Cuando piezas tan importantes de la sociedad civil como los sindicatos y la patronal, que debieran funcionar con independencia y espíritu crítico para defender a empresas y trabajadores, están comprados o controlados por el poder político, la democracia falla de manera escandalosa y la sociedad pierde altura moral y se debilita.
Fernando Vicente, responsable de la edición andaluza de “20 minutos”, el gratuito más leído de España, anunciaba en la edición del 7 de septiembre que a los sindicatos y a la patronal andaluzas, además de darles dinero a espuertas desde las administraciones públicas, ahora van a darle también suelo para que construyan viviendas. “Si seguimos así, no va a quedar un andaluz que no dependa de los presupuestos autonómicos”, afirma Vicente.
El periodista explica que la Junta de Andalucía entrega ya a los sindicaros andaluces y a la patronal muchos millones de euros cada año para cursos de formación. Recientemente, el pasado lunes, 4 de septiembre, entregó 13 millones a cada sindicato (UGT y CC.OO.) y otros 18.6 para la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), entidades que reciben otras muchas subvenciones para cursos especiales y otras actividades, a lo largo del año.
Muchos empresarios y trabajadores andaluces ven estas subvenciones millonarias como un evidente peligro para la independencia y dignidad de esas instituciones, que deberían ser vitales para una sociedad civil fuerte e influyente, entre otras razones porque esa lluvia de dinero privaría a los sindicatos y a la patronal de la necesaria independencia y capacidad crítica frente al poder que los amamanta con tan copiosa generosidad.
El director de “20 minutos-Andalucía” se declara escandalizado de que ahora, a través del Ayuntamiento de Sevilla, se les entreguen suelos publicos a la patronal y a los sindicatos para que construyan viviendas. “¿Nadie se acuerda ya del escándalo de la PSV?”, se pregunta Vicente, quien recuerda que PSV, dependiente de UGT, significa dinero público desaparecido de las arcas del sindicato y compradores de pisos frustrados, todo un escandalo en los años 80 que, como otros muchos, se solucionó con más dinero pública, con los españoles pagando las pillerías y corrupciones de los sinvergüenzas.
Fernando Vicente, responsable de la edición andaluza de “20 minutos”, el gratuito más leído de España, anunciaba en la edición del 7 de septiembre que a los sindicatos y a la patronal andaluzas, además de darles dinero a espuertas desde las administraciones públicas, ahora van a darle también suelo para que construyan viviendas. “Si seguimos así, no va a quedar un andaluz que no dependa de los presupuestos autonómicos”, afirma Vicente.
El periodista explica que la Junta de Andalucía entrega ya a los sindicaros andaluces y a la patronal muchos millones de euros cada año para cursos de formación. Recientemente, el pasado lunes, 4 de septiembre, entregó 13 millones a cada sindicato (UGT y CC.OO.) y otros 18.6 para la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), entidades que reciben otras muchas subvenciones para cursos especiales y otras actividades, a lo largo del año.
Muchos empresarios y trabajadores andaluces ven estas subvenciones millonarias como un evidente peligro para la independencia y dignidad de esas instituciones, que deberían ser vitales para una sociedad civil fuerte e influyente, entre otras razones porque esa lluvia de dinero privaría a los sindicatos y a la patronal de la necesaria independencia y capacidad crítica frente al poder que los amamanta con tan copiosa generosidad.
El director de “20 minutos-Andalucía” se declara escandalizado de que ahora, a través del Ayuntamiento de Sevilla, se les entreguen suelos publicos a la patronal y a los sindicatos para que construyan viviendas. “¿Nadie se acuerda ya del escándalo de la PSV?”, se pregunta Vicente, quien recuerda que PSV, dependiente de UGT, significa dinero público desaparecido de las arcas del sindicato y compradores de pisos frustrados, todo un escandalo en los años 80 que, como otros muchos, se solucionó con más dinero pública, con los españoles pagando las pillerías y corrupciones de los sinvergüenzas.
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