Cuando los restos del imperio ya no eran suficientes para mantener el casi extinto feudalismo español, aunque Andalucía y las castillas aún sobrevivían regularmente con la agricultura y ganadería, vascos y catalanes se acogieron a la joven expansión industrial europea.
Si bien los nacionalismos surgen del descontento obrero, por sus pésimas condiciones de vida, fue la burguesía la que lo potencia y termina manejando a su favor. Siempre a su favor. No duda en traicionar a los suyos en favor de sus beneficios. Así, el PNV, en manos de la burguesía vasca (presidente Aguirre), apoyó el golpe de Franco, primero en Navarra y Álava, luego en Guipuzcoa y, finalmente, en Vizcaya, cediendo los restos de su ejército para ayudar a la Generalidad de Cataluña, también en manos de la burguesía, a reprimir la revolución obrera. Ambos nacionalismos fueron piezas claves en el triunfo final de Franco.
A Franco le salió gratis esa ayuda. Le salió gratis porque la pagamos todos los españoles. Nunca fueron tan felices ni se sintieron tan seguros, los burgueses vascos y catalanes, como con la dictadura.
No sé las inversiones que haría el estado en País Vasco o Cataluña, pero si que se les reservó el mercado nacional. priorizando sus productos e implantación, así como explotación de materia prima allá donde se encontrara, dentro del territorio nacional. ¿Cuantos telares o industrias textiles había fuera de Cataluña? ¿Cuantos altos hornos había fuera de País Vasco? ¿Quién explotaba los telares de Intelhorce en Málaga? ¿Quién acopiaba todo el algodón del sur de España con precio monopolista?
Las autopistas de Cataluña son de pago y muy antiguas, muchas de ellas. Cuando
España era un entramado de caminos, algunos alquitranados, no se oían quejas de
que las autopistas eran de pago. Los catalanes erais felices por tenerlas. No se oyeron protestas en Cataluña sobre las malas condiciones del resto de la red vial del Estado. Mientras fuisteis privilegiados, todo sobre ruedas. Ahora que se igualan las cosas ya no sois tan felices.
Los andaluces, y otros, amamos nuestra tierra, tradiciones y cultura como el Catalán las suyas, pero libre y democráticamente, sin imponérsela a nadie, ni natural, ni radicado ni forastero. Como españoles amamos a España. Toda ella, Cataluña incluida. Como contribuyentes he sido consciente que parte de mi aportación pudo ir a Cataluña, País Vasco o Madrid. Nunca me preocupé porque cualquiera de esos territorios son MI país. Mi Nación.
El famoso Carod Rovira es hijo del guardia civil JOSÉ LUIS PÉREZ ALMECIJA, aragonés, y de ELVIRA DIEZ ROVIRA, catalana. Su nombre: JOSÉ LUIZ PÉREZ DÍEZ. Puedes extenderlo a ALMECIJA ROVIRA como segundos apellidos de sus padres. Esto es público, admitido y explicado por él. A mi también me da igual pero la verdad mejor que otra cosa.
Todos los españoles somos inversores de todas las regiones españolas. Si quieres saber mi filiación política, no tengo. No soy político. No me interesa la política mas allá de lo que me afecta como ciudadano, en solidaridad con los demás.
Ejercer una actividad económica en el territorio nacional, facturando impuestos que se liquidan en la hacienda catalana y no revierte a la ciudadanía que los paga, es fraude al contribuyente. Todos pagamos impuestos para que el Estado los redistribuya según sus consideraciones, no para que se queden solo en Cataluña.
Clandestino
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