Envilecidos y patógenos

PSOE-PP, PP-PSOE, tanto monta monta tanto...

Ante la cada vez más grave situación social y política que se vive en España, derivada de la actitud mafiosa del PSOE y las organizaciones y partidos que los apoyan, entre los que abundan delincuentes, terroristas, intereses bastardos y una fauna que odia y destruye la legalidad democrática, las tradiciones, los principios y valores sobre los que se edifican y soportan la convivencia, la decencia, la honradez y la familia, el PP se limita a vegetar en la seguridad de que sus contrincantes políticos caerán por efectos de la gravedad, cuando estén en su punto de madurez.

El PP, como único partido de la oposición, se mantiene impasible ante la degradación del Estado en manos de la barbarie, delictiva, que lo pretende dinamitar desde dentro, en la idea de que son el último y único recurso de los españoles, de bien, a la hora de decidir la recuperación del mismo. El PP está convencido de que esta forma de chantaje le procurará el poder absoluto para gobernar España, con el mismo nivel democrático que ostentan los radicales y renegados socialistas y acólitos. Están seguros de continuar el expolio de España ahorrándose la democracia, como viene sucediendo desde siempre, con cualquier gobierno, anterior o posterior a D. Pelayo.

Este es el panorama al que se enfrentan los ciudadanos españoles a día de hoy. Un gobierno de delincuentes por un lado y unos aspirantes a gobernar, que chantajean al elector dejando que se asfixien para venderle aire bajo sus condiciones. Ambos lo estafan robando sus derechos, como pertenencia natural e inalienable, y que cobran por servirlos, desde esa condición, pero que los usan para somerlos a un castigo injusto y permanente.

Lamento diferir de la afirmación final del post de Franky, aunque esté llena de buena fe. No creo que, un pueblo que consiente que estas bandas de criminales ocupen sus instituciones, incumplan las leyes, persigan la justicia, les robe, les veje, les humille, les estafe y se mofen, con chulería hampona y provocadora, hasta llegar a la legalización de bandas asesinas y subvencionándolas con sus propios impuestos, sea un pueblo ni inteligente, ni cauto, ni responsable, ni digno.

Mientras vivan en una Nación sin legalidad y bajo la navaja del ladrón opresor y sobren cuerdas y árboles o farolas en las plazas de sus pueblos, sin que cuelgen de sus extremos los cadáveres de la morralla que los explota, engaña y reprime, solo será un pueblo necio de cobardes engañados, sometidos y consentidos, incapaz de ejercer el sagrado deber y derecho de legítima defensa.

Va siendo hora de llamar a las cosas por su nombre. Le pese a quien le pese, eso es lo que hay y eso es lo que se debe contar y decir. Al pan, pan y al vino, vino.

Saludos