Éric Zemmour, uno de los principales periodistas e intelectuales franceses, autor de numerosos ensayos sobre la actualidad socio-política gala y sobre la presencia del islam en el país vecino, no tiene dudas al hablar sobre estas cuestiones: "El islam es incompatible con Francia y con la República. El islam y el islamismo son exactamente lo mismo. No hay diferencia dado que los islamistas, a quienes nosotros llamamos 'islamistas', ellos se llaman a sí mismos 'musulmanes'".
El prestigioso pensador italiano Giovanni Sartori afirma que el Islam es in compatible con Occidente y sus valores. En otras declaraciones posteriores, sostiene que el conflicto entre el Islam y Europa es inevitable.
Algunos ejércitos europeos y, en especial, escuadrones de élite de las fuerzas de seguridad, expertas en contrainsurgencia y lucha urbana, ya preparan ese enfrentamiento entre europeos y musulmanes invasores, que, aunque aplazado, parece inevitable. Los europeos lucharán por defender su cultura y su estilo de vida, basado en las libertades y derechos conquistados a lo largo de la Historia, mientras que los musulmanes lo harán para imponer su religión y sus leyes en un territorio que considerarán conquistado.
En España son muchos los estrategas y expertos en seguridad que ya piensan y planifican una nueva "Reconquista", distinta a la que inició Don Pelayo en Asturias, en el siglo VIII de nuestra era, después de la invasión de la península, en el año 711 por las tropas de Tarik y Muza, pero con los mismos objetivos: defender el suelo patrio, las costumbres y los valores propios frente a los que pretenden imponer los invasores del Islam.
Basta adentrarse en algunos de esos barrios de ciudades francesas o de Gran Bretaña, donde ya se impone la sharia (Ley musulmana) y los antiguos habitantes de la ciudad no se atreven a entrar porque son recibidos con hostilidad para darse cuenta que el conflicto es inevitable. Hay ya países, como Suecia, que empiezan a sentirse "invadidos" y que ya hablan de "recuperar" los espacios perdidos en sus planes de defensa.
Los que crean que Europa no se defenderá están equivocados. Es cierto que la cobardía, disfrazada de tolerancia y libertad, se han instalado en las sociedades europeas, pero no es menos cierto que el sentimiento de defensa frente a los invasores está creciendo en todos los países europeos, al mismo tiempo que el convencimiento de que, tarde o temprano, habrá que luchar por defender a Europa frente a los que quieren aplastarla.
La resistencia ante la "invasión" está provocando rabia y divorcio entre los ciudadanos y esos partidos políticos actuales demasiado pasivos y tolerantes frente al Islam, frágiles ante países que financian claramente la invasión, como Arabia Saudita. El nacimiento de nuevos partidos robustos, algunos extremistas y xenófobos, es una de las consecuencias de la resistencia europea ante el Islán, lo mismo que el voto contrario a los partidos tradicionales y el creciente desprecio a los líderes que promueven la apertura de las fronteras ante la invasión.
El gran eco que han tenido en toda Europa las declaraciones del ex policía alemán Tim Kellner, que acusa a Angela Merkel de ser "lo peor que le ha ocurrido a Europa" por su permisividad ante la invasión de los musulmanes es una prueba de ese sentimiento de rechazo que crece como la espuma en toda Europa.
Francisco Rubiales
El prestigioso pensador italiano Giovanni Sartori afirma que el Islam es in compatible con Occidente y sus valores. En otras declaraciones posteriores, sostiene que el conflicto entre el Islam y Europa es inevitable.
Algunos ejércitos europeos y, en especial, escuadrones de élite de las fuerzas de seguridad, expertas en contrainsurgencia y lucha urbana, ya preparan ese enfrentamiento entre europeos y musulmanes invasores, que, aunque aplazado, parece inevitable. Los europeos lucharán por defender su cultura y su estilo de vida, basado en las libertades y derechos conquistados a lo largo de la Historia, mientras que los musulmanes lo harán para imponer su religión y sus leyes en un territorio que considerarán conquistado.
En España son muchos los estrategas y expertos en seguridad que ya piensan y planifican una nueva "Reconquista", distinta a la que inició Don Pelayo en Asturias, en el siglo VIII de nuestra era, después de la invasión de la península, en el año 711 por las tropas de Tarik y Muza, pero con los mismos objetivos: defender el suelo patrio, las costumbres y los valores propios frente a los que pretenden imponer los invasores del Islam.
Basta adentrarse en algunos de esos barrios de ciudades francesas o de Gran Bretaña, donde ya se impone la sharia (Ley musulmana) y los antiguos habitantes de la ciudad no se atreven a entrar porque son recibidos con hostilidad para darse cuenta que el conflicto es inevitable. Hay ya países, como Suecia, que empiezan a sentirse "invadidos" y que ya hablan de "recuperar" los espacios perdidos en sus planes de defensa.
Los que crean que Europa no se defenderá están equivocados. Es cierto que la cobardía, disfrazada de tolerancia y libertad, se han instalado en las sociedades europeas, pero no es menos cierto que el sentimiento de defensa frente a los invasores está creciendo en todos los países europeos, al mismo tiempo que el convencimiento de que, tarde o temprano, habrá que luchar por defender a Europa frente a los que quieren aplastarla.
La resistencia ante la "invasión" está provocando rabia y divorcio entre los ciudadanos y esos partidos políticos actuales demasiado pasivos y tolerantes frente al Islam, frágiles ante países que financian claramente la invasión, como Arabia Saudita. El nacimiento de nuevos partidos robustos, algunos extremistas y xenófobos, es una de las consecuencias de la resistencia europea ante el Islán, lo mismo que el voto contrario a los partidos tradicionales y el creciente desprecio a los líderes que promueven la apertura de las fronteras ante la invasión.
El gran eco que han tenido en toda Europa las declaraciones del ex policía alemán Tim Kellner, que acusa a Angela Merkel de ser "lo peor que le ha ocurrido a Europa" por su permisividad ante la invasión de los musulmanes es una prueba de ese sentimiento de rechazo que crece como la espuma en toda Europa.
Francisco Rubiales
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