Imagen crítica del periodismo español prostituido y sometido al gobierno que circula intensamente por las redes
El periodismo español, prostituido por su intenso sometimiento al poder político y falta de independencia y verdad, salvo excepciones de gran mérito, ha acumulado mucho oprobio e indecencia durante la actual etapa de gobierno socialista-comunista, en la que ha alcanzado la cima de la bajeza utilizando en favor del gobierno noticias falsas, información censurada, tergiversaciones, manipulaciones, silencios cómplices y hasta un indecente boicot mediático al partido VOX, que sufre un acoso de la prensa sometida que nada tiene de democrático ni de ético.
El actual periodismo español, salvo escasas excepciones de independencia heroica y crítica democrática, tiene incrustada en su alma la corrupción, el declive ético, el rechazo a la verdad y el sometimiento al poder.
Los políticos al menos son elegidos cada cuatro años, lo que les otorga cierta legitimidad, aunque sean corruptos y malvados, pero los periodistas que ocultan la verdad, toman partido y mienten para ayudar al poder político son auténticos traidores corrompidos, sin excusas ni atenuantes.
Las asociaciones de la prensa de España repiten que "sin periodismo no hay democracia", pero ocultan que lo que la democracia necesita no es periodismo, sino "periodismo libre, independiente, veraz y capaz de fiscalizar al poder".
Del mismo modo que el periodismo libre fortalece la democracia, el periodismo sometido fortalece la tiranía.
En mi libro "Periodistas sometidos, los perros del poder" (Almuzara 2009), se dice que "No hay un sólo caso de periodista esclavo que sea recordado por la Historia, del mismo modo que tampoco merecen el recuerdo los militares cobardes o los médicos al servicio de la muerte".
En las actuales asociaciones de la prensa conviven revueltos dos tipos de comunicadores opuestos e irreconciliables: los sometidos al poder, verdaderos mercenarios a sueldo de los que mandan, y los auténticos periodistas, aquellos capaces de informar al pueblo con independencia, verdad y valor, aunque ese comportamiento decente les cueste marginación, acoso y represalias por parte del poder político inicuo.
En el periodismo actual, quien se somete a la verdad y la difunde es un verdadero "periodista-héroe", pero quien se somete al poder, desprecia la verdad y pone sus conocimientos al servicio de los que le han comprado, es un "propagandista" mercenario. Separar a los periodistas de los propagandistas debe ser el primer paso para la regeneración de una profesión, que es imprescindible para mejorar la política y hacer del mundo un espacio de justicia y decencia.
Ser periodista es ser un proveedor profesional de la información y la opinión veraz que el ciudadano necesita para conocer el mundo en el que vive y adoptar las decisiones correctas. Pero al poder no le interesa que el pueblo esté correctamente informado porque al descubrir las maldades, abusos e iniquidades de la clase política, los ciudadanos nunca les votarían. Por eso compran periodistas y medios, para ocultar la verdad, manipular la información y la opinión y engañar a los votantes.
Hay otra frase del libro "Periodistas sometidos" que conviene tener presente siempre, si se quiere ser periodista de respeto y decencia: "Que quede claro que los periodistas sometidos al poder sólo pueden esperar poder y dinero, pero nunca reconocimiento, honor o respeto".
En mi último libro "Hienas y buitres" (Tecnos 2018), se dice: "Muchos periodistas e intelectuales de hoy carecen de lealtad a la libertad porque han sido comprados o reducidos a ser meras piezas de la máquina estatal de propaganda".
Francisco Rubiales
El actual periodismo español, salvo escasas excepciones de independencia heroica y crítica democrática, tiene incrustada en su alma la corrupción, el declive ético, el rechazo a la verdad y el sometimiento al poder.
Los políticos al menos son elegidos cada cuatro años, lo que les otorga cierta legitimidad, aunque sean corruptos y malvados, pero los periodistas que ocultan la verdad, toman partido y mienten para ayudar al poder político son auténticos traidores corrompidos, sin excusas ni atenuantes.
Las asociaciones de la prensa de España repiten que "sin periodismo no hay democracia", pero ocultan que lo que la democracia necesita no es periodismo, sino "periodismo libre, independiente, veraz y capaz de fiscalizar al poder".
Del mismo modo que el periodismo libre fortalece la democracia, el periodismo sometido fortalece la tiranía.
En mi libro "Periodistas sometidos, los perros del poder" (Almuzara 2009), se dice que "No hay un sólo caso de periodista esclavo que sea recordado por la Historia, del mismo modo que tampoco merecen el recuerdo los militares cobardes o los médicos al servicio de la muerte".
En las actuales asociaciones de la prensa conviven revueltos dos tipos de comunicadores opuestos e irreconciliables: los sometidos al poder, verdaderos mercenarios a sueldo de los que mandan, y los auténticos periodistas, aquellos capaces de informar al pueblo con independencia, verdad y valor, aunque ese comportamiento decente les cueste marginación, acoso y represalias por parte del poder político inicuo.
En el periodismo actual, quien se somete a la verdad y la difunde es un verdadero "periodista-héroe", pero quien se somete al poder, desprecia la verdad y pone sus conocimientos al servicio de los que le han comprado, es un "propagandista" mercenario. Separar a los periodistas de los propagandistas debe ser el primer paso para la regeneración de una profesión, que es imprescindible para mejorar la política y hacer del mundo un espacio de justicia y decencia.
Ser periodista es ser un proveedor profesional de la información y la opinión veraz que el ciudadano necesita para conocer el mundo en el que vive y adoptar las decisiones correctas. Pero al poder no le interesa que el pueblo esté correctamente informado porque al descubrir las maldades, abusos e iniquidades de la clase política, los ciudadanos nunca les votarían. Por eso compran periodistas y medios, para ocultar la verdad, manipular la información y la opinión y engañar a los votantes.
Hay otra frase del libro "Periodistas sometidos" que conviene tener presente siempre, si se quiere ser periodista de respeto y decencia: "Que quede claro que los periodistas sometidos al poder sólo pueden esperar poder y dinero, pero nunca reconocimiento, honor o respeto".
En mi último libro "Hienas y buitres" (Tecnos 2018), se dice: "Muchos periodistas e intelectuales de hoy carecen de lealtad a la libertad porque han sido comprados o reducidos a ser meras piezas de la máquina estatal de propaganda".
Francisco Rubiales
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