"El Mundo" publica hoy la segunda parte de la entrevista a Suárez Trashorras. En ella implica a ETA en la masacre del 11 M de 2004 y lanza acusaciones formidables sobre la policía y los agentes del CNI (inteligencia del Estado). Es un documento sobrecogedor que genera indignación y rebeldía en cualquier demócrata. Sin embargo, nos sentimos tan a gusto en la pocilga que ni siquiera percibimos cuando el agua está putrefacta. Estamos tan acostumbrados a vivir en esta democracia degradada y corrompida que ni isquiera percibimos la putrefacción del Estado.
Si las acusaciones que publica el periódico El Mundo son una mentira, que vayan a la carcel los responsables de esa publicación y se castigue al que acusa en falso. Pero si las acusaciones de Suárez Trashorras son ciertas, que se declare el estado de emergencia y que entremos todos en capilla porque resultará evidente que el Estado de derecho español está podrido hasta la médula.
No es admisible que en España pase de todo y no pase nada Ya basta de confundir y manipular a los ciudadanos. Ya no es posible aguantar más detritus desde la dignidad y el decoro. Si el Estado español está putrefacto, que se limpie, que lo limpiemos los ciudadanos, si los políticos son la parte corrupta. No es posible que una sociedad democrática admita sin clamar al cielo y sin rebelarse que un tipo llamado Suárez Trashorras denuncie una conspiración, acuse de corrupción al juez y a la policía y vomite ante la sociedad que los atentados del 11 de marzo, con un balance de doscientos muertos y casi dos mil heridos fueron un montaje policial en el que los terroristas islamistas también fueron víctimas.
Y no pasa absolutamente nada.
Nada hay más corrupto que la indiferencia, ni nada más inmoral y cobarde que el silencio frente al delito. No es admisible que no pase nada, que se viertan vómitos sobre el rostro de la sociedad española sin que la ciudadanía reaccione. ¿Donde están los ciudadanos? ¿Dónde está el liderazgo? Dónde la Justicia?, ¿Dónde la vergüenza? ¿Quien va a dimitir? ¿Quién tiene razón? ¿Dónde está la verdad?
Necesitamos ver a personas con decencia al frente del Estado. ¿Donde están?
La peor desgracia para una sociedad es mantenerse indiferente ante la mierda, el acido y la putrefacción del Estado.
¿Es que en este país nadie ve la luz? ¿Es que puede permanecer todo en calma cuando se ha desvelado la ignominia?
¿Fue el 11 M una maniobra para arrebatar el poder al PP? Si lo fué, ¿quién es el responsable?, ¿Quién va a entrar en la carcel? ¿Quién va a decidir que se repitan las elecciones? ¿Queda alguien con honra y honor en la política de este país? ¿Hay algún juez con conciencia democrática? ¿Quien va a salvar el sistema? ¿Quién va a devolver la confianza a los ciudadanos? ¿Es que acaso no saben que la democracia es, precisamente, confianza, en el Estado, en las instituciones y en las personas que asumen la responsabilidad del gobierno? Si no lo fue, ¿por qué no cesan las mentiras y se encarcela a los que esparcen ácido corrosivo sobre la confianza y la esperanza ciudadanas? ¿Qué coño está pasando aquí?
Sin confianza, el poder es siempre una dictadura solapada. Sin confianza no hay democracia. Sin justicia no hay dignidad y sin dignidad la vida no merece la pena, aunque seamos ricos, aunque nos invadan las pateras de indigentes envidiosos.
¡Maldita sea! ¿Donde está la vergüenza de este país? ¿Para que sirven los partidos políticos? ¿Y el Parlamento? ¿Y la Constitución? ¿Y el Rey?
Si las acusaciones que publica el periódico El Mundo son una mentira, que vayan a la carcel los responsables de esa publicación y se castigue al que acusa en falso. Pero si las acusaciones de Suárez Trashorras son ciertas, que se declare el estado de emergencia y que entremos todos en capilla porque resultará evidente que el Estado de derecho español está podrido hasta la médula.
No es admisible que en España pase de todo y no pase nada Ya basta de confundir y manipular a los ciudadanos. Ya no es posible aguantar más detritus desde la dignidad y el decoro. Si el Estado español está putrefacto, que se limpie, que lo limpiemos los ciudadanos, si los políticos son la parte corrupta. No es posible que una sociedad democrática admita sin clamar al cielo y sin rebelarse que un tipo llamado Suárez Trashorras denuncie una conspiración, acuse de corrupción al juez y a la policía y vomite ante la sociedad que los atentados del 11 de marzo, con un balance de doscientos muertos y casi dos mil heridos fueron un montaje policial en el que los terroristas islamistas también fueron víctimas.
Y no pasa absolutamente nada.
Nada hay más corrupto que la indiferencia, ni nada más inmoral y cobarde que el silencio frente al delito. No es admisible que no pase nada, que se viertan vómitos sobre el rostro de la sociedad española sin que la ciudadanía reaccione. ¿Donde están los ciudadanos? ¿Dónde está el liderazgo? Dónde la Justicia?, ¿Dónde la vergüenza? ¿Quien va a dimitir? ¿Quién tiene razón? ¿Dónde está la verdad?
Necesitamos ver a personas con decencia al frente del Estado. ¿Donde están?
La peor desgracia para una sociedad es mantenerse indiferente ante la mierda, el acido y la putrefacción del Estado.
¿Es que en este país nadie ve la luz? ¿Es que puede permanecer todo en calma cuando se ha desvelado la ignominia?
¿Fue el 11 M una maniobra para arrebatar el poder al PP? Si lo fué, ¿quién es el responsable?, ¿Quién va a entrar en la carcel? ¿Quién va a decidir que se repitan las elecciones? ¿Queda alguien con honra y honor en la política de este país? ¿Hay algún juez con conciencia democrática? ¿Quien va a salvar el sistema? ¿Quién va a devolver la confianza a los ciudadanos? ¿Es que acaso no saben que la democracia es, precisamente, confianza, en el Estado, en las instituciones y en las personas que asumen la responsabilidad del gobierno? Si no lo fue, ¿por qué no cesan las mentiras y se encarcela a los que esparcen ácido corrosivo sobre la confianza y la esperanza ciudadanas? ¿Qué coño está pasando aquí?
Sin confianza, el poder es siempre una dictadura solapada. Sin confianza no hay democracia. Sin justicia no hay dignidad y sin dignidad la vida no merece la pena, aunque seamos ricos, aunque nos invadan las pateras de indigentes envidiosos.
¡Maldita sea! ¿Donde está la vergüenza de este país? ¿Para que sirven los partidos políticos? ¿Y el Parlamento? ¿Y la Constitución? ¿Y el Rey?
Comentarios: