Fidel Castro 'morirá como Franco'

COMUNISTAS Y GAYS

Claro que no hay segunda intención en el título, tan tonto no soy, mejor dicho, no me dejarían ustedes serlo. Simplemente expongo mi opinión y mis experiencias.

Mi cultura, me refiero la adquirida después de haber terminado el bachillerato y cuando pude leer libros sin los permisos eclesiásticos, fuera de España, me hace conocedor de lo que la homosexualidad ha significado a lo largo de los siglos y las culturas. Nadie se rasgaba las vestiduras si alguien tenía o poseía adolescentes del mismo sexo para disfrute de la vida. Mencionar que tal o tal personaje conocido era homo o bisexual no es necesario para los lectores de este blog. Ni justificaría si usted está a favor o yo estoy en contra.

La procreación y la continuidad de la especie en pueblos bíblicos era imprescindible para la supervivencia del grupo. Incluso la onanía se consideraba falta grave porque se derramaba el semen, algo muy valioso para la continuidad. La homosexualidad era un factor en contra a esta necesidad perentoria de procrear y supervivir.

No me caen mal ni bien los homosexuales por la sencilla razón de que no me preocupan las características u orientación sexual de una persona. Cuando ante mis claras y directas críticas y desprecio hacia los homosexuales, me dicen que tal conocido tuyo o esa persona que tu admiras es homosexual, los interlocutores se quedan perplejos porque mis ataques y repugnancia sigue sin bajar de nivel. Nadie con un mínimo de neuronas y cultura puede considerar a un homosexual como algo anormal. Se calcula un 15% de personas que no pertenecen al gran grupo de heterosexuales. Siempre me he preguntado que si el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios... Y si Dios es infinitamente sabio… pues de ingeniero jefe de producción en una factoría de tornillos… Vamos que un 15% de tornillos sin paso de rosca… Ironías fuera.

Otra cosa son esos abortos, mamarrachos, indeseables sin conciencia que hacen repugnantes exhibiciones de su sexualidad pisoteando la dignidad de personas con la misma orientación sexual. Conozco homosexuales, personas dignísimas, ciudadanos ejemplares avergonzados por esa otra clase de homosexuales. En realidad son más bien un subproducto de la sociedad, que a falta de otras cualidades llevan el exhibicionismo de su sexualidad a límites de vómito.

Ningún conocido me ha dicho nunca, soy homosexual (gay o lesbiana) porque ellos saben perfectamente que me importa tan poco como si son rubios o castaños o tiene los ojos chicos.

En cambio, durante cuatro años he tenido un amigo que era comunista y tampoco me lo dijo. Me aguantó durante cuatro años cenas, tertulias, reuniones familiares, jugábamos al tenis sin decir una palabra sobre su “carné”. Cuando hablábamos de política y lo hacíamos a menudo, yo dejé muy bien expuestas mis experiencias sobre el comunismo y esto tuvo más peso que sus ideas y lecturas. Respeto que un comunista me cuente lo que ha leído pero si no está avalado con la experiencia in situ de lo que me cuenta…Prefiero los chistes.

Recuerdo que de niño yo llegué a aprenderme de memoria La canción del pirata, lo de: Con diez cañones por banda, etc. Cuando un tercero me dijo que mi amigo era comunista con carné, la amistad duró unos días.

Resumen: que ni Gays/Lesbianas ni comunistas me dicen nada. Pero por diferentes motivos

¿Por qué el comunista y extrema izquierda siempre sueltan la misma perorata, el banquero, la multinacional, el fascismo sanguinario, las dictaduras?. En la vida de negocios se considera mala táctica y característico de peor vendedor hablar mal de la competencia, en cambio es de expertos y excelentes comerciales vender la mercancía solo presentando las ventajas de su propio producto. Claro está, no solo hablando sino demostrándolo. Libros, panfletos, a mi edad los he leido en muchos idiomas y aburren, de verdad, los cuentos de Calleja eran más didácticos y sin aspiraciones. Y esto porque yo he estado allí. En la época de Franco le dijeron a un disconforme el por qué de sus dudas, contestó: Yo he estado allí y no he visto nada de eso. La orden fué: Menos viajar y más leer los periódicos.

Ligur