El viejo socialismo español democrático vivió acosado por el monstruo del socialismo totalitario y radical, que siempre subsistió dentro del PSOE, heredero de aquel socialismo que provocó la Guerra Civil de 1936, que envió a Rusia el oro que robó del Bando de España y que siempre despreció la democracia, la que, como afirmó su fundador, Pablo Iglesias, solo era admisible si permitía al PSOE alcanzar sus objetivos.
"Mi partido está en la legalidad mientras ésta le permita adquirir lo que necesita; fuera cuando ella no le permita alcanzar sus aspiraciones", afirmó el fundador del PSOE, que en otro momento dijo: "El partido que yo aquí represento aspira a concluir con los antagonismos sociales,… esta aspiración lleva consigo la supresión de la Magistratura, la supresión de la Iglesia, la supresión del Ejército… Este partido está en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones.“
Alfredo Pérez Rubalcaba, uno de los grandes socialistas de la vieja guardia, que destacó siempre por su enorme sensatez y sentido de estado, ya advirtió a los españoles del peligro que representaba Pedro Sánchez, por entonces un socialista lleno de ambición y osadía que había descubierto un camino obsceno y bastardo para alcanzar el poder, vinculando al PSOE con los partidos independentistas, pro terroristas y antiespañoles. “Imagínese la que tendríamos montada si hubiéramos ido a una investidura con el apoyo de Podemos, que está en el derecho de autodeterminación, y de los independentistas, que ni le cuento”,
Pedro Sánchez, a partir de ese momento, dejó de hablarle y poco después Rubalcaba, que de haber seguido en el PSOE habría intentado frenar las locuras de Pedro Sánchez, murió repentinamente.
El actual ministro Iceta reveló que Rubalcaba no consideraba a Pedro Sánchez como socialista sino como "radical de izquierdas",
Los viejos socialistas se han plegado en masa al sanchismo, a pesar de que representa una doctrina ajena por completo al socialismo. El sanchismo es pragmatismo cien por cien, sin principios ni escrúpulos, sin ideas ni otro objetivo que no sea el poder por el poder. Pero alguno socialistas fieles a la socialdemocracia han sido laminados por Pedro Sánchez, que se ha rodeado para gobernar de socialistas degenerados y pretorianos crueles.
Es más que evidente que los viejos socialistas nunca se habrían aliado para gobernar con las mentiras de Sánchez, con sus traiciones a España y con su corte de comunistas radicales, herederos del terrorismo etarra y partidos independentistas y golpistas catalanes, todos unidos por tres suciedades: el desprecio a la democracia, el odio a España y el ansia de poder.
Francisco Rubiales
"Mi partido está en la legalidad mientras ésta le permita adquirir lo que necesita; fuera cuando ella no le permita alcanzar sus aspiraciones", afirmó el fundador del PSOE, que en otro momento dijo: "El partido que yo aquí represento aspira a concluir con los antagonismos sociales,… esta aspiración lleva consigo la supresión de la Magistratura, la supresión de la Iglesia, la supresión del Ejército… Este partido está en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones.“
Alfredo Pérez Rubalcaba, uno de los grandes socialistas de la vieja guardia, que destacó siempre por su enorme sensatez y sentido de estado, ya advirtió a los españoles del peligro que representaba Pedro Sánchez, por entonces un socialista lleno de ambición y osadía que había descubierto un camino obsceno y bastardo para alcanzar el poder, vinculando al PSOE con los partidos independentistas, pro terroristas y antiespañoles. “Imagínese la que tendríamos montada si hubiéramos ido a una investidura con el apoyo de Podemos, que está en el derecho de autodeterminación, y de los independentistas, que ni le cuento”,
Pedro Sánchez, a partir de ese momento, dejó de hablarle y poco después Rubalcaba, que de haber seguido en el PSOE habría intentado frenar las locuras de Pedro Sánchez, murió repentinamente.
El actual ministro Iceta reveló que Rubalcaba no consideraba a Pedro Sánchez como socialista sino como "radical de izquierdas",
Los viejos socialistas se han plegado en masa al sanchismo, a pesar de que representa una doctrina ajena por completo al socialismo. El sanchismo es pragmatismo cien por cien, sin principios ni escrúpulos, sin ideas ni otro objetivo que no sea el poder por el poder. Pero alguno socialistas fieles a la socialdemocracia han sido laminados por Pedro Sánchez, que se ha rodeado para gobernar de socialistas degenerados y pretorianos crueles.
Es más que evidente que los viejos socialistas nunca se habrían aliado para gobernar con las mentiras de Sánchez, con sus traiciones a España y con su corte de comunistas radicales, herederos del terrorismo etarra y partidos independentistas y golpistas catalanes, todos unidos por tres suciedades: el desprecio a la democracia, el odio a España y el ansia de poder.
Francisco Rubiales
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