La revelación del Washington Post de que Estados Unidos mantiene cárceles secretas, regentadas por la CIA, en las que se tortura a presuntos terroristas de Al Qaeda para obtener información, podría costarle muy caro al presidente George W. Bush y hasta las próximas elecciones a su partido, el Republicano.
El Post reveló que la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA) está empleando una institución penitenciaria de la desaparecida URSS, situada en algún país del Este europeo, para confinar e interrogar a destacados miembros de Al Qaeda, la red terrorista que perpetró el 11-S. Es una cárcel que forma parte de los llamados "lugares negros", como se denomina a las cárceles de características similares que la agencia tiene o ha tenido en ocho países, entre ellos Afganistán, Tailandia y "varias democracias del Este de Europa". Estas prisiones, de las que sólo ha podido confirmarse la existencia de una, fueron abiertas después del 11-S en el extranjero, hace cuatro años, porque en EEUU es ilegal que el Gobierno retenga a presos en tales condiciones. Entre estos centros figuraba también el que regentaba la CIA en la base de Guantánamo (Cuba), cerrada en el 2004.
Una treintena de líderes de Al Qaeda han pasado por esta red de prisiones, tan secretas que la CIA ni siquiera reconoce su existencia. Otros 70 más han sido entregados a países como Egipto, Jordania, Marruecos o Afganistán, donde pueden ser sometidos a malos tratos que no serían tolerados en EEUU, sostiene el rotativo, citando fuentes oficiales y de los servicios secretos estadounidenses.
No se sabe quiénes son los detenidos, cuánto tiempo estarán confinados o el modo en que se les interroga. No obstante, el Post afirma que la CIA tiene permiso para emplear en estas prisiones las llamadas Técnicas Aumentadas de Interrogatorio, algunas de las cuales están expresamente prohibidas por la Convención de Ginebra. Entre estas técnicas se encuentra hacer creer al preso que se le ahogará si no coopera.
La ubicación de estas prisiones sólo es conocida por el presidente de EEUU, por un puñado de altos funcionarios en EEUU, y por unos pocos agentes de espionaje en los países donde se hallan, dice el Post.
Estas revelaciones han causado indignación entre senadores y congresistas, además de un auténtico revuelo en otros muchos centros del poder americano. La preocupación es especialmente intensa en las filas republicanas, donde temen que el asunto se convierta en un escándalo de grandes proporciones, que "sepulte" el prestigio del presidente Bush y que frustre las hasta ahora fundadas esperanzas republicanas de ganar las próximas elecciones.
El Post reveló que la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA) está empleando una institución penitenciaria de la desaparecida URSS, situada en algún país del Este europeo, para confinar e interrogar a destacados miembros de Al Qaeda, la red terrorista que perpetró el 11-S. Es una cárcel que forma parte de los llamados "lugares negros", como se denomina a las cárceles de características similares que la agencia tiene o ha tenido en ocho países, entre ellos Afganistán, Tailandia y "varias democracias del Este de Europa". Estas prisiones, de las que sólo ha podido confirmarse la existencia de una, fueron abiertas después del 11-S en el extranjero, hace cuatro años, porque en EEUU es ilegal que el Gobierno retenga a presos en tales condiciones. Entre estos centros figuraba también el que regentaba la CIA en la base de Guantánamo (Cuba), cerrada en el 2004.
Una treintena de líderes de Al Qaeda han pasado por esta red de prisiones, tan secretas que la CIA ni siquiera reconoce su existencia. Otros 70 más han sido entregados a países como Egipto, Jordania, Marruecos o Afganistán, donde pueden ser sometidos a malos tratos que no serían tolerados en EEUU, sostiene el rotativo, citando fuentes oficiales y de los servicios secretos estadounidenses.
No se sabe quiénes son los detenidos, cuánto tiempo estarán confinados o el modo en que se les interroga. No obstante, el Post afirma que la CIA tiene permiso para emplear en estas prisiones las llamadas Técnicas Aumentadas de Interrogatorio, algunas de las cuales están expresamente prohibidas por la Convención de Ginebra. Entre estas técnicas se encuentra hacer creer al preso que se le ahogará si no coopera.
La ubicación de estas prisiones sólo es conocida por el presidente de EEUU, por un puñado de altos funcionarios en EEUU, y por unos pocos agentes de espionaje en los países donde se hallan, dice el Post.
Estas revelaciones han causado indignación entre senadores y congresistas, además de un auténtico revuelo en otros muchos centros del poder americano. La preocupación es especialmente intensa en las filas republicanas, donde temen que el asunto se convierta en un escándalo de grandes proporciones, que "sepulte" el prestigio del presidente Bush y que frustre las hasta ahora fundadas esperanzas republicanas de ganar las próximas elecciones.