Nadie sabe cual será el "estigma" polítiico de Zapatero, si el anticonstitucional e insolidario Estatuto de Cataluña o su derrota personal ante ETA u otro desatino todavía desconocido y por venir, pero el presidente ZP tiene ya su propio "estigma" económico, la mancha que ensuciará el prestigio de su mandato ante la historia: ENDESA.
Todo parece indicar que la maldición de la Moncloa actuará de nuevo y que Zapatero, al igual que su predecesor socialista, Felipe González, ensuciará su mandato con estigmas que ensombrecerán ante la historia sus aciertos y méritos. Los dos grandes estigmas de Gonzalez fueron el GAL, en lo político, y RUMASA, en lo económico. Zapatero tiene ya el económico al perpetrar la agresión a ENDESA, la mayor golfería económica y financiera vivida por España desde RUMASA. Ahora sólo falta saber cual será su GAL.
ENDESA era una empresa energética ejemplar española, a la que Zapatero, por inquina personal o por una sobredosis de soberbia descontrolada, ha despedazado y entregado a la empresa pública italiana ENEL.
Lo de ENDESA ha sido toda una "fechoría" histórica con daños terribles para la imagen y el prestigio del propio Zapatero, del socialismo español y de la propia España, que es hoy claramente cuestionada por el capital internacional por el intervencionismo del gobierno, por la inseguridad jurídica y normativa y por los caprichos y chanchullos que campean por el mercado.
La verdadera historia del "sacrificio" de ENDESA es una historia de pasiones y de venganzas, impropia de una democracia moderna. Todo parte de un pacto entre Zapatero y los catalanes para que ENDESA pasara a manos del grupo industrial de La Caixa. Entonces se alzó como obstáculo imprevisto, la determinación personal y jurídica de Manuel Pizaroo, el presidente de la empresa electrica, decidido a impedir lo que consideraba una "fechoría".
A partir de entonces, todo se reduce a una ridícula y vergonzante lucha de poder, donde el Ejecutivo de Zapatero, herido en su amor propio, ha empleado tudos sus recursos de trastienda y trucos, muchos de dudosa legalidad, para doblegar a Pizaroo, aunque el precio a pagar por esa venganza infantil fuera la pérdida de la mejor empresa energética de España.
De nada sirvieron las tesisis del propio gobierno sobre el "valor estratégico" del sector energético español, ni la famosa teoría de los "Campeones Nacionales". Al final, con la ayuda de señoritos capitalistas españoles de la empresa ACCIONA, ENDESA ha sido entregada nada menos que a una empresa pública italiana, integrada en el ente industrial públicó que en su día creó el fascista Benito Mussolini.
La película de los hechos es tan triste como vergonzosa; tan sucia como indigna. Nadie ha defendido el valor estratégico de la empresa, ni los intereses de la nación; nadie ha respetado las leyes del mercado; nadie ha tenido en cuenta los intereses de los miles de pequeños accionistas, quizás considerados bastardos por el izquierdismo infantil del gobierno.
Todo parece indicar que la maldición de la Moncloa actuará de nuevo y que Zapatero, al igual que su predecesor socialista, Felipe González, ensuciará su mandato con estigmas que ensombrecerán ante la historia sus aciertos y méritos. Los dos grandes estigmas de Gonzalez fueron el GAL, en lo político, y RUMASA, en lo económico. Zapatero tiene ya el económico al perpetrar la agresión a ENDESA, la mayor golfería económica y financiera vivida por España desde RUMASA. Ahora sólo falta saber cual será su GAL.
ENDESA era una empresa energética ejemplar española, a la que Zapatero, por inquina personal o por una sobredosis de soberbia descontrolada, ha despedazado y entregado a la empresa pública italiana ENEL.
Lo de ENDESA ha sido toda una "fechoría" histórica con daños terribles para la imagen y el prestigio del propio Zapatero, del socialismo español y de la propia España, que es hoy claramente cuestionada por el capital internacional por el intervencionismo del gobierno, por la inseguridad jurídica y normativa y por los caprichos y chanchullos que campean por el mercado.
La verdadera historia del "sacrificio" de ENDESA es una historia de pasiones y de venganzas, impropia de una democracia moderna. Todo parte de un pacto entre Zapatero y los catalanes para que ENDESA pasara a manos del grupo industrial de La Caixa. Entonces se alzó como obstáculo imprevisto, la determinación personal y jurídica de Manuel Pizaroo, el presidente de la empresa electrica, decidido a impedir lo que consideraba una "fechoría".
A partir de entonces, todo se reduce a una ridícula y vergonzante lucha de poder, donde el Ejecutivo de Zapatero, herido en su amor propio, ha empleado tudos sus recursos de trastienda y trucos, muchos de dudosa legalidad, para doblegar a Pizaroo, aunque el precio a pagar por esa venganza infantil fuera la pérdida de la mejor empresa energética de España.
De nada sirvieron las tesisis del propio gobierno sobre el "valor estratégico" del sector energético español, ni la famosa teoría de los "Campeones Nacionales". Al final, con la ayuda de señoritos capitalistas españoles de la empresa ACCIONA, ENDESA ha sido entregada nada menos que a una empresa pública italiana, integrada en el ente industrial públicó que en su día creó el fascista Benito Mussolini.
La película de los hechos es tan triste como vergonzosa; tan sucia como indigna. Nadie ha defendido el valor estratégico de la empresa, ni los intereses de la nación; nadie ha respetado las leyes del mercado; nadie ha tenido en cuenta los intereses de los miles de pequeños accionistas, quizás considerados bastardos por el izquierdismo infantil del gobierno.
Comentarios: