Ayer Facebook cerro definitivamente mi cuenta, que tenía casi 5.000 amigos y más de 7.000 seguidores. Era una cuenta con casi una década de antigüedad, cerrada por censura, seguramente por orden superior, sin ni siquiera un aviso previo, ni oportunidad alguna de alegar razones en defensa. Fue un acto de matonismo comunista y una clara violación de derechos humanos tan básicos como la libertad de expresión y el derecho a la defensa.
Esa red (y también otras plataformas de Internet) demuestra que no es cierto lo que ellos dicen, que son simples distribuidores de contenidos, sino que ya se han incorporado al aparato represor y trabajan para silenciar a los disidentes y agilizar la llegada del llamado "Nuevo Orden Mundial" (NOM), que no es otra cosa que tiranía condensada a nivel mundial. Cientos de miles de disidentes en todo el mundo están siendo silenciados, teóricamente porque incumplen leyes comunitarias o propagan odio. No importa que defiendas en la red social la democracia y la limpieza, como ocurría con mi cuenta clausurada, porque lo que está detrás es que "la verdad siempre incomoda y enerva al poder".
Algunos amigos, al enterarse de a clausura de la cuenta, me dicen que he tenido suerte porque otros críticos han recibido la visita de matones que han aporreado la puerta de su hogar, enviados por el poder oscuro, con ánimo de intimidad y causar terror.
España avanza hacia la tiranía descarada y nadie acude a defenderla de las hordas.
La cuenta estaba a nombre de Francisco Rubiales Moreno y hoy está "desaparecida". Ha sido borrada sin piedad y sus miles de artículos, comentarios, imágenes y sugerencias se ha esfumado, victimas de la censura. ¿La causa? Pueden ser varias: haber criticado a Podemos y al PSOE gobernantes, haber condenado a los violentos, haber criticado el poder político, la corrupción, el abuso de poder y los impuestos confiscatorios, tanto a la derecha como a la izquierda y al nacionalismo. Pero no importan los detalles concretos porque la causa única es conocida: el odio a la libertad y a la verdad que sienten los tiranos.
Me cuentan que el gobierno está abrumado por el crecimiento exponencial de las críticas en la sociedad española y en las redes sociales. La gente no soporta las muertes por negligencia y abandono, el hundimiento de la economía, el desamparo de los autónomos y empresarios pequeños, sobre todo de la hostelería, ni que España sea siempre el país más golpeado por la crisis y la pandemia, tanto en la primera como en la segunda y la tercera ola, un fracaso reiterado que denota ineptitud y estupidez del gobierno, en grado muy elevado.
La gente española es mansa y tiene miedo, pero empieza a comprender que si no reacciona, sus hijos y nietos vivirán en el Tercer Mundo y probablemente bajo una tiranía esclavizante.
El poder no sabe ni quiere corregir el rumbo y sólo sabe reaccionar con represión. Siempre ha sido así en el comunismo y en el resto de las tiranías. La Historia humana está llena de ejemplos que demuestran como el poder golpea sin piedad para mantenerse.
¿Cuál es la clave de lo que está ocurriendo? ¿Por qué se incrementan la represión y la censura contra los que piensan distinto al poder? Los poderosos tienen miedo a perder sus privilegios y han decidido incrementar sus controles a través del miedo y la opresión. Ya no soportan la crítica ciudadana, que es una de las esencias de la democracia, que obliga al pueblo a vigilar a los que mandan para que se mantengan en la disciplina democrática,
Pero la verdadera clave quizás sea la que señala Monseñor Adair José Guimarães, obispo de una pequeña diócesis brasileña, que ya es conocido en todo el mundo debido a una contundente homilía en la que alertaba de cómo el Nuevo Orden Mundial está aprovechando el coronavirus para acabar con las libertades, entre ella la religiosa.
