¿Cuándo llegará el Milei español?

Tal vez, en estos momentos, los dos países más parecidos sean Argentina y España, el peronismo y el sanchismo son iguales, tal vez uno copia del otro. Pero sean copia o no, los resultados son los mismos y como dice, si no fuera por Uropa, ya estaríamos peor que allí.

Allí se encontraron con dos factores a tener en cuenta y que son imposibles aquí: Uno que hay elecciones presidenciales y que Milei fue de alguna manera una sorpresa.

En unas presidenciales la cosa va entre dos candidatos o varios, pero son unos nombres muy concretos. Si aquí hubiera eso, la cosa estaría clara, el tirano perdería por goleada, pero al ser legislativas y sistema proporcional, caben toda clase de chanchullos y es muy difícil que un individuo arrastre como en unas presidenciales. Recordemos que, a pesar del desastre felipista, Aznar no sacó la primera vez mayoría absoluta, cosa que de haber sido una lucha entre Felipe y él, seguramente habría barrido.

La segunda cuestión es que no tuvieron tiempo de crear un ambiente anti Milei, fue algo muy rápido, lo suficiente como para presentar su programa o al menos, que la gente captara las cuatro ideas que le interesaban y por otra parte, los peronistas no pudieron hacer una capaña mediática eficaz para demonizarlo. También es cierto que allí los medios no son tan unánimes en sumisión al gobierno como aquí.

Si hubiera unas presidenciales, que sería lo adecuado, nos encontraríamos con un Sánchez dominando todos los resortes y un Feijoo que no convence a nadie y al que votarían los suyos con la nariz tapada. Abascal, al estar considerado un facha de extrema derecha, ni siquiera se podría presentar, al menos en una segunda vuelta.

Los medios serían los que pondrían al presidente. Así que no hay posibilidad de un Milei español. Tendrá que ser a las bravas: unas llamadas, una dimisión, los medios que aflojan la presión y unas votaciones que ponen a derechita al mando, hasta que los marxistas se recuperen.

Lo malo es que hasta los votantes del pp consideran que para que la derecha alcance el poder, sobra vox y que mientras exista, no tienen nada que hacer. No sé si eso será cierto, pero lo que olvidan es que vox sale como reacción a las concesiones del pp a los marixistas y que sin estas concesiones no sería necesario y la derecha podría gobernar y de hecho estaría gobernando desde hace mucho y además sin oposición.

Supongo que, de la misma forma que los argentinos han encontrado una forma, al menos de quitar el nefasto peronismo y probar algo distinto, que no sabemos si bueno o malo, tendremos que encontrar nosotros nuestro camino, aunque, me temo, que no va a ser fácil, si es que al final lo encontramos.

Interesante tema el que nos trae como plato de año nuevo, la posibilidad de un Milei o un Bukelele, y yo añado más, un Trump u otros mandatarios que están surgiendo en países de Europa. Al margen del programa, valores, principios, carisma, personalidad, etc., hay una pata de la pinza, la otra diferente a los partidos, que bajo mi punto de vista juega un papel importantísimo, siempre, aunque no lo parezca, y es todo el entramado de medios de comunicación. En España, en los últimos 40 años, tradicionalmente los medios se han ido polarizando entre los de tendencia llamada progresista (o sea, progres) y los de tendencia liberal, donde también muchos de ellos cameaban con una falsa tendencia liberal. El tema se agravó en la época aznarista, con el famoso “antenicidio”, donde los grandes grupos multimedia y prensa pasaron a estar dominados por aquellos editores de bandera progre(sista). En las democracias liberales, o en muchas de ellas (incluida España), los medios de comunicación tenían tendencia a posicionarse del lado progresista y en apenas una década todo el auge de partidos de corte nacionalista o soberanista les ha cogido con el paso cambiado. En algunos países, como España, esos editores siguen aferrados a la ideología progre(sista), o mejor dicho, al establishment establecido (en el caso de España a la partitocracia establecida), normalmente por otro tipo de intereses, casi siempre económicos, que trascienden más allá de un mensaje político o social verdaderamente independiente o, al menos, más objetivo. Es decir, el progre(sismo) ha puesto a los medios como herramientas a los intereses de sus “mandatarios” y aquí está una de las grandes claves de lo que sucede en España.
La enorme importancia de los medios se puede ver claramente en el caso de Milei. Argentina cuenta con un potente grupo llamado Clarín (de corte o tendencia nacional) que, junto a otros medios más volcados hacia la oposición, daban visibilidad a Milei desde hace una década como invitado en programas y tertulias y con el rol de economista que defendía sus tesis económicas ya desde entonces. Estos medios, y en especial el grupo Clarín, tuvo programas, muy seguidos, de un claro corte anti kirchnerista. Este apoyo, lejos de taparse fue incrementando en dichos medios a medida que el fenómeno Milei iba despegando, tan es así, que hay un estudio realizado por el Observatorio de Medios de la Universidad Nacional de Cuyo, que refleja el gran aumentó de la presencia de Milei desde el año 2022 hasta hoy en día. Es curioso ver esa fuerza de los medios como va pareja al fenómeno. La máxima presencia llega en el 2023, donde alcanza el pico en los medios, y como consecuencia los niveles de popularidad.
También es famoso y conocido el caso de Trump. Obama en 2016, acabando su mandato, en una famosa cena con los medios de comunicación más importantes presentes, echaba en cara, con esa ironía y media sonrisa que le caracterizaban, a esos medios de comunicación el apoyo que estaban dando a Trump (él se refería a Trump como The Trump), mofándose de él en dicho discurso. La realidad acabó imponiéndose y Trump ganó las elecciones, en gran parte, gracias al enorme apoyo que en aquella ocasión obtuvo por parte de un amplio sector privado a través de la prensa, donde según cifraba a posteriori The New York Times, había logrado un apoyo gratuito de cerca de dos mil millones de dólares gracias a la publicidad en medios, televisiones, redes sociales, etc. Estos dos casos (hay muchos más) dan una idea de la “gran culpa” que pueden tener los grupos, plataformas y medios de comunicación a la hora de catapultar a un candidato o partido político.
Mi moraleja personal: España, hoy por hoy, en lo que a medios de comunicación se refiere, dista mucho de seguir esos ejemplos ya que siguen, y pienso que eso seguirá en perjuicio de la objetividad, teniendo una enorme dependencia creada en torno al establishment (o sea, la partitocracia española) y sus jugosas subvenciones a dichos medios. Y claro, ya se sabe, una vez pagado el convite un nuevo comensal no va a tener sitio.

Una pregunta para Francisco Rubiales: cuál es el sistema del recuento de votos en Afgentina? También es Indra? Ignoro si Milei hiene un partido detrás de sí que levantó desde cero. Estoy totalmente de acuerdo con el comentario 3: Vox no tuve presencia en los medios públicos, no le dejaron hablar, prácticamente. Calumniaban y manipulaban cualquier paso de Vox. Hasta hoy en día media España cree que los de Vox tienen cuernos. Sabemos todos del nivel de influencia de la palabra. Pues el pueblo no oyó nunca a Abascal, menos estos 20 % , más o menos, cuales con un mínimo interés por la política nos informábamos por el Internet. Saludos sinceros,
Sr. Rubiales, me gusta mucho cómo escribe, pero creo sinceramente que no está Usted siendo justo con Santiago Abascal.