Guía para leer correctamente 'Voto en Blanco'

Voto en Blanco no es del PSOE ni del PP, ni de ningún otro partido. Este blog intenta siempre mantenerse en un saludable espacio cívico, lejos de unos partidos políticos a los que considera el mayor obstáculo para que la democracia se regenere, recupere su esencia y consiga ser una cultura para la convivencia en armonía, un sistema político en el que los poderes son controlados por los ciudadanos, que son los soberanos.

En Voto en Blanco queremos practicar el periodismo cívico y no reconocemos más compromisos que tres: el servicio a la verdad, el derecho a la opinión y a la crítica y la necesidad de servir a los ciudadanos y a la comunidad, nunca a los partidos políticos y los demás poderes dominantes.

Con humildad y constancia queremos ocupar los espacios vacíos que han dejado aquellos medios de comunicación que han abandonado el servicio al ciudadano para entregarse a sus nuevas alianzas con los anunciantes y con los poderes políticos.

Nuestro objetivo es contribuir con la información y la opinión a regenerar una democracia que consideramos secuestrada y degradada.

Algunos de nuestros lectores, imbuidos de partidismo y alineados con la derecha o la izquierda, no entienden nuestra postura. Es lógico. Según donde estén ellos, nos acusan de ser de derechas o de izquierdas. Practican, como es habitual en el sectario planeta de los partidos políticos, aquel nefasto principio de "quien no está conmigo, está contra mi".

Nosotros únicamente queremos estar con la democracia y nos sentimos parte de una sociedad civil, hoy ocupada por los poderes y escuálida, tanto en España como en buena parte del planeta, cuya revitalización es la tarea más urgente y vital para las generaciones adultas.

Hemos adoptado el nombre de Voto en Blanco porque ese voto significa el rechazo a las propuestas electorales engañosas y a los partidos corruptos, pero también la aceptación de la democracia como sistrema. Estamos convencidos de que la democracia es el mejor antídoto contra el totalitarismo y la mejor receta contra la esclavitud y el miedo. Votar en blanco es cívico y profundamente democrático porque se acude a las urnas y se acepta el rito del voto, pero se rechazan los vicios y limitaciones del sistema, como el dominio irresponsable que los partidos ejercen sobre la sociedad y los ciudadanos o esa antidemocráticas listas cerradas y bloqueadas vigentes en España y en otras democracias de segundo nivel, que impiden al ciudadano elegir a sus representantes porque ya los han elegido antes las élites de los partidos, que son las que elaboran esas listas.

Tenemos que reconocer que criticamos más al gobierno que a la oposición, pero no se debe esa actitud a una especial animadversión hacia la izquierda, sino al criterio, también defendido por Bertrand Russel, de que un ciudadano honrado siempre debe colocarse en la oposición, contra del gobierno, reconociendo así que el poder necesita vitalmente de la crítica para que no se deslice hacia el totalitarismo y la corrupción.

Podemos garantizar que si el gobierno fuera de derecha, seríamos igualmente críticos, o quizás más, si sucumbiéramos a los órígenes de nuestro pensamiento político, forjado en la izquierda cuando fuimos muy jóvenes.

No creemos que el voto en blanco sea la solución a los males de la democracia, pero sí creemos que es un símbolo valiente y honrado de lo que significa hoy el civismo.

Creemos en que es posible una democracia controlada por los ciudadanos, que conecte con el espíritu clásico de la democracia ateniense, que ponga al servicio de la política a las modernas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y que abra el camino hacia una sociedad que recupere los grandes valores perdidos, que haga de la honradez su principal bandera y que practique los inalienables derechos ciudadanos a la autogestión y al autogobierno. Y queremos contribuir a crearla.

Pensamos que el peor pecado de los partidos políticos actuales es haber expulsado al ciudadano de la política y haberla monopolizado, olvidando dolosamente que el ciudadano es el único soberano en democracia y quien da o quita la legitimidad al sistema. Creemos en la famosa frase de Rousseau: “ en el instante en que un pueblo permite ser representado, pierde su libertad ” y, para nosotros, creer en ella es ponerla en práctica.

“Invitamos a todos a que compartan esta filosofía y a que, aún desde la discrepancia, se unan al esfuerzo de Voto en Blanco para enriquecer y alentar el debate que permita fortalecer las libertades y contribuir al establecimiento de una verdadera democracia, que convierta el centro de gravedad, -que resulte de la suma democrática que aglutine la diversidad de opiniones e ideas, libremente planteadas y debatidas-, en total y justa igualdad, de derechos y deberes, para todos los ciudadanos.”

Gracias por vuestra atención y apoyo.