El gobierno socialista español que preside José Luis Rodríguez Zapatero tiene pánico a que se le caiga la economía, su mejor baza actual, que crece bastante más que la media europea, pero que está sometida a preocupantes tensiones y desequilibrios que amenazan con cambiar la tendencia muy pronto.
Los tres grandes problemas económicos señalados son: el agotamiento de la construcción como motor de la economía, el déficit exterior y la inflación. Pero hay otros que no preocupan menos, como el retraso en innovación y tecnología y la escasa calidad de la formación de los jóvenes.
Pero el mayor y el más amenazante de los desequilibrios es, sin duda, el terrible déficit exterior por cuenta corriente, que no para de crecer, que se duplicó entre los meses de enero y abril de 2005 y que ya está por encima del brutal déficit que abruma a los Estados Unidos, pero con el agravante de que mientras la economía americana enamora y atrae capitales foráneos, la española recibe cada año menos inversiones externas y sólo prevoca recelo e inquietud en la comunidad económica internacional.
Los expertos cercanos a Zapatero, sobre todo los de la órbita del ministro Solbes, no dejan de llamar la atención sobre los riesgos de un fracaso de la economía y no cesan de repetirle que los excesos de hoy, sobre todo cuando se vive por encima de las posibilidades, terminan por pagarse pronto.
Esos mismos expertos advierten que la caida de la economía sí representa un auténtico riesgo electoral, ya que lo económico pesa en los ciudadanos tres veces más que lo político a la hora de votar. El mensaje es simple: el PSOE tiene mayor riesgo de perder el poder por le fracaso económico que por decisiones políticas tan controvertidas como el Estatuto de Cataluña.
Los tres grandes problemas económicos señalados son: el agotamiento de la construcción como motor de la economía, el déficit exterior y la inflación. Pero hay otros que no preocupan menos, como el retraso en innovación y tecnología y la escasa calidad de la formación de los jóvenes.
Pero el mayor y el más amenazante de los desequilibrios es, sin duda, el terrible déficit exterior por cuenta corriente, que no para de crecer, que se duplicó entre los meses de enero y abril de 2005 y que ya está por encima del brutal déficit que abruma a los Estados Unidos, pero con el agravante de que mientras la economía americana enamora y atrae capitales foráneos, la española recibe cada año menos inversiones externas y sólo prevoca recelo e inquietud en la comunidad económica internacional.
Los expertos cercanos a Zapatero, sobre todo los de la órbita del ministro Solbes, no dejan de llamar la atención sobre los riesgos de un fracaso de la economía y no cesan de repetirle que los excesos de hoy, sobre todo cuando se vive por encima de las posibilidades, terminan por pagarse pronto.
Esos mismos expertos advierten que la caida de la economía sí representa un auténtico riesgo electoral, ya que lo económico pesa en los ciudadanos tres veces más que lo político a la hora de votar. El mensaje es simple: el PSOE tiene mayor riesgo de perder el poder por le fracaso económico que por decisiones políticas tan controvertidas como el Estatuto de Cataluña.