Alfonso Lazo, profesor de la Universidad de Sevilla y antiguo alto cargo del socialismo andaluz, acusa ahora a la Junta de Andalucía de "Aristrostracismo", de silenciar y expulsar a los mejores elementos de la sociedad andaluza "en aras de la medianía rampante". Lo hace en un artículo publicado en "El Mundo", titulado "Nuevo barbarismo".
La dura acusación del catedrático está motivada por la orientación de la política educativa de la Junta de Andalucía de aprobar a los alumnos, salvo en casos excepcionales, rebajando así el nivel de exigencia y de calidad de la enseñanza hasta extremos intolerables y peligrosos para la cultura y el futuro del país. Se refiere, concretamente, al anuncio hecho este verano por el rector de la Universidad de Sevilla, en el que se suma a la idea del gobierno andaluz de crear comisiones para subir las notas que los profesores universitarios han puesto a sus alumnos.
Lazo, que fue consejero en el primer obierno democrática andaluz y, posteriormente, secretario de los socialistas sevillanos, une su voz a los numerosos intelectuales y universitarios andaluces aterrorizados ante la pérdida constante de calidad en la enseñanza y acusa a sus antiguos correligionarios, que están al frente del gobierno andaluz desde hace hace casi tres décadas, de anteponer el sectarismo a la libertad, la barbarie a la cultura y la mediocridad a la excelencia.
Sostiene Lazo que la cultura siempre ha sido, a lo largo de la historia, una ocupación aristocrática y que cada vez que se aparta de ese principio, la cultura desaparece. Dice que afirmar eso ahora es suficiente para que te tachen de fascista. Admite que es cierto, que hay que elevar la educación de la muchedumbre, pero sin olvidar que serán pocos los que alcancen la excelencia.
Dirigiendo la mirada hacia sus antiguos correligionarios socialistas, Lazo afirma que practican el error del igualitarismo y sostiene que "la igualdad a ultranza es reaccionaria" y que igualar por debajo la calidad en las aulas "es un atentado contra el progreso".
La tesis central de Lazo es que el objetivo del gobierno andaluz de otorgar aprobados generales no sólo es perjudicial para la salud cultural de Andalucía sino que entra en conflicto con el interés por la enseñanza de calidad, siempre defendido por la antigua izquierda.
La acusación llega hasta la cumbre cuando sostiene que "desaparecidas las elites intelectuales y su capacidad de crítica, quizás los beneficiarios de los aprobados universales pasen a convertirse en forofos votantes vitalicios de quienes regalan títulos académicos".
En fin, todo un drama para esta Andalucía postrada denunciado por un notable "socialista arrepentido".
La dura acusación del catedrático está motivada por la orientación de la política educativa de la Junta de Andalucía de aprobar a los alumnos, salvo en casos excepcionales, rebajando así el nivel de exigencia y de calidad de la enseñanza hasta extremos intolerables y peligrosos para la cultura y el futuro del país. Se refiere, concretamente, al anuncio hecho este verano por el rector de la Universidad de Sevilla, en el que se suma a la idea del gobierno andaluz de crear comisiones para subir las notas que los profesores universitarios han puesto a sus alumnos.
Lazo, que fue consejero en el primer obierno democrática andaluz y, posteriormente, secretario de los socialistas sevillanos, une su voz a los numerosos intelectuales y universitarios andaluces aterrorizados ante la pérdida constante de calidad en la enseñanza y acusa a sus antiguos correligionarios, que están al frente del gobierno andaluz desde hace hace casi tres décadas, de anteponer el sectarismo a la libertad, la barbarie a la cultura y la mediocridad a la excelencia.
Sostiene Lazo que la cultura siempre ha sido, a lo largo de la historia, una ocupación aristocrática y que cada vez que se aparta de ese principio, la cultura desaparece. Dice que afirmar eso ahora es suficiente para que te tachen de fascista. Admite que es cierto, que hay que elevar la educación de la muchedumbre, pero sin olvidar que serán pocos los que alcancen la excelencia.
Dirigiendo la mirada hacia sus antiguos correligionarios socialistas, Lazo afirma que practican el error del igualitarismo y sostiene que "la igualdad a ultranza es reaccionaria" y que igualar por debajo la calidad en las aulas "es un atentado contra el progreso".
La tesis central de Lazo es que el objetivo del gobierno andaluz de otorgar aprobados generales no sólo es perjudicial para la salud cultural de Andalucía sino que entra en conflicto con el interés por la enseñanza de calidad, siempre defendido por la antigua izquierda.
La acusación llega hasta la cumbre cuando sostiene que "desaparecidas las elites intelectuales y su capacidad de crítica, quizás los beneficiarios de los aprobados universales pasen a convertirse en forofos votantes vitalicios de quienes regalan títulos académicos".
En fin, todo un drama para esta Andalucía postrada denunciado por un notable "socialista arrepentido".
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