Los sindicatos españoles han sido doblegados y domesticados por Zapatero, que, al igual que ocurría en la extinta URSS, los ha convertido en "instrumentos del partido" (PSOE). El espectáculo de los dos grandes sindicatos españoles, "comprados" por el socialismo en el poder a base de subvenciones y concesiones, algunas de ellas inconfesables, constituye una de las pruebas más potentes de la degradación y la corrupción de la democracia española.
Con casi 5 millones de parados reales y en carrera veloz hacia los seis millones, cantidad record en la España postfranquista que se alcanzará, probablemente, en el año 2010, Zapatero, por su torpe gestión de la crisis económica, se ha convertido en el dirigente español de la que ha destruido más puestos de trabajo en menos tiempo, en toda la historia moderna del país.
Si alguien merece una huelga general en la España actual ese es Zapatero, por su necia conducción de la crisis económica y por haber destruido más puestos de trabajo que cualquier otro gobierno español desde la muerte de Franco, pero los sindicatos no se la harán porque el líder socialista ha sabido domesticarlos, inundandolos de dinero y de privilegios y transformandolos en instrumentos al servicio no de la clase obrera sino del gobierno socialista que él preside.
Un indiscreto micrófono abierto permitió conocer recientemente el verdadero pensamiento del presidente de los empresarios españoles (CEOE), Gerardo Díaz Ferrán, el cual, cuando creía que no se le oía, achacó el paro masivo que padece España no a la crisis internacional sino a "los años de Zapatero". Las palabras de Díaz Ferrán se escucharon durante la Asamblea de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM-CEOE) de 2009, cuando intervenía el presidente de la patronal madrileña, Arturo Fernández, y permanecía abierto el micrófono del dirigente de la CEOE.
La CEOE también es una entidad generosamente subvencionada por el poder político y amordazada, pero la virulencia de la crisis, la inoperancia del poder político y las presiones de los empresarios, muchos de ellos al borde de la ruina por la situación económica, la ha vuelto más valiente y osada, capaz de decir ahora la verdad.
Millones de españoles piensan como Diáz Ferrán, que el problema, más que la crisis económica mundial, es Zapatero, que, olvidando que la mejor política social es dar a cada ciudadano un trabajo digno, se dedica a subvencionar el desempleo, lo que constituye otra mentira del poder porque en realidad hay ya más de un millón de parados españoles que no reciben ayuda pública.
Pero los grandes sindicatos (especialmente UGT y CC.OO.), bien lubricados por el gobierno socialista y atiborrados de privilegios, prefieren aferrarse a la rentable alianza con el gobierno de izquierdas antes que decir la verdad y defender a los cientos de miles de trabajadores que pierden sus puestos de trabajo en España. En su mezquino comportamiento no sólo influye la alianza con el Ejecutivo, sino también el hecho de que los que están perdiendo sus puestos de trabajo masivamente son los autónomos y los trabajadores no fijos, precisamente los que suelen dar más la espalda al sometido sindicalismo español.
Zapatero ha logrado que en España, al igual que ocurría en los viejos y derrotados paises comunistas, los sindicatos sean poco más que "correas de transmisión" del poder político e instrumentos para "controlar" a los trabajadores. En la práctica, los ha "capado" y limado sus garras hasta convertirlos en "perros falderos" del gobierno.
Esa complicidad con el poder político hace que los sindicatos traicionen su esencia y prefieran ayudar al gobierno que a los propios trabajadores. En consecuencia, cierran los ojos a la realidad y se niegan a ver que la crisis no es tan dramática para la mayoría de los países desarrollados del mundo, donde las economías se contraen, pero apenas se pierden puestos de trabajo y la renta de los ciudadanos no decae porque la escasa o nula inflación ayuda a los consumidores. También cierran los ojos ante el verdadero drama, que es el de España, donde el poder gobernante y la crisis están produciendo parados a ritmo de vértigo, fabricando pobres y destruyendo irresponsablemente el tejido productivo, todo por culpa de un Zapatero empeñado en aplicar recetas obsoletas que demuestran cada día que son erróneas y letales.
Empeñados en seguir disfrutando de dinero fácil y del poder que les concede el gobierno socialista, los dirigentes sindicales ignoran el dramático hecho de que de cada diez puestos de trabajo que se pierden en Europa, ocho se destruyen en España.
Muchos observadores y analistas creen que la actitud de los sindicatos españoles ante la crisis es suicida y que su "complicidad" con el gobierno que les subvenciona terminará arrastrándolos hasta la tumba.
Esa "complicidad" de los sindicatos españoles con el poder socialista de Zapatero les impide admitir verdades como las esgrimidas recientemente por medios de comunicación tan solventes como Finantial Times, de Londres, uno de los diarios económicos más influyentes y prestigiosos del mundo, que cree que el Franquismo protegía más y mejor a los trabajadores españoles que el socialismo que lidera Zapatero con la complicidad de los grandes sindicatos Comisiones Obreras y UGT, ignorando también lo que ha dicho el otro gran diario económico mundial, The Wall Street Journal, editado en Nueva York, que se muestra sorprendido de que en España no se produzcan conflictos sociales como consecuencia del paro masivo y de la injusticia con los más débiles.
