A Elena (me refiero a mi cuñada, que hoy, precisamente, cumple años; y no a la Elena o Helena ídem, es decir, a la helena, esposa de Menelao y heroína de “La Ilíada”, quien fuera raptada por Paris, hijo de Príamo, hecho que desencadenó la guerra de Troya, que narra la citada epopeya homérica).
No obstante varios episodios documentados de apodíctica demencia interina, a Ezra Pound no le falló el caletre ni faltó la razón cuando, dando de lleno en el blanco o centro de la diana, sentando cátedra, sentenció, poco más o menos, que gobernar es el arte de crear problemas cuyas soluciones mantienen al personal en vela y/o vilo.
Amable, atento, dilecto y selecto lector, no recuerdo si le he traído alguna otra vez a colación (usted dirá) esto, que España está encantada (pero por estar desencantada); y que una legión (o dos) de botarates o mequetrefes se ha instalado en ella (pues pululan por doquier). Para argumentar la doble tesis susodicha, necesitaré (de) su ayuda, presencia y testimonio, pues urge que usted sea testigo directo, o sea, vea con sus propios ojos cómo se ha mudado a nuestro Estado de Derecho, esta piel de toro puesta a secar, que algunos hemos decidido urdir de esta guisa, E(s-x)paña, una discordia parecida o semejante a la que reina en el campo de Agramante. Mire, si no, cómo se pelea aquí y en la actualidad por mil millones de las antiguas “pelas”, quiero decir, cómo luchan los “hunos” por desentrañar las razones por las que La Caixa condonó parte (casi la mitad) de la deuda que había contraído con ella el PSC, y los “hotros” por conseguir que ni la opinión pública ni la publicada condenen a priori el inconcuso trato de favor, la mentada práctica podrida, nauseabunda, fraudulenta.
A veces, al menda lerenda le peta y dan ganas (porque le nacen y pacen) de llevar, durante algunas horas siquiera, las riendas de este país de nuestras entretelas y mandar. Así que, a ver, usted, don José Luis, venga acá y póngase, (por) esta vez, al menos, a la derecha, sin sentir bascas ni rechistar; y usted, don Mariano, aunque sólo sea en este caso u oportunidad, sitúese a la izquierda, y no se le ocurra abrir la boca ni para bostezar. Voy a lanzarles a ambos a la arena (de la “Chata” de Griseras, nombre con el que se conoce (a) la plaza de toros de la capital de la ribera ibera de Navarra) con agua. Les advierto que, como no está el horno para (hacer) bollos (y ustedes no estén a la altura de las circunstancias), no podrán salir del coso (porque se lo impediré a ambos) hasta que hayan buscado y encontrado, mancomunada y conjuntamente (y de una puñetera vez), la triple “pe” (que hay en PSOE y PP) de la que gustaba perorar a cualquier hora don Manuel Azaña: paz (siempre capaz), piedad (a cada instante muestras dad), perdón (en todo momendo será don); porque ya va siendo hora de dejar de guerrear y no entenderse, condenándonos a todos los ciudadadnos de a pie de este país a vivir en medio de una crispación indócil, refractaria, renuente, que amenaza con enquistarse y hacerse crónica.
Independientemente de los resultados que arrojó la encuesta que ha llevado a cabo el Instituto Noxa y que ayer hizo públicos “La Vanguardia”, si se celebraran hoy o mañana comicios generales en España, el menda lerenda votaría, sin dudarlo un segundo, en blanco. Y es que, si los “hunos”, en este, ese o aquel affaire, mal; los “hotros”, en este, ese o aquel asunto o caso, peor; o viceversa.
Ángel Sáez García
No obstante varios episodios documentados de apodíctica demencia interina, a Ezra Pound no le falló el caletre ni faltó la razón cuando, dando de lleno en el blanco o centro de la diana, sentando cátedra, sentenció, poco más o menos, que gobernar es el arte de crear problemas cuyas soluciones mantienen al personal en vela y/o vilo.
Amable, atento, dilecto y selecto lector, no recuerdo si le he traído alguna otra vez a colación (usted dirá) esto, que España está encantada (pero por estar desencantada); y que una legión (o dos) de botarates o mequetrefes se ha instalado en ella (pues pululan por doquier). Para argumentar la doble tesis susodicha, necesitaré (de) su ayuda, presencia y testimonio, pues urge que usted sea testigo directo, o sea, vea con sus propios ojos cómo se ha mudado a nuestro Estado de Derecho, esta piel de toro puesta a secar, que algunos hemos decidido urdir de esta guisa, E(s-x)paña, una discordia parecida o semejante a la que reina en el campo de Agramante. Mire, si no, cómo se pelea aquí y en la actualidad por mil millones de las antiguas “pelas”, quiero decir, cómo luchan los “hunos” por desentrañar las razones por las que La Caixa condonó parte (casi la mitad) de la deuda que había contraído con ella el PSC, y los “hotros” por conseguir que ni la opinión pública ni la publicada condenen a priori el inconcuso trato de favor, la mentada práctica podrida, nauseabunda, fraudulenta.
A veces, al menda lerenda le peta y dan ganas (porque le nacen y pacen) de llevar, durante algunas horas siquiera, las riendas de este país de nuestras entretelas y mandar. Así que, a ver, usted, don José Luis, venga acá y póngase, (por) esta vez, al menos, a la derecha, sin sentir bascas ni rechistar; y usted, don Mariano, aunque sólo sea en este caso u oportunidad, sitúese a la izquierda, y no se le ocurra abrir la boca ni para bostezar. Voy a lanzarles a ambos a la arena (de la “Chata” de Griseras, nombre con el que se conoce (a) la plaza de toros de la capital de la ribera ibera de Navarra) con agua. Les advierto que, como no está el horno para (hacer) bollos (y ustedes no estén a la altura de las circunstancias), no podrán salir del coso (porque se lo impediré a ambos) hasta que hayan buscado y encontrado, mancomunada y conjuntamente (y de una puñetera vez), la triple “pe” (que hay en PSOE y PP) de la que gustaba perorar a cualquier hora don Manuel Azaña: paz (siempre capaz), piedad (a cada instante muestras dad), perdón (en todo momendo será don); porque ya va siendo hora de dejar de guerrear y no entenderse, condenándonos a todos los ciudadadnos de a pie de este país a vivir en medio de una crispación indócil, refractaria, renuente, que amenaza con enquistarse y hacerse crónica.
Independientemente de los resultados que arrojó la encuesta que ha llevado a cabo el Instituto Noxa y que ayer hizo públicos “La Vanguardia”, si se celebraran hoy o mañana comicios generales en España, el menda lerenda votaría, sin dudarlo un segundo, en blanco. Y es que, si los “hunos”, en este, ese o aquel affaire, mal; los “hotros”, en este, ese o aquel asunto o caso, peor; o viceversa.
Ángel Sáez García