El presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, ha "suspendido", aunque no "roto", el proceso de negociación con ETA después del atentado cometido hoy por la organización terrorista vasca.
Zapatero, al no reaccionar con la fuerza esperada, ha decepcionado así a millones de ciudadanos españoles que, indignados, esperaban una reacción fuerte y digna del presidente.
ETA ha explosionado hoy una bomba en el aeropuerto de Barajas, donde podría haber causado dos víctimas mortales, además de numerosos heridos y enormes daños materiales en las instalaciones.
Desde que comenzó el llamado "proceso de paz", ETA se ha mantenido arrogante y dura frenta a un gobierno blando y casi humillado. Los terroristas no han pedido perdón, ni han entragado las armas, ni han abandonado la extorsión, ni han dejado de practicar terrorismo del que llaman "de baja intensidad". Hoy, además, ETA ha introducido una alta dosis de violencia asesina en el mal llamado proceso de paz y abofetea así la esperanza de paz que muchos españoles de buena voluntad habían depositado en esa negociación que mantiene el gobierno con los asesinos vascos.
A Zapatero, sencillamente, lo ha faltado hoy vigor, rigor y dignidad en su respuesta al terrorismo asesino y ha generado incertidumbre y frustración ante una sociedad española que, indignada. esperaba contemplar una reacción tan serena como vigorosa de la democracia ciudadana.
Zapatero, al no reaccionar con la fuerza esperada, ha decepcionado así a millones de ciudadanos españoles que, indignados, esperaban una reacción fuerte y digna del presidente.
ETA ha explosionado hoy una bomba en el aeropuerto de Barajas, donde podría haber causado dos víctimas mortales, además de numerosos heridos y enormes daños materiales en las instalaciones.
Desde que comenzó el llamado "proceso de paz", ETA se ha mantenido arrogante y dura frenta a un gobierno blando y casi humillado. Los terroristas no han pedido perdón, ni han entragado las armas, ni han abandonado la extorsión, ni han dejado de practicar terrorismo del que llaman "de baja intensidad". Hoy, además, ETA ha introducido una alta dosis de violencia asesina en el mal llamado proceso de paz y abofetea así la esperanza de paz que muchos españoles de buena voluntad habían depositado en esa negociación que mantiene el gobierno con los asesinos vascos.
A Zapatero, sencillamente, lo ha faltado hoy vigor, rigor y dignidad en su respuesta al terrorismo asesino y ha generado incertidumbre y frustración ante una sociedad española que, indignada. esperaba contemplar una reacción tan serena como vigorosa de la democracia ciudadana.
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