Si los ignorantes que votan y apoyan a partidos socialistas y comunistas, muchos de ellos crédulos y con buena voluntad, supieran que sus sistemas e ideologías preferidos son también los favoritos de los grandes capitalistas, aquellos que acaparan en algunas decenas de familias mas de la mitad de la riqueza mundial, se tirarían de los pelos y se morirían de vergüenza.
Sin embargo, es rigurosamente cierto. El gran capital mundial ha patrocinado siempre a las grandes tiranías. Lo hizo con Mussolini, con Hitler y con Lenin y lo está haciendo ahora sosteniendo al comunismo y evitando que sea condenado internacionalmente por ser la tiranía más dañina y sanguinaria de la Historia humana.
El viaje secreto de Lenin, desde Alemania a Moscú, que fue el origen de la revolución bolchevique, fue organizado y financiado por los grandes capitalistas de su tiempo.
El Nazismo, derrotado en la II Guerra Mundial, tuvo su juicio de Núremberg y hoy es un sistema desprestigiado y tabú, pero el comunismo, más asesino y nocivo, que liquidó a más de cien millones de personas en el siglo XX, se ha librado de esa condena merecida, gracias al apoyo explícito del gran capital y de los poderes que controlan el mundo desde las sombras.
La izquierda mundial ignora que sus políticos son los favoritos del capitalismo y que el comunismo sobrevive, a pesar de ser el peor sistema y el más asesino de la Historia, porque cuenta con el patrocinio de los multimillonarios y los grandes poderes mundiales en la sombra, fascinados por su capacidad de esclavizar a las masas.
Si no contaran con el poderoso sostén de los grandes capitalistas, regímenes socialcomunistas tan fracasados y empobrecidos como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua no podrían sobrevivir pero se sostienen milagrosamente gracias a que reciben apoyo continuo de las elites mundiales, que han impedido que Estados Unidos los ataque y borre del mapa.
El gran capitalismo mundial odia la democracia y la libertad porque les generan muchos problemas. Las votaciones libres, la labor de la oposición y os vaivenes de la opinión pública les impide hacer negocios con garantías y con la estabilidad que ellos ambicionan y les obligan a corromper continuamente a gobiernos que cambian cada cuatro años, producto de las votaciones libres.
Los que acaparan gran parte de la riqueza mundial han aprendido a fiarse de los tiranos y ha comprobado que es más fácil controlarlos, pactar con ellos y corromperlos que hacerlo con los distintos gobiernos democráticos, cambiantes y demasiado comprometidos con valores como la libertad y los derechos humanos.
Fenómenos tan incomprensibles como la existencia de un gobierno social comunista de España, país situado en el corazón de Occidente y miembro de la OTAN y la Unión Europea, que preside Pedro Sánchez, en realidad incompatible con la verdadera democracia, sólo se entienden cuando se conoce que es uno de los favoritos del globalismo mundial que promueve el Nuevo Orden y la Agenda 2030.
El régimen más admirado por las élites y el gran capital es el de China, comunista pero con una economía furiosamente capitalista, que es dirigida por un gobierno con brazo de hierro, que no permite sorpresas y que facilita la estabilidad, los negocios y los privilegios que el gran capital exige.
El sueño de esos poderes oscuros es que todo el mundo esté sometido a un Estado totalitario parecido al actual de China y quieren lograrlo con la valiosa ayuda del comunismo, que es la ideología más cruel y asesina de la Historia.
Francisco Rubiales
Sin embargo, es rigurosamente cierto. El gran capital mundial ha patrocinado siempre a las grandes tiranías. Lo hizo con Mussolini, con Hitler y con Lenin y lo está haciendo ahora sosteniendo al comunismo y evitando que sea condenado internacionalmente por ser la tiranía más dañina y sanguinaria de la Historia humana.
El viaje secreto de Lenin, desde Alemania a Moscú, que fue el origen de la revolución bolchevique, fue organizado y financiado por los grandes capitalistas de su tiempo.
El Nazismo, derrotado en la II Guerra Mundial, tuvo su juicio de Núremberg y hoy es un sistema desprestigiado y tabú, pero el comunismo, más asesino y nocivo, que liquidó a más de cien millones de personas en el siglo XX, se ha librado de esa condena merecida, gracias al apoyo explícito del gran capital y de los poderes que controlan el mundo desde las sombras.
La izquierda mundial ignora que sus políticos son los favoritos del capitalismo y que el comunismo sobrevive, a pesar de ser el peor sistema y el más asesino de la Historia, porque cuenta con el patrocinio de los multimillonarios y los grandes poderes mundiales en la sombra, fascinados por su capacidad de esclavizar a las masas.
Si no contaran con el poderoso sostén de los grandes capitalistas, regímenes socialcomunistas tan fracasados y empobrecidos como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua no podrían sobrevivir pero se sostienen milagrosamente gracias a que reciben apoyo continuo de las elites mundiales, que han impedido que Estados Unidos los ataque y borre del mapa.
El gran capitalismo mundial odia la democracia y la libertad porque les generan muchos problemas. Las votaciones libres, la labor de la oposición y os vaivenes de la opinión pública les impide hacer negocios con garantías y con la estabilidad que ellos ambicionan y les obligan a corromper continuamente a gobiernos que cambian cada cuatro años, producto de las votaciones libres.
Los que acaparan gran parte de la riqueza mundial han aprendido a fiarse de los tiranos y ha comprobado que es más fácil controlarlos, pactar con ellos y corromperlos que hacerlo con los distintos gobiernos democráticos, cambiantes y demasiado comprometidos con valores como la libertad y los derechos humanos.
Fenómenos tan incomprensibles como la existencia de un gobierno social comunista de España, país situado en el corazón de Occidente y miembro de la OTAN y la Unión Europea, que preside Pedro Sánchez, en realidad incompatible con la verdadera democracia, sólo se entienden cuando se conoce que es uno de los favoritos del globalismo mundial que promueve el Nuevo Orden y la Agenda 2030.
El régimen más admirado por las élites y el gran capital es el de China, comunista pero con una economía furiosamente capitalista, que es dirigida por un gobierno con brazo de hierro, que no permite sorpresas y que facilita la estabilidad, los negocios y los privilegios que el gran capital exige.
El sueño de esos poderes oscuros es que todo el mundo esté sometido a un Estado totalitario parecido al actual de China y quieren lograrlo con la valiosa ayuda del comunismo, que es la ideología más cruel y asesina de la Historia.
Francisco Rubiales
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