Sanchez, falso demócrata que vive como un sátrapa mientras su pueblo es devorado, poco a poco, por la pobreza
La subida de las cotizaciones equivale a otra subida de impuestos semi clandestina y sorpresiva con la que el gobierno espera financiar sus enormes gastos, parte de ellos dedicados a comprar voluntades y votos con dinero público ante las próximas elecciones, una política inaceptable en democracia por ser corrupta, sectaria e injusta.
Si al menos el gobierno que cobra los impuestos fuera decente y justo, las subidas podrían entenderse como parte de un esfuerzo colectivo de la nación ante una situación difícil, pero el problema de España es que quien los cobra tiene los rasgos de un golfo nada fiable que utiliza el dinero en su propio beneficio, compra voluntades y votos, financia a golpistas y pro etarras, corrompe y reparte los recursos de manera arbitraria e injusta.
Una de las innumerables pruebas del abuso sanchista es que Cataluña, según los nuevos presupuestos, recibirá inversiones y recursos varias veces superiores a los que reciba Madrid, castigado por tener un gobierno de derechas y haber derrotado, de manera humillante, a las izquierdas en las últimas elecciones.
Muchos observadores y analistas piensan que el sanchismo se está pasando con su política de subidas de impuestos cuando todo el resto de Europa los baja para ayudar a la recuperación económica. Con su política fiscal, Pedro Sánchez demuestra que es depredador, codicioso, avaro, sádico y egoísta hasta el extremo, además de un mal demócrata que incumple las reglas elementales de transparencia y limpieza que la democracia exige como sistema.
La CEOE tiene razón al denunciar la decisión del Gobierno de aumentar las bases máximas de cotización un 8,6% en 2023, tal y como recoge el proyecto de Presupuestos Generales del Estado, al considerar que esa subida de las cotizaciones se ha realizado al margen del diálogo social y que es una imposición tiránica del gobierno que tendrá efectos negativos sobre las inversiones, el empleo y la economía en general.
Algunos empresarios están tan enfurecidos con el golpe bajo que piden una actitud fuerte y colectiva de boicot.
La patronal tiene toda la razón al criticar al Gobierno por tomar esta decisión "de manera unilateral y a espaldas del diálogo social", donde actualmente se está negociando la segunda parte de la reforma de pensiones, en la que precisamente uno de los asuntos a tratar es la pensión máxima y la base máxima de cotización.
El sanchismo, que ha sido desde que asumió el poder una sangría para España, a la que hace cada día más pobre, injusta, desquiciada, enfrentada y desprestigiada en el mundo, está incrementando su descaro y perversión cuando se acercan las elecciones y ve como las encuestas vaticinan una derrota de los socialistas, ampliamente rechazados por el pueblo por su forma arrogante y despiadada de gobernar, por su promoción del odio, por sus amistades peligrosas con separatistas, golpistas, totalitarios y amigo del terrorismo, por su despilfarro, por su endeudamiento irresponsable y por una política que acerca cada día más a España hasta el borde del precipicio de la ruina y el fracaso.
Francisco Rubiales
Si al menos el gobierno que cobra los impuestos fuera decente y justo, las subidas podrían entenderse como parte de un esfuerzo colectivo de la nación ante una situación difícil, pero el problema de España es que quien los cobra tiene los rasgos de un golfo nada fiable que utiliza el dinero en su propio beneficio, compra voluntades y votos, financia a golpistas y pro etarras, corrompe y reparte los recursos de manera arbitraria e injusta.
Una de las innumerables pruebas del abuso sanchista es que Cataluña, según los nuevos presupuestos, recibirá inversiones y recursos varias veces superiores a los que reciba Madrid, castigado por tener un gobierno de derechas y haber derrotado, de manera humillante, a las izquierdas en las últimas elecciones.
Muchos observadores y analistas piensan que el sanchismo se está pasando con su política de subidas de impuestos cuando todo el resto de Europa los baja para ayudar a la recuperación económica. Con su política fiscal, Pedro Sánchez demuestra que es depredador, codicioso, avaro, sádico y egoísta hasta el extremo, además de un mal demócrata que incumple las reglas elementales de transparencia y limpieza que la democracia exige como sistema.
La CEOE tiene razón al denunciar la decisión del Gobierno de aumentar las bases máximas de cotización un 8,6% en 2023, tal y como recoge el proyecto de Presupuestos Generales del Estado, al considerar que esa subida de las cotizaciones se ha realizado al margen del diálogo social y que es una imposición tiránica del gobierno que tendrá efectos negativos sobre las inversiones, el empleo y la economía en general.
Algunos empresarios están tan enfurecidos con el golpe bajo que piden una actitud fuerte y colectiva de boicot.
La patronal tiene toda la razón al criticar al Gobierno por tomar esta decisión "de manera unilateral y a espaldas del diálogo social", donde actualmente se está negociando la segunda parte de la reforma de pensiones, en la que precisamente uno de los asuntos a tratar es la pensión máxima y la base máxima de cotización.
El sanchismo, que ha sido desde que asumió el poder una sangría para España, a la que hace cada día más pobre, injusta, desquiciada, enfrentada y desprestigiada en el mundo, está incrementando su descaro y perversión cuando se acercan las elecciones y ve como las encuestas vaticinan una derrota de los socialistas, ampliamente rechazados por el pueblo por su forma arrogante y despiadada de gobernar, por su promoción del odio, por sus amistades peligrosas con separatistas, golpistas, totalitarios y amigo del terrorismo, por su despilfarro, por su endeudamiento irresponsable y por una política que acerca cada día más a España hasta el borde del precipicio de la ruina y el fracaso.
Francisco Rubiales
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