Bajo el mandato de Pedro Sánchez como secretario general, el funcionamiento de la estructura interna del PSOE ya no es democrática, incumpliendo lo dispuesto en el artículo 6 de la Constitución. El PSOE, tras ser infectado por el virus sanchista, se ha alejado también del amor y el respeto a España, se ha aliado con desleales e indeseables antiespañoles y ha abandonado el bloque constitucionalista.
Gobernar con el comunismo sentado en el Consejo de Ministros y apoyado en el Congreso con los votos de amigos del terrorismo, golpistas y partidos que reconocen en público que quieren romper España tiene un alto precio y el PSOE, en contacto con la chusma degenerada se ha convertido en una organización corrompida y ajena a los intereses de España como nación.
Aunque haya logrado gobernar, Sánchez es un experto en sufrir derrotas y ha logrado que el mapa de España se tiña de azul, con casi la totalidad de las autonomías en manos de la derecha.
A pesar de estas derrotas autonómicas, las peores sufridas por el socialismo en España desde la muerte de Franco, en los órganos internos del PSOE, no ha habido, sobre sus causas, debates ni autocrítica de los militantes, en cuyos Congresos y Comité Federal se toman los acuerdos a la búlgara, de tal manera que se tacha a los militantes que ejercen la crítica de fascistas o de traidores,
El PSOE es ya claramente un partido fascista o comunista en su funcionamiento interno, lo que lo aleja de los partidos democráticos del mundo y lo convierte en un forúnculo purulento dentro de la Unión Europea, la OTAN y otros foros mundiales.
En una España democrática y limpia no habrían sido posibles conductas y decisiones protagonizadas por Pedro Sánchez, como son su asalto a la Justicia, su indulto a delincuentes, la supresión de delitos como la sedición, la supresión de la transparencia, el reparto desigual e injusto de los recursos públicos, la compra de medios de comunicación y eliminación del derecho ciudadano a estar verazmente informado y la instauración de la mentira y el engaño como esencia de la política de Estado, entre otras aberraciones antidemocráticas y ajenas a la decencia..
Las alianzas de España con los países occidentales y su prestigio y peso en el concierto mundial se han resentido, al igual que sus relaciones con Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel y otros países de gran influencia y peso en el mundo.
Sánchez no sólo es el verdugo de España como nación, sino también de su partido y del conjunto de valores y rasgos que configuraban la España moderna y emprendedora que avanzaba y prosperaba sorprendiendo al mundo con su empuje.
Francisco Rubiales
Gobernar con el comunismo sentado en el Consejo de Ministros y apoyado en el Congreso con los votos de amigos del terrorismo, golpistas y partidos que reconocen en público que quieren romper España tiene un alto precio y el PSOE, en contacto con la chusma degenerada se ha convertido en una organización corrompida y ajena a los intereses de España como nación.
Aunque haya logrado gobernar, Sánchez es un experto en sufrir derrotas y ha logrado que el mapa de España se tiña de azul, con casi la totalidad de las autonomías en manos de la derecha.
A pesar de estas derrotas autonómicas, las peores sufridas por el socialismo en España desde la muerte de Franco, en los órganos internos del PSOE, no ha habido, sobre sus causas, debates ni autocrítica de los militantes, en cuyos Congresos y Comité Federal se toman los acuerdos a la búlgara, de tal manera que se tacha a los militantes que ejercen la crítica de fascistas o de traidores,
El PSOE es ya claramente un partido fascista o comunista en su funcionamiento interno, lo que lo aleja de los partidos democráticos del mundo y lo convierte en un forúnculo purulento dentro de la Unión Europea, la OTAN y otros foros mundiales.
En una España democrática y limpia no habrían sido posibles conductas y decisiones protagonizadas por Pedro Sánchez, como son su asalto a la Justicia, su indulto a delincuentes, la supresión de delitos como la sedición, la supresión de la transparencia, el reparto desigual e injusto de los recursos públicos, la compra de medios de comunicación y eliminación del derecho ciudadano a estar verazmente informado y la instauración de la mentira y el engaño como esencia de la política de Estado, entre otras aberraciones antidemocráticas y ajenas a la decencia..
Las alianzas de España con los países occidentales y su prestigio y peso en el concierto mundial se han resentido, al igual que sus relaciones con Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel y otros países de gran influencia y peso en el mundo.
Sánchez no sólo es el verdugo de España como nación, sino también de su partido y del conjunto de valores y rasgos que configuraban la España moderna y emprendedora que avanzaba y prosperaba sorprendiendo al mundo con su empuje.
Francisco Rubiales
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