Leer las páginas de sucesos en la prensa o consumir noticieros de radio y telediarios nos da pánico y nos hace chocar de frente con una realidad cuidadosamente ocultada por el gobierno más tramposo y mentiroso de nuestra historia: la inseguridad en España se está disparando y las cifras que se publican están maquilladas y falseadas.
Las armas en España están casi prohibidas para uso particular y su tenencia siempre debe ser excepcional y limitada. Esa es la ley, pero la realidad es otra. Si usted quiere tener un arma clandestina, seguramente hay barrios en su ciudad donde se pueden comprar. Hay traficantes y vendedores y las redes de armas clandestinas son parecidas a las que distribuyen la droga.
¿De dónde han sacado las pistolas? se preguntan los inocentes ciudadanos cuando ven en un telediario un tiroteo entre familias o vecinos, cada día más frecuentes, o conocen atracos y asaltos a mano armada con pistolas y hasta armas semiautomáticas.
La pregunta obligada es ¿Por qué no se acaba con ese problema? o ¿Por qué se está protegiendo al delincuente desde el gobierno?
Otros piensan que el gobierno parece desear que el clima de delincuencia crezca y genere terror en la población.
Según los datos oficiales, España es uno de los países de la Unión Europea con mejores tasas de criminalidad a la baja. En concreto, suceden 43,3 delitos y faltas por cada 1000 habitantes. De hecho, España es el segundo país de Europa con menos homicidios, solo por detrás de Austria.
Pero el problema es que este gobierno miente y falsea los datos, como ha quedado suficientemente probado, y que las estadísticas sobre delitos y crímenes se realizan con encuestas del CIS, desprestigiado instituto demoscópico al servicio del gobierno de Sánchez, habituado al maquillaje y la tergiversación de la realidad.
Algunas mujeres asesinadas por asesinos machistas mueren tiroteadas, lo que significa que el asesino tenía una pistola en su poder. Lo mismo ocurre en los robos callejeros y los asaltos a comercios y domicilios: los delincuentes siempre van con armas de fuego.
Hemos interrogado a amigos policías que confirman nuestras sospechas y admiten que el país está llenándose de armas clandestinas, algunas de alta potencia.
Barcelona es la ciudad más insegura de España, pero el crimen avanza en todas las autonomías y ciudades, sobre todo en las de mayor tamaño y población.
Las bandas organizadas, muchas de ellas extranjeras y con entrenamiento militar, suelen actuar con fusiles de asalto, mientras la delincuencia nacional utiliza pistolas.
La realidad es que el ciudadano, al que la ley prohíbe defenderse con violencia y es condenado cuando mata a quien quería matarle, está cada día más indefenso en un país que hace medios siglo era el mas seguro de Europa, con gran diferencia.
Francisco Rubiales
Las armas en España están casi prohibidas para uso particular y su tenencia siempre debe ser excepcional y limitada. Esa es la ley, pero la realidad es otra. Si usted quiere tener un arma clandestina, seguramente hay barrios en su ciudad donde se pueden comprar. Hay traficantes y vendedores y las redes de armas clandestinas son parecidas a las que distribuyen la droga.
¿De dónde han sacado las pistolas? se preguntan los inocentes ciudadanos cuando ven en un telediario un tiroteo entre familias o vecinos, cada día más frecuentes, o conocen atracos y asaltos a mano armada con pistolas y hasta armas semiautomáticas.
La pregunta obligada es ¿Por qué no se acaba con ese problema? o ¿Por qué se está protegiendo al delincuente desde el gobierno?
Otros piensan que el gobierno parece desear que el clima de delincuencia crezca y genere terror en la población.
Según los datos oficiales, España es uno de los países de la Unión Europea con mejores tasas de criminalidad a la baja. En concreto, suceden 43,3 delitos y faltas por cada 1000 habitantes. De hecho, España es el segundo país de Europa con menos homicidios, solo por detrás de Austria.
Pero el problema es que este gobierno miente y falsea los datos, como ha quedado suficientemente probado, y que las estadísticas sobre delitos y crímenes se realizan con encuestas del CIS, desprestigiado instituto demoscópico al servicio del gobierno de Sánchez, habituado al maquillaje y la tergiversación de la realidad.
Algunas mujeres asesinadas por asesinos machistas mueren tiroteadas, lo que significa que el asesino tenía una pistola en su poder. Lo mismo ocurre en los robos callejeros y los asaltos a comercios y domicilios: los delincuentes siempre van con armas de fuego.
Hemos interrogado a amigos policías que confirman nuestras sospechas y admiten que el país está llenándose de armas clandestinas, algunas de alta potencia.
Barcelona es la ciudad más insegura de España, pero el crimen avanza en todas las autonomías y ciudades, sobre todo en las de mayor tamaño y población.
Las bandas organizadas, muchas de ellas extranjeras y con entrenamiento militar, suelen actuar con fusiles de asalto, mientras la delincuencia nacional utiliza pistolas.
La realidad es que el ciudadano, al que la ley prohíbe defenderse con violencia y es condenado cuando mata a quien quería matarle, está cada día más indefenso en un país que hace medios siglo era el mas seguro de Europa, con gran diferencia.
Francisco Rubiales
Comentarios: