Uno de los muchos memes contra Sánchez que le acusan de tramposo y circulan intensamente por las redes
A Sánchez, rodeado de enemigos y de españoles indignados, si quiere ganar unas elecciones, quizás no le quede otra opción que el pucherazo.
En España ocurre ya como en Venezuela o en Cuba, que la única forma que tienen sus repudiados gobiernos de ganar elecciones es haciendo trampa.
Sánchez ha llenado sus alforjas de cadáveres. Y los muertos que claman venganza son tantos que él también está muerto, al menos políticamente.
Mas de la mitad de los jueces advierten a Europa que Sánchez pone en peligro el Estado de Derecho. Más de 200,000 médicos le acusan de haber marginado la ciencia y gestionado pésimamente la pandemia y el proceso de vacunación. Los demócratas le acusan de prostituir el sistema. Le rechazan la enorme marea de desempleados, de víctimas de la crisis encuadrados en los ERTES y los jóvenes, los que padecen más desempleo y oscuridad en su horizonte de toda Europa. Los arruinados le están esperando para vengarse, junto con los que se sienten saqueados por un gobierno codicioso que cobra impuestos abusivos.
¿Acaso van a votarle los que sufren al verse rodeados de violencia y delincuencia en las calles y barrios? ¿Le van a votar lo que tienen sus vivienda okupadas y los miles que temen que se las okupen los delincuentes que el gobierno protege? ¿Podrían votarle los que sufren maltrato y marginación en los tribunales, sólo por ser varones, víctimas de las injustas leyes de género?
¿Quiénes pueden votar a Sánchez? Son pocos y cada día menos: los golpistas catalanes y los independentistas vascos, que le aman porque Sánchez les está haciendo el trabajo de destruir España. Le votarán también los adictos a las subvenciones, los que quieren repartirse el botín del dinero público, los vagos que esperan repartirse el dinero que les quitarán a los ricos, los adictos a ordeñar el Estado, los beneficiados por subvenciones y contratos trucados, los corruptos, que no son pocos, y la mayoría de los socialistas, junto con los ciudadanos abducidos y moralmente deteriorados que no aman a España y desean la trifulca y el caos para saquear y aprovecharse. Le siguen votando, sobre todo, los que están siempre saturados de odio a la derecha y no han logrado perdonar ni olvidar la Guerra Civil, un sentimiento de revancha que el gobierno alimenta con su maldita Memoria Histórica.
El sanchismo, degradado y convertido en una fábrica de rencor y odio, ha logrado potenciar la división y el extremismo en España, de manera que cualquier contienda electoral enfrentara a la España decente con la que ha caído en la degradación. El sanchismo ha logrado, sobre todo, dividir a España en dos bandos: el de la gente decente y trabajadora que ama a España y el de los que se alimentan de la ración diaria de envidia y odio que les reparte el gobierno.
Francisco Rubiales
En España ocurre ya como en Venezuela o en Cuba, que la única forma que tienen sus repudiados gobiernos de ganar elecciones es haciendo trampa.
Sánchez ha llenado sus alforjas de cadáveres. Y los muertos que claman venganza son tantos que él también está muerto, al menos políticamente.
Mas de la mitad de los jueces advierten a Europa que Sánchez pone en peligro el Estado de Derecho. Más de 200,000 médicos le acusan de haber marginado la ciencia y gestionado pésimamente la pandemia y el proceso de vacunación. Los demócratas le acusan de prostituir el sistema. Le rechazan la enorme marea de desempleados, de víctimas de la crisis encuadrados en los ERTES y los jóvenes, los que padecen más desempleo y oscuridad en su horizonte de toda Europa. Los arruinados le están esperando para vengarse, junto con los que se sienten saqueados por un gobierno codicioso que cobra impuestos abusivos.
¿Acaso van a votarle los que sufren al verse rodeados de violencia y delincuencia en las calles y barrios? ¿Le van a votar lo que tienen sus vivienda okupadas y los miles que temen que se las okupen los delincuentes que el gobierno protege? ¿Podrían votarle los que sufren maltrato y marginación en los tribunales, sólo por ser varones, víctimas de las injustas leyes de género?
¿Quiénes pueden votar a Sánchez? Son pocos y cada día menos: los golpistas catalanes y los independentistas vascos, que le aman porque Sánchez les está haciendo el trabajo de destruir España. Le votarán también los adictos a las subvenciones, los que quieren repartirse el botín del dinero público, los vagos que esperan repartirse el dinero que les quitarán a los ricos, los adictos a ordeñar el Estado, los beneficiados por subvenciones y contratos trucados, los corruptos, que no son pocos, y la mayoría de los socialistas, junto con los ciudadanos abducidos y moralmente deteriorados que no aman a España y desean la trifulca y el caos para saquear y aprovecharse. Le siguen votando, sobre todo, los que están siempre saturados de odio a la derecha y no han logrado perdonar ni olvidar la Guerra Civil, un sentimiento de revancha que el gobierno alimenta con su maldita Memoria Histórica.
El sanchismo, degradado y convertido en una fábrica de rencor y odio, ha logrado potenciar la división y el extremismo en España, de manera que cualquier contienda electoral enfrentara a la España decente con la que ha caído en la degradación. El sanchismo ha logrado, sobre todo, dividir a España en dos bandos: el de la gente decente y trabajadora que ama a España y el de los que se alimentan de la ración diaria de envidia y odio que les reparte el gobierno.
Francisco Rubiales
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