El obispo y los millones de ciudadanos que se resisten a someterse en todo el mundo coincidimos en un pensamiento decisivo: el verdadero ser humano tiene que resistirse a la opresión y la tiranía, dos lacras contrarias a la dignidad humana que pueden acabar con la civilización y con la misma especie.
Francisco Rubiales
Esa red (y también otras plataformas de Internet) demuestra que no es cierto lo que ellos dicen, que son simples distribuidores de contenidos, sino que ya se han incorporado al aparato represor y trabajan para silenciar a los disidentes y agilizar la llegada del llamado "Nuevo Orden Mundial" (NOM), que no es otra cosa que tiranía condensada a nivel mundial. Cientos de miles de disidentes en todo el mundo están siendo silenciados, teóricamente porque incumplen leyes comunitarias o propagan odio. No importa que defiendas en la red social la democracia y la limpieza, como ocurría con mi cuenta clausurada, porque lo que está detrás es que "la verdad siempre incomoda y enerva al poder".
Algunos amigos, al enterarse de a clausura de la cuenta, me dicen que he tenido suerte porque otros críticos han recibido la visita de matones que han aporreado la puerta de su hogar, enviados por el poder oscuro, con ánimo de intimidad y causar terror.
España avanza hacia la tiranía descarada y nadie acude a defenderla de las hordas.
La cuenta estaba a nombre de Francisco Rubiales Moreno y hoy está "desaparecida". Ha sido borrada sin piedad y sus miles de artículos, comentarios, imágenes y sugerencias se ha esfumado, victimas de la censura. ¿La causa? Pueden ser varias: haber criticado a Podemos y al PSOE gobernantes, haber condenado a los violentos, haber criticado el poder político, la corrupción, el abuso de poder y los impuestos confiscatorios, tanto a la derecha como a la izquierda y al nacionalismo. Pero no importan los detalles concretos porque la causa única es conocida: el odio a la libertad y a la verdad que sienten los tiranos.
Me cuentan que el gobierno está abrumado por el crecimiento exponencial de las críticas en la sociedad española y en las redes sociales. La gente no soporta las muertes por negligencia y abandono, el hundimiento de la economía, el desamparo de los autónomos y empresarios pequeños, sobre todo de la hostelería, ni que España sea siempre el país más golpeado por la crisis y la pandemia, tanto en la primera como en la segunda y la tercera ola, un fracaso reiterado que denota ineptitud y estupidez del gobierno, en grado muy elevado.
La gente española es mansa y tiene miedo, pero empieza a comprender que si no reacciona, sus hijos y nietos vivirán en el Tercer Mundo y probablemente bajo una tiranía esclavizante.
El poder no sabe ni quiere corregir el rumbo y sólo sabe reaccionar con represión. Siempre ha sido así en el comunismo y en el resto de las tiranías. La Historia humana está llena de ejemplos que demuestran como el poder golpea sin piedad para mantenerse.
¿Cuál es la clave de lo que está ocurriendo? ¿Por qué se incrementan la represión y la censura contra los que piensan distinto al poder? Los poderosos tienen miedo a perder sus privilegios y han decidido incrementar sus controles a través del miedo y la opresión. Ya no soportan la crítica ciudadana, que es una de las esencias de la democracia, que obliga al pueblo a vigilar a los que mandan para que se mantengan en la disciplina democrática,
Pero la verdadera clave quizás sea la que señala Monseñor Adair José Guimarães, obispo de una pequeña diócesis brasileña, que ya es conocido en todo el mundo debido a una contundente homilía en la que alertaba de cómo el Nuevo Orden Mundial está aprovechando el coronavirus para acabar con las libertades, entre ella la religiosa.
El obispo y los millones de ciudadanos que se resisten a someterse en todo el mundo coincidimos en un pensamiento decisivo: el verdadero ser humano tiene que resistirse a la opresión y la tiranía, dos lacras contrarias a la dignidad humana que pueden acabar con la civilización y con la misma especie.
Francisco Rubiales
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