedad civil y las grandes instituciones de la sociedad.
2.- El respeto a las minosrías es desconocido en la democracia española, donde simplemente se practica el dominio de las mayorías y en la que los partidos que gobiernan, amparados en sus mayorías parlamentarias, se consideran legitimados para gobernar en contra de la voluntad mayoritaria de los ciudadanos y hasta se atreven a aprobar leyes fundamentales con porcentajes ridículos, que ni siquiera alcanzan la mayoría (como acaba de ocurrir con el estatuto de Cataluña, antidemocráticamente aprobado por apenas uno de cada tres ciudadanos con derecho a voto).
3.- Los gobiernos, en la democracia española, no son libremente elegidos, ya que los partidos han pervertido el sistema al arrebatar a los ciudadanos el sagrado derecho a elegir a sus representantes, imponiendo listas cerradas y bloqueadas, elaboradas por las élites de los partidos, que son en realidad las que eligen.
4.- Los poderes del gobierno no están lo suficientemente limitados, al no existir poderes capaces de contrarrestar el inmenso poder de los partidos y al no existir tampoco una sociedad civil con capacidad para que los ciudadanos, a tavés de sus instituciones y asociaciones, sirvan de contrapeso al gobierno y controlen su comportamiento.
El gobierno de las mayorías es uno de los peores tipos de dictadura. No sólo las grandes leyes deben ponerse a salvo de esa dictadura de las mayorías, sino también los grandes principios y creencias. Si un Parlamento quiere definir la familia no como la unión entre "un hombre y una mujer" sino como la unión de "dos personas", ¿quién impedirá que ese mismo Parlamento, basado en la mayoría que representa, quiera legalizar el incesto o romper la unidad de una nación, difícilmente lograda a lo largo de los siglos?
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