La ONU se reune para afrontar su reforma en uno de los momentos peores de su historia, salpicada por la corrupción y otros delitos e incapacitada para liderar a la comunidad mundial.
Resulta inconcebible que la ONU, máximo exponente de la legalidad internacional, siga estando comandada por Kofi Annan, un tipo sospechoso de corrupción que, incluso, ha admitido públicamente su culpabilidad administrativa, técnica y hasta política por la corrupción que ha contaminado al primer foro mundial, de la que su hijo Kojo fue uno de los protagonistas y beneficiados.
La ONU representa hoy para muchos millones de seres humanos una esperanza de legalidad internacional, de justicia y de freno a la voracidad y fuerza de las potencias, misiones que difícilmente podrá desempeñar bajo el liderazgo de un hombre debilitado y tocado por la corrupcción.
La presencia de Kofi Annan al frente de la ONU degrada a la misma política a escala mundial y lanza hacia los ciudadanos del mundo el mensaje patético de que el mal de la corrupción y del mal gobierno no tiene solución alguna en este planeta.
Resulta inconcebible que la ONU, máximo exponente de la legalidad internacional, siga estando comandada por Kofi Annan, un tipo sospechoso de corrupción que, incluso, ha admitido públicamente su culpabilidad administrativa, técnica y hasta política por la corrupción que ha contaminado al primer foro mundial, de la que su hijo Kojo fue uno de los protagonistas y beneficiados.
La ONU representa hoy para muchos millones de seres humanos una esperanza de legalidad internacional, de justicia y de freno a la voracidad y fuerza de las potencias, misiones que difícilmente podrá desempeñar bajo el liderazgo de un hombre debilitado y tocado por la corrupcción.
La presencia de Kofi Annan al frente de la ONU degrada a la misma política a escala mundial y lanza hacia los ciudadanos del mundo el mensaje patético de que el mal de la corrupción y del mal gobierno no tiene solución alguna en este planeta.