Quieren convertirlo en un juicio a España
Han bastado unas horas de juicio para descubrir cual será la estrategia del independentismo en el juicio: a quien se está juzgando no es uos golpistas peligrosos sino a España, un país que pretenden presentar ante el mundo como una falsa democracia, vengativa y sin garantías de justicia. Sus palabras, argumentos y gestos son un teatro orientado más hacia Estrasburgo que hacia el Tribunal Supremo español. Quieren que el juicio sea un nuevo show que aliente y caliente al independentismo, peligrosamente dividido y adormilado en las últimos meses.
Son incansables en el odio a España, infatigables en el acoso a la Constitución y pertinaces en su deseo de independencia, una obsesión que les lleva a defender algo tan indefendible como el derecho a la autodeterminación, inexistente en el mundo, salvo para colonias. Son fervientes discípulos de la propaganda que mejor ha funcionado en la Historia, la nazi y la comunista, las que descubrieron que una mentira repetida cien veces se convierte en verdad.
Esa es la estrategia de los juzgados y de sus defensas, pero ¿cual será la estrategia de la acusación pública y popular? Sobre los acusadores recae la responsabilidad enorme de hacer valer la verdad frente a mentirosos profesionales muy bien asesorados por fuerzas oscuras interesadas en la ruina de España. De las defensas dependen que el juicio sea a España o a un puñado de insensatos que quisieron romper España por la fuerza, violando la Constitución y las leyes. Muchos miran con expectación la intervención del representante de VOX, que es acusación popular.
La tercera parte, quizás la mas importante, es la opinión pública, que es el definitiva la que debe condenar o absolver a los rebeldes. La gran expectación mediática en torno al juicio será alimentada por 600 periodistas acreditados, de 150 medios diferentes, a los que ambas partes quieren convencer de sus tesis y planteamientos para que, a través de sus medios contagien al mundo.
La batalla está servida, llena de trascendencia y morbo. La prensa norteamericana dice que es el juicio más importante de la Historia de España y quizás tenga razón porque nos jugamos mucho más que la independencia de un trozo de territorio español, curiosamente el mas rico y mimado por los políticos. España se juega su dignidad como país en una lucha entre la verdad y la mentira que marcará a toda una generación o quizás al futuro de este pueblo, que fue heroico y admirado en el pasado pero que hoy parece débil e incapaz de defender su integridad y de hacer valer la verdad en un juicio frente a una manada de violadores de la Constitución y las leyes.
Francisco Rubiales
Son incansables en el odio a España, infatigables en el acoso a la Constitución y pertinaces en su deseo de independencia, una obsesión que les lleva a defender algo tan indefendible como el derecho a la autodeterminación, inexistente en el mundo, salvo para colonias. Son fervientes discípulos de la propaganda que mejor ha funcionado en la Historia, la nazi y la comunista, las que descubrieron que una mentira repetida cien veces se convierte en verdad.
Esa es la estrategia de los juzgados y de sus defensas, pero ¿cual será la estrategia de la acusación pública y popular? Sobre los acusadores recae la responsabilidad enorme de hacer valer la verdad frente a mentirosos profesionales muy bien asesorados por fuerzas oscuras interesadas en la ruina de España. De las defensas dependen que el juicio sea a España o a un puñado de insensatos que quisieron romper España por la fuerza, violando la Constitución y las leyes. Muchos miran con expectación la intervención del representante de VOX, que es acusación popular.
La tercera parte, quizás la mas importante, es la opinión pública, que es el definitiva la que debe condenar o absolver a los rebeldes. La gran expectación mediática en torno al juicio será alimentada por 600 periodistas acreditados, de 150 medios diferentes, a los que ambas partes quieren convencer de sus tesis y planteamientos para que, a través de sus medios contagien al mundo.
La batalla está servida, llena de trascendencia y morbo. La prensa norteamericana dice que es el juicio más importante de la Historia de España y quizás tenga razón porque nos jugamos mucho más que la independencia de un trozo de territorio español, curiosamente el mas rico y mimado por los políticos. España se juega su dignidad como país en una lucha entre la verdad y la mentira que marcará a toda una generación o quizás al futuro de este pueblo, que fue heroico y admirado en el pasado pero que hoy parece débil e incapaz de defender su integridad y de hacer valer la verdad en un juicio frente a una manada de violadores de la Constitución y las leyes.
Francisco Rubiales
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