Con casi 5 millones de parados reales y en carrera veloz hacia los seis millones, cantidad record en la España postfranquista que se alcanzará, probablemente, en el año 2010, Zapatero, por su torpe gestión de la crisis económica, se ha convertido en el dirigente español de la que ha destruido más puestos de trabajo en menos tiempo, en toda la historia moderna del país.
Si alguien merece una huelga general en la España actual ese es Zapatero, por su necia conducción de la crisis económica y por haber destruido más puestos de trabajo que cualquier otro gobierno español desde la muerte de Franco, pero los sindicatos no se la harán porque el líder socialista ha sabido domesticarlos, inundandolos de dinero y de privilegios y transformandolos en instrumentos al servicio no de la clase obrera sino del gobierno socialista que él preside.
Un indiscreto micrófono abierto permitió conocer recientemente el verdadero pensamiento del presidente de los empresarios españoles (CEOE), Gerardo Díaz Ferrán, el cual, cuando creía que no se le oía, achacó el paro masivo que padece España no a la crisis internacional sino a "los años de Zapatero". Las palabras de Díaz Ferrán se escucharon durante la Asamblea de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM-CEOE) de 2009, cuando intervenía el presidente de la patronal madrileña, Arturo Fernández, y permanecía abierto el micrófono del dirigente de la CEOE.
La CEOE también es una entidad generosamente subvencionada por el poder político y amordazada, pero la virulencia de la crisis, la inoperancia del poder político y las presiones de los empresarios, muchos de ellos al borde de la ruina por la situación económica, la ha vuelto más valiente y osada, capaz de decir ahora la verdad.
Millones de españoles piensan como Diáz Ferrán, que el problema, más que la crisis económica mundial, es Zapatero, que, olvidando que la mejor política social es dar a cada ciudadano un trabajo digno, se dedica a subvencionar el desempleo, lo que constituye otra mentira del poder porque en realidad hay ya más de un millón de parados españoles que no reciben ayuda pública.
Pero los grandes sindicatos (especialmente UGT y CC.OO.), bien lubricados por el gobierno socialista y atiborrados de privilegios, prefieren aferrarse a la rentable alianza con el gobierno de izquierdas antes que decir la verdad y defender a los cientos de miles de trabajadores que pierden sus puestos de trabajo en España. En su mezquino comportamiento no sólo influye la alianza con el Ejecutivo, sino también el hecho de que los que están perdiendo sus puestos de trabajo masivamente son los autónomos y los trabajadores no fijos, precisamente los que suelen dar más la espalda al sometido sindicalismo español.
Zapatero ha logrado que en España, al igual que ocurría en los viejos y derrotados paises comunistas, los sindicatos sean poco más que "correas de transmisión" del poder político e instrumentos para "controlar" a los trabajadores. En la práctica, los ha "capado" y limado sus garras hasta convertirlos en "perros falderos" del gobierno.
Esa complicidad con el poder político hace que los sindicatos traicionen su esencia y prefieran ayudar al gobierno que a los propios trabajadores. En consecuencia, cierran los ojos a la realidad y se niegan a ver que la crisis no es tan dramática para la mayoría de los países desarrollados del mundo, donde las economías se contraen, pero apenas se pierden puestos de trabajo y la renta de los ciudadanos no decae porque la escasa o nula inflación ayuda a los consumidores. También cierran los ojos ante el verdadero drama, que es el de España, donde el poder gobernante y la crisis están produciendo parados a ritmo de vértigo, fabricando pobres y destruyendo irresponsablemente el tejido productivo, todo por culpa de un Zapatero empeñado en aplicar recetas obsoletas que demuestran cada día que son erróneas y letales.
Empeñados en seguir disfrutando de dinero fácil y del poder que les concede el gobierno socialista, los dirigentes sindicales ignoran el dramático hecho de que de cada diez puestos de trabajo que se pierden en Europa, ocho se destruyen en España.
Muchos observadores y analistas creen que la actitud de los sindicatos españoles ante la crisis es suicida y que su "complicidad" con el gobierno que les subvenciona terminará arrastrándolos hasta la tumba.
Esa "complicidad" de los sindicatos españoles con el poder socialista de Zapatero les impide admitir verdades como las esgrimidas recientemente por medios de comunicación tan solventes como Finantial Times, de Londres, uno de los diarios económicos más influyentes y prestigiosos del mundo, que cree que el Franquismo protegía más y mejor a los trabajadores españoles que el socialismo que lidera Zapatero con la complicidad de los grandes sindicatos Comisiones Obreras y UGT, ignorando también lo que ha dicho el otro gran diario económico mundial, The Wall Street Journal, editado en Nueva York, que se muestra sorprendido de que en España no se produzcan conflictos sociales como consecuencia del paro masivo y de la injusticia con los más débiles.
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