Una cena oficial sólo para mujeres, celebrada en la noche del miércoles, en honor de la presidenta de Chile, Michele Bachelet, se convirtió en el último esperpento del ya denso y largo elenco de desatinos y de sandeces protagonizados en los últimos meses por el sorprendente gobierno socialista español que preside José Luis Rodríguez Zapatero.
Los medios de comunicación y los observadores dedican hoy al acontecimiento apelativos como "cursi", "absurda" "infantil" e "improcedente", sorprendidos, como la mayoría del país, de las originalidades e iniciativas insólitas de un gobierno que, obsesionado por exhibir su "progresismo" y por captar titulares de prensa, genera tensiones, provoca y protagoniza actuaciones políticas que carecen de racionalidad.
Los almuerzos y cenas "sólo para hombres" han sido criticados desde hace décadas, con razón, por aquellas mujeres que buscaban la igualdad y se sentían marginadas. Ahora, muchas de esas mismas mujeres, transformadas en furiosas feministas militantes, parecen avanzar por la senda de la revancha y promueven medidas tan antidemocráticas y totalitarias como la "discriminación positiva" (que beneficia a la mujer frente al hombre, lo que pulveriza el concepto de igualdad, garantizado por la democracia y la Constitución), la "cuota" (también anticonstitucional, según numerosos expertos, que obliga a incluir mujeres en listas electorales, consejos y otros espacios sin tener en cuenta la valía de la persona, sino únicamente el sexo) y, a partir de la pasada noche, también actos oficiales "sólo para chicas".
La presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que acudió al acto sólo por educación y por deferencia hacia la presidenta de Chile, criticó el acto exclusivamente femenino como una idiotez.
La impulsora del acto y anfitriona fue la vicepresidenta del gobierno de Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega.
Los medios de comunicación y los observadores dedican hoy al acontecimiento apelativos como "cursi", "absurda" "infantil" e "improcedente", sorprendidos, como la mayoría del país, de las originalidades e iniciativas insólitas de un gobierno que, obsesionado por exhibir su "progresismo" y por captar titulares de prensa, genera tensiones, provoca y protagoniza actuaciones políticas que carecen de racionalidad.
Los almuerzos y cenas "sólo para hombres" han sido criticados desde hace décadas, con razón, por aquellas mujeres que buscaban la igualdad y se sentían marginadas. Ahora, muchas de esas mismas mujeres, transformadas en furiosas feministas militantes, parecen avanzar por la senda de la revancha y promueven medidas tan antidemocráticas y totalitarias como la "discriminación positiva" (que beneficia a la mujer frente al hombre, lo que pulveriza el concepto de igualdad, garantizado por la democracia y la Constitución), la "cuota" (también anticonstitucional, según numerosos expertos, que obliga a incluir mujeres en listas electorales, consejos y otros espacios sin tener en cuenta la valía de la persona, sino únicamente el sexo) y, a partir de la pasada noche, también actos oficiales "sólo para chicas".
La presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que acudió al acto sólo por educación y por deferencia hacia la presidenta de Chile, criticó el acto exclusivamente femenino como una idiotez.
La impulsora del acto y anfitriona fue la vicepresidenta del gobierno de Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega.
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